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10/Ene/05




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Biblioteca virtual: El proyecto de Google, en debate

Los investigadores celebran la iniciativa pero plantean dudas. Dicen que ampliará el acceso a la información, pero que es importante la adecuada selección del material y la orientación en la búsqueda. No reemplazaría la investigación tradicional.

(La Nación, New York Times) Cuando Randall C. Jimerson, presidente de la Sociedad de Archivistas de los Estados Unidos, se enteró del proyecto de Google de convertir ciertas obras de la Universidad de Oxford y de algunas de las más importantes bibliotecas de investigación en archivos digitales que se pueden consultar libremente en Internet, se preocupó ¿Quién seleccionaría el material? ¿Cómo se lo organizaría e identificaría para evitar grandes cantidades de fragmentos descontextualizados? ¿Los usuarios de Google renunciarían a la experiencia de poseer un libro, de ver un documento histórico, de privarse de los descubrimientos inesperados producto de una investigación más lenta?

Pero en entrevistas recientes, muchos académicos y bibliotecarios aplaudieron el anuncio de Google, el buscador de Internet más popular del mundo, de que se disponía a digitalizar las colecciones de Oxford, la Universidad de Michigan, de Stanford y de la Biblioteca Pública de Nueva York. El proyecto, según Paul Duguid, especialista en información en la Universidad de Berkeley, California, "abrirá un boquete" en los muros que rodean a las bibliotecas de las instituciones de primer nivel mundial.

David Nasaw, historiador y director del Centro de Humanidades del Centro de Graduados de la Universidad de Nueva York, dijo que la habilidad para emplear palabras clave para localizar libros y documentos podría ahorrarles a los académicos tiempo y dinero, y facilitar y ampliar el alcance de sus investigaciones.

Pero el proyecto de Google, que muchos consideraron el primer paso hacia la creación de una biblioteca virtual y global, tiene importantes consecuencias para el acopio y el empleo de información, y suscita ciertas preocupaciones entre los entrevistados. Ninguno de ellos previó la aparición de un mundo feliz sin bibliotecas reales. Y, en cambio, plantearon algunas preguntas: ¿cómo se podrá mejorar la investigación para estudiantes que ya deben luchar para autenticar la información de Internet? ¿Qué nuevos roles desempeñarán los bibliotecarios para ayudar a la gente a analizar una enorme cantidad de información accesible?

El acuerdo con cada biblioteca tiene sus particularidades. Google proyecta digitalizar casi todos los ocho millones de libros de la colección de Stanford y los siete millones de Michigan. El proyecto de Harvard se limitará inicialmente a unos 40.000 volúmenes. En cuanto a la Bodleian Library de Oxford, la digitalización se limitará a un número no especificado de libros publicados antes de 1900, en tanto el proyecto de la Biblioteca Pública de Nueva York abarcará material frágil no sujeto a propiedad intelectual que sería de interés especialmente para académicos.

"Todo esto cautiva la imaginación de la gente", dijo Kate Wittenberg, directora de la Electronic Publishing Initiative de la Universidad de Columbia. En 2004, el grupo de Wittenberg completó un estudio de tres años sobre los hábitos de investigación, que incluyó a 1233 estudiantes de todo Estados Unidos.

Según el estudio, las fuentes electrónicas se han convertido en la herramienta principal de recolección de información, particularmente entre los no graduados. Pero Wittenberg agregó: "He descubierto que las bibliotecas ayudan a la gente a plantearse preguntas, no sólo a encontrar respuestas. ¿Quién hará lo mismo en el mundo virtual?"

Por otra parte, dijo, un banco de datos ampliado puede facilitar a los estudiantes la investigación de temas interdisciplinarios. Por ejemplo, un tema como "cambio climático" concierne tanto a la ciencia política como a las ciencias duras, dijo, y "en el mundo físico, los libros sobre esas disciplinas se encuentran en dos edificios diferentes de Columbia". Y como muchos estudiantes tienen problemas para identificar fuentes confiables en Internet, no puede haber nada de malo en el hecho de que las bibliotecas prestigiosas sólo dispongan de materiales evaluados, agregó Wittenberg.

Preguntas

Mirando hacia el futuro, sin embargo, se preguntó qué ocurrirá con la enorme cantidad de materiales y documentos originales alojados fuera de las bibliotecas, en museos y archivos. Jimerson opinó: "Una imagen escaneada sólo puede proporcionar algunas cosas, y el enorme volumen de material dificulta el escaneo total". Pero agregó que en principio respaldaba el proyecto de Google.

"Recuerdo la anécdota de un caballero que, en una biblioteca, observó a un investigador que olfateaba los libros", acotó. "El aroma del vinagre todavía impregnaba los volúmenes que habían sido tratados con ese líquido para prevenir el cólera durante una epidemia".

Robert Darnton, profesor de historia de Princeton, que escribe una historia de los libros, señaló que si se observa la encuadernación y la calidad del papel de un libro, un investigador es capaz de deducir muchas cosas acerca del período en el que fue publicado, de su editor y del público al que el volumen estaba dirigido. "Puede haber alguna convicción errónea con este cambio, respecto de que todos los conocimientos estarán a nuestro alcance", dijo Darnton sobre el proyecto de ampliar la base de datos de Google.

En su opinión, hay espacio suficiente para Google y para la investigación no virtual. Algunos entrevistados manifestaron su preocupación de que Google no reproduzca completo el material que aún está protegido por derechos de autor, que abarca a todos los libros publicados en los Estados Unidos después de 1923. Y en esta época hay demasiados estudiantes que sólo leen fragmentos y no los textos completos.

Pero no se trata de una situación excluyente. Las bibliotecas ya han sido transformadas por la aparición de Internet, afirma Paul LeClerc, presidente de la Biblioteca Pública de Nueva York. Las bibliotecas seguirán siendo necesarias para reunir, clasificar y almacenar la información, aseveró.

"La TV no reemplazó a la radio", explicó. "Los videos y el DVD no reemplazaron al cine. Sigue siendo más fácil leer un libro que leer online. El sitio virtual de la Biblioteca Pública de Nueva York recibe 750.000 millones de consultas de 200 países y territorios diferentes, y eso sin ninguna publicidad", continuó. "Y en ese contexto hay que considerar este nuevo elemento".

Muchos directores universitarios saben que, para la mayoría de la gente, la información no existe a menos que esté online, afirmó Paul Courant, rector y vicepresidente de asuntos académicos de la Universidad de Michigan. Y agregó que muchas universidades querían digitalizar sus materiales y evaluaban la posibilidad de hacer compras cooperativas de libros para evitar la redundancia en un mundo cada vez más digitalizado.

El proyecto de Google satisface esas necesidades. Y además, acotó, Google actuará como una forma de publicidad que atraerá a más personas a las bibliotecas."Los bibliotecarios seguirán siendo responsables de archivar y clasificar el material, así como de reunirlo", dijo. "Muchos académicos se conectarán con Internet y querrán ver el libro, de modo que vendrán a la biblioteca."

Más información:
Google creará gigantesca biblioteca virtual

            

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