24/Ene/05

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Forma de racismo que parece incurable

Mucha gente está dispuesta a renunciar a las demostraciones flagrantes de racismo. Pero los investigadores dicen que una variedad menos obvia de este tipo de discriminación parece estar tan arraigada que no se puede controlar.

(World Sicience, diciembre 2004) Es difícil estimar cuántas carreras, fortunas y vidas se han dedicado (y sacrificado) al objetivo de terminar con la discriminación racial. Pero dos estudios recientes sugieren que esos esfuerzos pueden toparse con una barrera más infranqueable que los gobiernos, las leyes o el odio: el cerebro.

A pesar de las presiones sociales que se oponen al racismo, una investigación sugiere que éste no ha desaparecido, sino que ha dado paso a una variedad más sutil. Mientras que en el pasado mucha gente discriminaba a los negros simplemente por ser negros, ahora algunos reservan sus sentimientos negativos sólo para los que poseen rasgos faciales considerados típicos de los negros. En otras palabras: por lo general, tratan a los negros igual que a los blancos, pero tratan peor a la gente de cualquier raza que posee rasgos "afrocéntricos", tales como la piel más oscura, la nariz ancha y los labios carnosos. Y esta nueva forma de prejuicio parece más insidiosa que la tradicional, porque hasta las personas mejor intencionadas son incapaces de librarse de ella.

Irene Blair, la directora del grupo de investigación, cree que no se trata de un proceso consciente y deliberado que se puede evitar con facilidad una vez que se conocen sus características. Blair y sus colegas han descubierto que esta forma de prejuicio puede infectar muchas facetas de la sociedad, incluidas las sentencias emitidas por los jueces.

Blair, de la Universidad de Colorado, y sus colegas estudiaron los expedientes de 216 internos de las prisiones de Florida. Luego les pidieron a estudiantes de la universidad que clasificaran las fotografías de cada preso según el grado de coincidencia de la fisonomía de cada rostro con los rasgos afroamericanos típicos. Descubrieron que, en términos generales, los presos con antecedentes criminales equivalentes, ya fuesen negros o blancos, recibían sentencias equivalentes y que, dentro de cada raza, los presos con rasgos más afrocéntricos recibían sentencias más duras que aquellos cuya fisonomía era menos afrocéntrica. El informe del estudio apareció en el ejemplar de octubre 2004 de Psychological Science.

"Florida ha pasado los últimos 20 años luchando por conseguir sentencias que no tengan en cuenta la raza", dicen los autores, y los hallazgos demuestran que este esfuerzo ha tenido buenos resultados. Pero librarse de la discriminación basada en los rasgos faciales puede ser más complicado. "Esta forma de estereotipo parece ocurrir sin que las personas se den cuenta, por lo que no puede ejercerse su control inmediato", dicen los autores. "Sospechamos que los jueces no estaban conscientes de que los rasgos afrocéntricos podían estar influenciando sus decisiones y que no pudieron controlar efectivamente el impacto de tales rostros".

Otro estudio del equipo de Blair sustenta estos resultados. Dicho estudio examinaba las actitudes raciales en los estudiantes universitarios, un grupo cuya gran mayoría, en general, se preocupa por el racismo y por mantenerlo bajo control. Pero estos participantes, según el informe que describía los hallazgos, "en su mayor parte, parecían no ser conscientes de estar empleando los rasgos afrocéntricos en la elaboración de inferencias estereotipadas y demostraron ser incapaces de evitarlo". Esto ocurría incluso cuando se les daba información explícita acerca del proceso y se les enseñaba a identificar fácilmente los rasgos faciales más relevantes. El informe apareció en el ejemplar de diciembre de 2004 del Journal of Personality and Social Psychology.

Esta nueva forma de racismo puede no ser tan nueva. Según Blair, entre los negros, ya desde la época de la esclavitud, hay muchos relatos históricos y anecdóticos de prejuicios basados en los diferentes tonos de la piel. Lo que ha cambiado es que la gente está esforzándose por reducir esos prejuicios raciales y por lo tanto esa forma de prejuicio es menos preponderante y menos virulenta que antes. Sin embargo, no se han verificado esfuerzos similares para abolir los prejuicios basados en la fisonomía. Blair piensa que eliminar esos prejuicios será muy difícil, a menos que desaparezcan por completo las condiciones que propician el racismo en general.

Traducción: Claudia De Bella.