31/Ene/05 El terror japonés Nadie sabe qué es, pero en una casa de un barrio de Tokio, Japón, ocurren extraños acontecimientos que ponen en peligro la vida de quienes entran en ella, pues ya no pueden salir.
La versión japonesa es una historia muy atractiva, de verdadero horror y cumple su cometido de erizar el cabello. Aun cuando estos tiempos haya verdaderamente pocos motivos que causen miedo, la primera versión de Shimizu es aterradora. La trabajadora social envía a un mensajero a averiguar por qué en esa dirección no hay respuesta ni reciben sus llamados. El joven se da cuenta que la puerta de la casa está abierta y entra. Dentro hay cosas regadas, pero no se ve a nadie, hasta que escucha ruidos en el segundo piso. Por curiosidad sube, mientras se siente una presencia extraña, no se ve qué sea, hasta que descubre a un niño, de unos nueve años, en llanto. Una joven mujer llega a la casa, por cierto sombría, sin vida. Entra y como todos en Tokio, se descalza y se apresta a preparar la comida. Busca a sus familiares y nuevamente la presencia maligna inunda todo. Aún sin alcanzar la tensión y el terror de su primera versión, el filme de Shimizu logra captar parte de la atmósfera enrarecida de la casa en la cual no se sabe qué ocurre, pero se empieza a ver que al abrirse la caja en la permanecen las almas, se dejará salir el mal o una plaga que extermina a todos los que entran ahí. De ser La caza-vampiros ahora la rubia Sarah se convertirá en caza-fantasmas, por suerte todo es cuestión de cine.
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