06/Mar/05!f>
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Descubrieron una ciudad maya escondida en la selva mexicana
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Se trata de Ichcabal, un imponente complejo que atesora importante información sobre esa antigua civilización.
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(Terra, EFE) Arqueólogos del sur de México hallaron una
imponente ciudad perdida maya, Ichcabal, en el estado de Quintana Roo, que atesora información trascendental sobre esa antigua civilización. Oculta aún por la
tupida selva en el extremo sudoccidental de la península de Yucatán, en la vieja ciudad de Ichcabal hay plazas, pirámides y "sacbés" (caminos entre espacios
monumentales o poblaciones).
"Es un monstruo", explicó a EFE el arqueólogo Alan Maciel, en lo alto de una acrópolis sobre la que se asienta el mayor edificio del complejo, una pirámide de
45 metros de altura que se asienta en una base rectangular de unos cien metros por cuarenta de ancho. Ichcabal data de "finales del preclásico maya", que va
desde hace 2300 años a los años 300 a 400 de nuestra era, y en la ciudad apenas han comenzado los trabajos de exploración e investigación, muy poca
restauración.
Desde el punto más alto de la ciudad perdida se extiende una selva exuberante, donde deambulan jaguares, tejones, tapires y venados, donde hay tucanes y
serpientes. La pirámide está cubierta de vegetación, el acceso a la cúspide es aún difícil al igual que lo es llegar a Ichcabal por un viejo y tortuoso sendero que
queda impracticable de abril a noviembre, la época de lluvias, lo que dificulta cualquier trabajo de restauración.
La urbe maya se localiza en el sur del estado mexicano de Quintana Roo, a unos cuarenta kilómetros al noroeste de Chetumal y unos veinte de la frontera con
Belice.
La zona está llena de vestigios mayas, pues a unos diez kilómetros se encuentra Dzibanché y algo más lejos Kohunlinch y Kinichná.
Su hallazgo no ocurrió hasta 1995, cuando arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dieron con ella.
La directora del INAH en el estado mexicano de Quintana Roo, Adriana Velázquez, señaló a EFE que cuando prácticamente se tenían por descubiertos todos
los grandes complejos urbanos del mundo maya Ichcabal fue una sorpresa.
"Le va a dar un vuelco a la arqueología en la región. Vamos a tener algo muy diferente que decir. Lo que pasa es que apenas estamos iniciando (...). Yo creo
que por lo menos, en unos cinco o seis años no estaremos en condiciones de abrir", dijo Velázquez.
La arqueóloga extrema la prudencia a la hora de ofrecer detalles del magnífico descubrimiento, pero adelanta algunas hipótesis, como que durante la existencia
de la ciudad de Ichcabal se produjo la mayor presión demográfica en la península de Yucatán.
"Creo que sería bastante conservadora una cifra de cinco o seis millones de habitantes, y sitios con más de 20.000, 30.000 o hasta 50.000 habitantes, porque la
densidad en algunas regiones, por ejemplo en el sur de Quintana Roo, es tal que nunca termina de haber estructuras", añadió.
Pese a la necesidad de que el proceso de rehabilitación y posible apertura del sitio sea aún lejana, responsables turísticos estatales consideran que Ichcabal va a
revolucionar las rutas en el sur de México.
"Para nosotros es un reto estratégico. Cuando Ichcabal se abra al público va a haber una transformación de toda la forma de hacer turismo en la zona sur. Va a
ser nuestro eje rector", declara el subsecretario de Desarrollo Turístico de Quintana Roo, José Alberto Alonso.
"Coincido con el INAH en la dificultad de poder abrir inmediatamente un sitio. Es imposible porque primero el INAH tiene que valorar la riqueza histórica del
lugar antes de convertirlo en un atractivo turístico", añade el funcionario local.
Sin embargo admite que "la zona arqueológica como está actualmente es un atractivo turístico" por lo que podría ser posible abrir en unos tres años bajo
determinadas condiciones que permitan al turismo conocer la selva y cómo evolucionan los trabajos de restauración.
"Hay gente que pagaría, y muy bien, por ver un atractivo de este tipo: es una ruina maya monumental cubierta por la selva. Eso es un atractivo incalculable",
añade. A más largo plazo, explica, tienen "que pensar en un gran parque arqueológico-ecoturístico en el cual la gente vaya preparada no solamente a ver la zona
arqueológica sino a disfrutar la flora y la fauna que hay", concluye Alonso.
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