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Celera deja de vender la información del genoma
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La carrera de los organismos públicos contra Celera por patentar antes el genoma humano es uno de los capítulos más apasionantes de la historia de la
ciencia. Ahora, finalmente, Celera dio el brazo a torcer. Ahora cederá su archivo a una institución pública.
(El Mundo Salud) Celera Genomics la compañía privada que protagonizó, junto con un
consorcio público, la carrera por descifrar el "libro de la vida" acaba de anunciar que abandona el "negocio" de vender información genética para dedicarse a
la investigación de fármacos. La empresa pondrá esta información a disposición pública.
La compañía había sido creada en 1998 por Craig Venter. El
científico, harto de la lentitud con la que el consorcio público intentaba descifrar el genoma humano, desarrolló un método rápido para secuenciar esta
información y anunció que lo tendría listo para 2001 (cuatro años antes de lo que planeaban las instituciones que formaban el Proyecto Genoma Humano).
Finalmente, la carrera acabó en "tablas" y ambos contrincantes publicaron el "libro de la vida" en febrero de 2001. Este empate dañó las perspectivas
económicas de Celera. La compañía planeaba vender sus datos a farmacéuticas que pudiesen desarrollar nuevos medicamentos basándose en las raíces
genéticas de las enfermedades (farmacogenómica), pero el negocio nunca ha resultado muy rentable.
¿Para qué pagar por una información similar a la que estaba disponible gratuitamente en Internet? Celera sigue perdiendo dinero y nunca ha conseguido aplacar
las críticas de quienes esgrimen que una información fundamental sobre la biología humana debería estar disponible "en abierto", según publica The New
York Times.
Aunque la venta de esta información le ha proporcionado la mayor parte de sus ingresos, las suscripciones (que costaban desde miles de dólares para un
científico a millones para una gran compañía farmacéutica) no han hecho sino menguar. Las inscripciones actuales (Celera no ha querido aclarar cuántas son,
pero se sabe que en su mejor momento contó con 25 compañías y 200 instituciones académicas) finalizarán antes del 30 de junio.
"Esta acción va en la línea de los anuncios de Celera durante los tres últimos años sobre su interés en centrarse en desarrollar sus negocios terapéuticos", ha
explicado la compañía en un comunicado. De hecho, cuando hace tres años Venter anunció que dejaba la presidencia de Celera, fue reemplazado por Kathy
Ordoñez, una veterana de las compañías farmacéuticas.
Acceso gratuito
Los científicos de la compañía han anunciado que donarán la información sobre los 30.000 millones de pares de bases a una base de datos pública. La
información incluye las secunencias básicas del ADN del hombre, el ratón y la rata, así como algunos datos sobre variantes genéticas. Se excluye alguna
información más nueva que Celera está empleando para desarrollar herramientas diagnósticas.
De hecho, según Associated Press, al poner en abierto su información genética también pretende aumentar el interés en Applied Biosystems, una compañía
"hermana" de Celera que desarrolla productos para ayudar a los científicos a buscar y analizar los datos genéticos.
Francis S. Collins, cabeza del consorcio público, considera que la decisión es prueba de que "los datos quieren ser públicos". Según Collins, resultará
especialmente útil la información sobre el genoma de los roedores, pues las secuencias descifradas por Celera son distintas a las que descifró el consorcio
público.
Venter, que ahora dirige sus propios centros de investigación sin ánimo de lucro, opina ahora que estos datos deben ser públicos, según declaró en un
comunicado.
La otra verdad
Para conocer en detalle esta historia, resulta muy recomendable, y accesible, el libro editado por Le Monde Diplomatique El genoma y la
división de clases - Conversaciones con Jorge Halperin, en el que el Premio Nobel de Medicina 2002, John Sulston (a la sazón, uno de los protagonistas de
la carrera contra Celera, de visita en Buenos Aires en 2004), cuenta cómo fue y sus profundas implicancias. De esa entrevista, se desprende cuál fue la clave
para ganar la carrera del genoma a Celera:
"Teníamos que hacer un esquema de todo el genoma humano y sacarlo rápido admitió Sulston, aunque fuera imperfecto. (Francis) Collins inventó un término:
lo llamó "secuencia en borrador". Significa que se trata de una secuencia incorrecta. Yo vacilé primero, pero luego comprendí que era necesario. Y fue algo muy
inteligente, porque decidimos que para ganar la batalla por el dominio público, por un período muy breve, desde 1998 hasta 2000, íbamos a correr la carrera
para completar la secuencia en borrador y, así, impedir cualquier posibilidad de patentamiento. Los datos pasaban al dominio público, de modo que no podrían
ser patentados. Además, esto produciría otro efecto: daría otro tipo de credibilidad sobre nuestro equipo. Aunque, la verdad, la clave fue lo que se hizo entre
2000 y 2003, cuando mejoramos el borrador hasta producir la secuencia final que queríamos."
Sobre el fundador de Celera,
Sulston comenta: "Craig
no era Mefistófeles, sino Fausto".
Joe Garrafex
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Más información:
El genoma y la división de clases, John Sulston - Conversaciones con Jorge Halperín.
Ratones y humanos, diferentes genéticamente en un 2 por ciento
Nature publica el primer mapa detallado del genoma del ratón