27/May/05!f>
|
Revista Axxón
Axxón en facebook
Lectores de Axxón en facebook
|
|
La actividad espacial será una prioridad nacional de Argentina hasta 2015
!t>
Se firmó el decreto que aprueba el plan para la próxima década. Entre otras cosas, se instalará una nueva estación de recepción de datos satelitales en la
Antártida. También se construirán y pondrán en órbita tres nuevos satélites.
(La Nación) El 24 de mayo por la mañana ocurrió un hecho infrecuente en la vida pública local: después de once años de saludable vigencia, se
prorrogó hasta 2015 el Plan Espacial Nacional. Es decir que, si todo se cumple como está previsto, la Argentina mantendrá su lugar en el espacio
ininterrumpidamente, sin marchas y contramarchas, durante más de dos décadas.
La noticia fue dada a conocer durante una brevísima conferencia de prensa por el canciller, doctor Rafael Bielsa, y por el director ejecutivo y técnico de la
Comisión Nacional de Actividades Espaciales, doctor Conrado Varotto, que tiene a su
cargo la puesta en práctica de estas líneas de acción.
"Poder referirme al plan espacial me da una extraordinaria satisfacción elogió Bielsa. Para un gobernante de un país en desarrollo, frecuentemente se da una
lucha entre lo perentorio del día a día, y la necesidad de planificación. Este plan es la versión de un país que uno piensa que puede ocupar un lugar en el mundo."
Varotto, por su parte, subrayó que esta ratificación de la actividad espacial como política de Estado prioritaria "muestra que cuando nos proponemos
seriamente hacer cosas, podemos hacerlas".
Jugar en primera
El Plan 2004-2015 es una apuesta ambiciosa: incluye desde la puesta en órbita de por lo menos tres nuevos satélites hasta la instalación de estaciones de
recepción de datos satelitales en Tierra del Fuego y la Antártida, el desarrollo de aplicaciones de la información espacial para el alerta temprano de catástrofes
ambientales y de salud, la asociación con otros países espaciales, la formación de científicos y técnicos, y la llegada masiva a niños y jóvenes de entre 8 y 16
años para que incorporen el uso de la información enviada desde el espacio en relación con las actividades productivas, ambientales, sanitarias, geográficas e
históricas de su zona de residencia.
También prevé promover la asociación con países de la región, estudiar la factibilidad de desarrollar un vehículo lanzador junto con otro u otros países, y la
creación de una agencia regional similar a la europea.
"La Argentina está jugando en primera dice Varotto. Por otro lado, la información que obtiene desde el espacio es fundamental para su desarrollo
socioeconómico."
Para alcanzar estos objetivos, la Conae dispondrá de 700 millones de pesos de aportes directos del Tesoro nacional. Pero a esto se sumarán alrededor de 540
millones de aportes indirectos, por la participación de más de doscientos organismos, empresas y universidades, y otros 2800 millones aportados por socios
extranjeros.
Con respecto a la notoria diferencia entre la inversión local y foránea, Varotto explica que el plan estipula que en todos los proyectos el país corre con el 30%
de los costos y los países socios, con el 70%.
Cinco cursos de acción
"La Argentina es un «país espacial» por sus dimensiones y sus características físicas, y porque puede hacer uso intensivo de los productos de la ciencia y la
tecnología satelitales", afirma Varotto.
Los satélites permiten censar, reunir, transmitir, almacenar y procesar información acerca de las actividades productivas y medioambientales, y de los rasgos
geofísicos del área continental y oceánica nacional. Esta información permite, luego, la toma de decisiones informadas tanto por parte de los sectores
productivos como de la administración pública.
Para ello, el plan se aplicará siguiendo cinco "cursos de acción": las misiones satelitales -comprenden actividades destinadas a diseñar, construir y operar
vehículos espaciales-, el desarrollo de infraestructura terrestre -comprende actividades destinadas a mantener y operar instalaciones técnicas y los laboratorios
en tierra-, el desarrollo institucional de la Conae y de su enlace con otras instituciones locales y del exterior, el de sistemas de información y acceso al espacio
-que se refiere al procesamiento, transmisión y aprovechamiento de la información recogida-.
"Los satélites son los «fierros» -comentó coloquialmente Varotto-. Se hicieron tres [el Sac-A, el Sac-B y el Sac-C] y están en construcción otros tres, el
Sac-D/Aquarius, y dos Saocom, cuyos instrumentos serán de lo más avanzado que existe en la actualidad. Los Sac y los Saocom son aparatos de entre 1600 y
2000 kg, pero también tenemos previsto poner en órbita aparatos mucho más pequeños para aplicaciones especiales, los SARE, que no tienen límites inferiores
y para los que incluso utilizaremos la nanotecnología."
Pero el plan no se agota allí. También comprende acciones más inasibles, pero igualmente vitales, como la formación de científicos y técnicos. "En el espacio, lo
más valioso son las neuronas", comenta Varotto. Un ejemplo es el Instituto Gulich, creado a partir de un convenio entre la Conae y la Universidad de Córdoba.
"Su origen es similar al del Instituto Balseiro cuenta. Pero su funcionamiento es totalmente distinto. Es el único instituto en el que no se cursan carreras, sino
que se desarrollan proyectos en forma multidisciplinaria y en asociación con otros actores del sistema científico-tecnológico nacional. Entre otras cosas, envía
anualmente 20 becarios a perfeccionarse a Italia."
Si se necesitara probar que todo esto se logra gracias a una eficiencia poco común en el ámbito público, basta con agregar un solo dato: la Conae lo logra con
sólo 160 integrantes. "Es su planta total, incluyendo contratados -afirma Varotto-. Es que está previsto que nosotros cumplamos la función de «arquitectos» del
plan espacial, privilegiando el manejo del conocimiento por sobre la ejecución, que queda en manos de todo el sistema científico-tecnológico y productivo del
país." Hasta ahora, una ecuación inteligente.
!c>