02/Jun/05!f>
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Reseña/Crítica: Las trillizas de Belleville
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Bolsa de pochoclos en mano, nos aprestamos a ver la película animada de Sylvain Chomet,
recientemente editada en DVD. Ésta es la reseña.
El saber popular, y alguna que otra prueba empírica, rezan que "detrás de todo gran hombre hay una gran mujer". Champion es un muchacho lánguido y
apocado, cuya felicidad reside sólo en andar en bicicleta. Vive con su abuela, Madame Souza, quien arbitra los medios para que Champion sea feliz.
Ambos son pobres, pero es una pobreza superficial. Madame Souza es mucho más de lo que parece. Nadie que tenga recursos es totalmente pobre y la abuela
de Champion tiene recursos. Toneladas de recursos.
Del otro lado del océano, las Trillizas de Belleville (otrora famosas cantantes, en la década del ´30) viven una suerte de semiretiro, dando recitales en tugurios de
mala muerte. También tienen recursos.
Y está la mafia del vino. Y el perro de Champion, Bruno, que sueña con trenes.
¿Cuál es la relación que liga todos estos componentes? De eso se trata Las trillizas de Belleville: un largometraje francocanadiense que mezcla los dibujos animados
tradicionales, la animación por computadora y las películas en blanco y negro, de una forma magistral.
Pero el fuerte del film radica en la excentricidad y riqueza de los personajes los principales y los secundarios,
y en la absurda coherencia del argumento, que remite
a una alegría elemental, o mejor: a una luminosa y reconfortante simpleza.
En Las trillizas... nada es previsible, todo resuma una inteligencia profunda y discreta, que prescinde de las palabras (de hecho está en francés y no se
han molestado en hacer el doblaje o el subtitulado... y no tiene la menor importancia). También hay notables apuntes ácidos sobre nuestra sociedad, muy
evidentes para quien quiera verlos (nótese el estilo elegido para retratar los personajes a uno y otro lado del océano, por dar un ejemplo).
El último de los componentes de esta ensalada soberbia es la música (entre el jazz y la balada) del canadiense Ben Charest, que se luce tanto con la guitarra y el
acordeón, como con instrumentos algo más informales. Todavía no pude sacármela de la cabeza.
La película ha merecido una cantidad impresionante de premios, estuvo nominada al Oscar y participando en Cannes con espléndida repercusión.
Algunos incluso la comparan con la película Amelie. No he visto ese largometraje, pero la comparación no suena descabellada en absoluto.
Volviendo a Las trillizas..., da ganas de volver a verla. Y da ganas de recomendarla.
Alejandro Alonso para Axxón y Garrafex News.
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Más información:
Sitio oficial de la película