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Los glaciares se están derritiendo más rápido de lo previsto
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"Más de la mitad del actual incremento en el nivel de los océanos obedece al hielo que se está derritiendo en Groenlandia, en el Mar de Amundsen en la
Antártida Occidental y en los glaciares de las montañas", aseguró el científico de la NASA Eric Rignot.
(NASA) Rignot y varios expertos en oceanografía explicaron, durante una rueda de prensa, que la agencia espacial estadounidense posee, por primera
vez en su historia, la tecnología necesaria para entender los cambios en los niveles marítimos y sus efectos a nivel mundial.
En ese sentido, Waleed Abdalati, responsable del Programa de Criosfera (nombre con el que se conoce a las regiones cubiertas por nieve o hielo) de la NASA,
explicó que "se estima que más de 100 millones de personas se verán afectadas por el incremento de un metro en el nivel de los océanos".
El científico no precisó cuándo, exactamente, se concretará ese incremento.
La agencia calcula que para 2006, el incremento en el nivel oceánico alcanzará los 50 milímetros frente a los niveles de 1994.
Los nuevos satélites de la NASA serán capaces de predecir con exactitud durante los próximos años el nivel al que están aumentando los océanos y los motivos
que provocan esos cambios.
"En los últimos 50 años, el nivel de los mares ha aumentado a un ritmo estimado de 1,77 milímetros anuales, pero en los últimos 12 años ese ritmo parece ser de
3,048 milímetros anuales", aseguró Steve Narem, profesor de la Universidad de Colorado.
Narem apuntó que "alrededor de la mitad de ese aumento procede de la expansión del agua de los océanos que ha tenido lugar a raíz del incremento de
temperaturas".
Entre las misiones de la NASA dedicadas a seguir la evolución de los océanos figuran el satélite ‘Grace", que ayuda a entender el movimiento del agua en la
Tierra y ‘Topex", un satélite conjunto entre EE.UU. y Francia que utiliza un radar para medir con precisión la superficie oceánica.
A esos dos satélites se suman Jason, que mide el nivel de los mares y vigila la circulación oceánica, e ICESat, cuyo principal objetivo consiste en estudiar las
masas de hielo polar y su contribución a los cambios en las aguas marítimas.
Las mejoras tecnológicas de la NASA llegan en momentos en los que se produce un acalorado debate global sobre los cambios climáticos.
Un estudio publicado recientemente en Gran Bretaña alerta de las consecuencias que el fenómeno podría tener sobre ese país.
El informe del Benfield Hazard Research Centre, del University College, de Londres indica que el aumento del nivel del mar podría anegar Londres y otras
ciudades costeras como Edimburgo o Bristol.
El cambio climático es, también, una de las prioridades en la agenda del Grupo de los Ocho (G-8) que se reúne esta semana en Gleneagles (Escocia) y un tema
que separa a EE.UU. del resto de sus aliados en todo el mundo.
Estados Unidos se negó a sumarse al Tratado de Kioto para controlar las emisiones de gases invernadero que arrancó el pasado febrero sin la participación del
país más contaminante del mundo.
Los responsables estadounidenses decidieron retirarse en el 2001 de la negociación del tratado por considerar que aplicarlo en su territorio costaría cinco
millones de puestos de trabajo y miles de millones de dólares.
El Gobierno de EE.UU. sostiene, además, que la conexión entre dichos gases de efecto invernadero y el calentamiento global no está clara y aboga por una
mayor investigación.
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