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¿Tenemos un cerebro en el intestino?
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El diario The New York Times entrevistó al médico investigador que descubrió la existencia de dos centros nerviosos definidos: en la cabeza y en el intestino.
(Infobae) - ¿Quién no sintió alguna vez las "cosquillas" en la panza a la hora de declarar su amor? ¿Quién no tuvo diarrea la noche anterior de dar un
examen difícil? ¿Cuántas veces sintió que perdía el apetito porque estaba angustiado ante alguna dificultad en su trabajo?
Esas reacciones tienen relación directa con el "segundo cerebro del cuerpo humano", denominado sistema nervioso entérico.
¿Dónde está ubicado diminuto cerebro que tiene relación directa y muchas veces independiente del que tenemos ubicado en la cabeza? En el intestino.
Un artículo del diario The New York Times presenta la entrevista al doctor Michael D. Gershon, autor del libro titulado "El segundo cerebro".
"El sistema nervioso entérico es un vasto almacén químico en el que están representadas todas y cada una de las clases de neurotransmisores que operan en nuestro cerebro", dice un párrafo del libro escrito
por el jefe del Departamento de Anatomía y Biología celular de la Universidad de Columbia.
El diario asegura en un artículo publicado esta mañana que existe una notable paridad entre los dos cerebros: la mente humana tiene estrechísimo vínculo con un
almacén químico intestinal.
Gershon explica que en las reacciones habituales del organismo como los nervios que se reflejan en una gastritis, o la sensación de ansiedad, depresión, síndrome
de irritabilidad, hemorroides, úlceras y hasta el Parkinson manifiestan síntomas tanto a nivel cerebral como intestinal.
"La mayoría de los pacientes con ansiedad y depresión también tendrán alteraciones en las funciones intestinales", dijo el doctor al diario.
Un síntoma en un cerebro repercute en el otro. Los antidepresivos, por ejemplo, causan problemas gástricos porque surten de hormonas que el cuerpo libera cuando está en una situación de lucha. El estrés también
sobreestimula nervios del esófago, y causan así las sensaciones de ahogo que experimentan muchas personas en los ataques de pánico.
Gershon propone inaugurar el campo de la neurogastroenterología. Esto ayudó ya mucho para solucionar problemas de constipación, úlceras y otras
enfermedades.
El rol del sistema entérico es manejar cada aspecto de la digestión, desde el esófago hasta el estómago, el intestino delgado y el colon. El segundo cerebro, o
pequeño cerebro, logra todo eso con las mismas herramientas que el cerebro grande. Es también una red sofisticada y autónoma de circuitos neurales,
neurotransmisores y proteínas.
"En vez de poner, la madre naturaleza, un pack de 100 millones de neuronas en algún otro
lado del cerebro o la médula espinal que tienen un largo trecho hasta el tracto intestinal puso al circuito justo al lado del sistema que requiere su control",
explicó la doctora en fisiología, biología celular y medicina interna Jackie D. Wood.
Dos cerebros parecen de ciencia ficción, pero en realidad son cosa literal de la evolución. "Lo que hacen los cerebros es controlar el comportamiento", dice
Wood. "El cerebro en tu intestino tiene almacenados una variedad de programas de comportamiento, como una biblioteca. El estado digestivo determina qué
programa llama de la biblioteca y se ejecuta".
No es sorpresa que hay relación entre lo emocional y lo físico, pero ahora tienen bases sólidas para pensarlo. Ambos cerebros usan el mismo "hardware" para ejecutar programas distintos. La serotonina de todo nuestro cuerpo, crucial para la sensación de bienestar, está alojada en un
95% en el intestino.
De cualquier manera, lo que es bueno para un cerebro es por lo general bueno para el otro. Los experimentos se multiplican y una nueva puerta se abre en
términos de cómo curar el cuerpo y el alma a la vez.
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