27/Sep/05

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Crónica de la fiesta del 16° cumpleaños de Axxón

Hay una amplia colección de fotos aquí y aquí.

(Axxón) - Eduardo me encargó una crónica de la fiesta del 16° cumpleaños de Axxón y aquí estoy como Lope, sólo que en lugar de un soneto para Violante estoy en un aprieto porque se hace muy difícil ser juez y parte. Así que no seré objetivo en absoluto y burla burlando ya van tres delante...

Llegué temprano, pero ya estaban el Mil Veces Maldito (Omar Munarriz), Laura Núñez, Gladys Canizzo de Carletti, Eduardo J. Carletti y Aníbal Gómez de la Fuente (gracias a cuyas gestiones pudimos utilizar las instalaciones de la Asociación Argentina de Go, institución a la que agradecemos). Diego Escarlón llegó unos segundos después. Hay que decir que la parafernalia técnica estuvo lista rápidamente y sólo fue cuestión de sentarse ante la pantalla para abrir la fiesta a todos los amigos que quisieron participar y se enlazaron a través del chat.

Mientras "caía" gente al baile (Saurio con su hijito Camilo, un bombón, Laura Ponce y Martín Ramos, Luis Pestarini y Paula Ruggieri con sus chicos, Marcelo Simonetti) se estableció contacto nacional e internacional y durante un buen rato nos fuimos turnando frente al teclado para charlotear con Barbara Din (San Luis), Raquel Froilán García (León, España), Andrés Diplotti (Pergamino), Fabio Ferreras (Bahía Blanca), Juan Pablo Gil (Chile), Milan Banjanín (Viajero) de Venezuela, Aída Cortés Lemus de Ensenada, México, y alguno más que seguramente recordaré luego. La webcam instalada permitía viajar a nuestras imágenes corporales por las venas del gran monstruo virtual y llegar a los ojos de nuestros amigos de otras regiones para hacerlos sentir un poco más cerca...

Por fortuna el lugar dispone de varias salas, por lo que nos fuimos desparramando y formando grupos de conversación animados y heterogéneos. Una de las PC permitía el trabajo en el cadáver exquisito que Diego Escarlón puso en marcha (y que como ya se anunció podrán leer en Axxón) y fueron repartidos los malditos e insolubles crucigramas con los que Laura y Omar intentaron torturarnos.

Seguía llegando gente. Agudo con su esposa; Fabián Labeau y su hija; Gabriela, esposa de Omar, y su hijito Agustín; Daniel Axxonita Vázquez con dos de sus vástagos, Uriel y Santiago; Alex Té Verde Ferreyra, y la familia de Gagry, cuyos nombres no conozco, en forma de matrimonio y tres niños. Esto permitió que se pusiera en marcha la fábrica de aliens de plastilina con una concurrencia infantil (y no tan infantil) más que interesante. El producto de la tarea pueden observarlo en varias fotos.

Mientras comíamos y bebíamos con moderación apareció la infaltable torta de Gladys, una exquisitez no apta para los que ya estamos superando el kilaje permitido por la categoría. Por entonces ya nos habíamos resignado a que Laura Ponce fuera la campeona de lucha en el barro sin sacarse la ropa por ausencia de adversarias de fuste.

El chat seguía y seguía y era notable la persistencia de los que habían permanecido varias horas clavados a sus sillas. En una de mis pasadas por el lugar observé que mi nombre era pronunciado en vano y que se me atribuían dichos jamás pronunciados por mi boca. Pero no se puede estar en todas partes y verificar todo, y por otra parte no hay forma de controlar a Omar Munarriz ni medir sus dichos, por lo que resignado volví a la sala de conferencias. Se habían sumado Mónica Torres, Jorge Korzan y Alejandro Alonso a la interesante charla que había comenzado tratando el tema de plagios y plagiarios, pasó por Greg Egan, Oceánico y El instante Aleph y la utilización de predicciones científicas para delinear escenarios, hizo base en esas mismas predicciones y sus posibilidades de verse concretadas, con el consiguiente perjuicio para nosotros y derivó hacia el trabajo en los talleres y los cuentos escritos a cuatro manos.

Más o menos simultáneamente contemplábamos los productos de la creatividad en plastilina (algunos de los aliens son verdaderamente notables) nos deleitábamos con las correrías de los chiquillos (sin desmerecer a nadie diré que le hubiera otorgado el primer premio a Camilo, el hijito de Saurio, tal vez contagiado por el idem del padre); firmes en el chat seguían subiendo el voltaje erótico de la charla sin que Omar hiciera ningún esfuerzo por moderarlos. En la otra habitación continuaban los aportes al cadáver exquisito y arribó, entre curiosa y estupefacta, una cantidad de jugadores de go, dueños de casa, para, supuestamente enseñar los rudimentos del juego a los que quisieran aprenderlos, aunque yo me inclino a pensar que en realidad deseaban ver con sus propios ojos a los aliens de plastilina y también de carne y hueso que los habían invadido...

Cerca de las 22 recibí un llamado requiriendo mi retorno a la base Alfa y tras saludar efusivamente a los presentes corpóreos pasé a saludar a los virtuales y me retiré.

Debo aclarar que, ya en mi casa, tuve la certeza de que una suerte de demencia extraterrestre, tal vez provocada por un agente que llegó a la Tierra anidando entre los pliegues de un traje espacial, había atacado a los chaters, ya que seguían atornillados a sus sillas y absolutamente incandescentes. No me atrevo a mirar ahora y descubrir que siguen allí.

En síntesis y muy brevemente: tuve la certeza de que vale la pena hacer Axxón. Por lo que significa en sí misma y por los afectos que facilita. Dentro de un rato, es decir, dentro de doce editoriales y muchos zappings, y varias Anacrónicas y unos ciento cincuenta Encarriladores, y medio centenar de reseñas de libros, y miles de noticias y trescientos cuentos estaremos festejando el 17° cumpleaños de Axxón. No se vayan que ya empieza.

Sergio Gaut vel Hartman, para Axxón.