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Logran implantar arterias creadas con células de la piel
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Dos argentinos, un hombre y una mujer, fueron los primeros en recibirlas. Fue un trabajo en común con EEUU.
(La Nación) - Dos pacientes argentinos una mujer de 56 años y un hombre de 61, ambos con problemas renales fueron los primeros en el mundo en recibir un
trasplante de arterias hechas a partir de sus propias células. Los implantes demostraron soportar sin problema las agujas que se emplean en las sesiones de
diálisis a las que son sometidos estos pacientes tres veces por semana.
Apodados "neoarterias", estos vasos sanguíneos fueron desarrollados mediante técnicas de ingeniería de tejidos por investigadores de la Universidad de
Stanford, Estados Unidos, y del Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento. Sus primeros usos en humanos fueron presentados anteayer en las Sesiones
Científicas 2005 de la Asociación Americana del Corazón, que se realizaron en Dallas, Estados Unidos.
"Las técnicas de ingeniería de tejidos basadas en cultivos planos ofrecen una oportunidad para los pacientes de contar con un suministro inagotable de arterias
hechas con sus propias células", declaró en conferencia de prensa el bioingeniero Todd Mc Allister, investigador de la Universidad de Stanford y uno de los
inventores de la neoarteria.
"Creo que esta técnica ayudará a muchas personas que necesitan un bypass pero carecen de arterias viables para realizarlo, como es común en los diabéticos, en
aquellos que han sufrido un accidente que dañó seriamente una arteria o para las personas en diálisis", dijo a La Nación el doctor Luis de la Fuente, jefe del
Instituto de Cardiología Intervencionista del Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento, que dirigió las pruebas clínicas de las arterias realizadas en el país.
"Pensamos que es extraordinariamente prometedor y que son muchos los pacientes que podrán beneficiarse de estas arterias obtenidas mediante ingeniería de
tejidos", comentó, por su parte, la doctora Elizabeth Nabel, directora del Instituto Nacional del Corazón, el Pulmón y la Sangre, de los Estados Unidos, que ha
invertido 2,5 millones de dólares en el proyecto.
El paso siguiente será probar la neoarteria en 25 pacientes argentinos, al mismo tiempo que en Inglaterra es probada en otros 25 pacientes que deben ser
sometidos a un bypass. La empresa Cytograft Tissue Ingineering, que posee la patente del implante, dijo que pedirá permiso a la Administración de Alimentos y
Medicamentos (FDA, según sus inglés) de los Estados Unidos para realizar también allí nuevos estudios clínicos.
Una fábrica inagotable
"A partir de un centímetro cuadrado de células de piel y de vena podemos obtener cientos de arterias de casi cualquier tamaño", dijo a La Nación Todd Mc
Allister, cuando a fines de 2003 visitó la Argentina para poner en marcha la fase clínica del proyecto.
¿Cómo dan forma de arteria a esta mínima cantidad de células? "Tomamos una pequeña muestra de piel de la palma de la mano del paciente y la purificamos
para obtener una población de células llamadas fibroblastos, y lo mismo hacemos con las células del endotelio [pared de los vasos sanguíneos]", comenzó
diciendo el bioingeniero Mc Allister. "Luego, los fibroblastos son cultivados en forma plana, como si fuera una hoja de papel, que más tarde es enrollada para
adoptar la forma de una arteria."
A las diez semanas, la arteria a medio construir es rellenada con una capa de células endoteliales extraídas previamente del paciente y luego cultivadas en
laboratorio. "Todo el proceso insume unos seis a nueve meses y da como resultado una arteria de dos capas, sin ningún elemento ajeno al paciente, lista para ser
implantada", completó Mc Allister.
Justamente lo que distingue a la neoarteria de otras arterias experimentales es que es la primera que es 100% tejido del paciente, lo que garantiza que su
organismo no la rechazará. "Las tecnologías habituales utilizan productos orgánicos o sintéticos a modo de matriz para hacer crecer las células que habrán de
conformar los tejidos; nuestra técnica sólo utiliza células del paciente."
Un segundo trabajo científico en torno a la neoarteria también presentado en Dallas muestra que estos implantes son superiores a otras arterias artificiales.
"Hemos demostrado que la formación de coágulos sanguíneos [capaces de taponar las arterias] no parece ser un problema en el corto plazo, lo que sí sucede
con los materiales sintéticos que se emplean en válvulas, vasos y otras prótesis artificiales", declaró Mc Allister.
Y agregó: "Los tejidos biológicos vivos tienen la capacidad de curar... las piezas de plástico, no".
Usos presentes y futuros
De las posibles aplicaciones terapéuticas de la neoarteria, las más inmediatas son básicamente tres:
Los pacientes en tratamiento de hemodiálisis, cuyos vasos sanguíneos resultan progresivamente dañados.
Aquellos en los que un traumatismo ha dañado irreversiblemente las arterias de las piernas, que de no ser reconstruidas pueden ocasionar la amputación.
Los pacientes que deben ser sometidos a un bypass coronario y que carecen de arterias aptas para ser empleadas en el procedimiento.
Pero esto es el presente; a futuro las aplicaciones posibles son casi infinitas: "Estas arterias presentan muchas potenciales aplicaciones dentro de la reparación
cardíaca pediátrica, por ejemplo, ya que al ser un producto vivo puede crecer a medida que el paciente crece", dijo Mc Allister, durante la conferencia de prensa
en Dallas.
"Otro potencial beneficio es en los pacientes que se someten a un bypass coronario, pues se podrían eliminar los daños y las complicaciones quirúrgicas que se
asocian a la extracción de venas de las piernas para realizar este procedimiento", concluyó el investigador.
Aportado por Alejandro Alonso
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