15/Dic/05!f>
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En Alemania buscan saber mejor por qué envejecemos
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Envejecer nos toca a todos, con algo de suerte. Pero mucho no se sabe aún sobre las razones de la longevidad. Para encontrar la respuesta, investigadores
alemanes indagaron en el proceso molecular del envejecimiento y la muerte.
Existen aproximadamente 12 teorías sobre el envejecimiento, cada una de ellas basada en la interacción del organismo con el medioambiente. La referente al
envejecimiento celular supone que el oxígeno tan necesario para la vida es el que ocasiona la muerte de las células. Al consumirse y transformarse en energía
despide sustancias que dañan el núcleo celular: las radicales libres.
Otras teorías lo definen como el deterioro funcional del individuo en el aspecto psicológico, biológico y social. Lo que no está claro todavía es qué sucede a nivel
molecular para que un organismo decaiga hasta morir.
Comienzan a dilucidarse enigmas celulares
¿Por qué envejecemos? ¿Qué es lo que hace que las células dejen de reproducirse y lleven al organismo a la muerte? ¿Se puede envejecer con salud? ¿Cómo
decide el cuerpo cuántos años vivirá y cuándo tiene que morir? ¿Es posible intervenir en este proceso y llegar a revertirlo? Estas son algunas de las preguntas que
se plantea el grupo de investigadores del Instituto Fritz-Lipmann de la ciudad de Jena.
Lo que se intenta averiguar, según Peter Herrlich, director del Instituto, es "si el lapso vital de un organismo está determinado genéticamente. Esto es muy
discutido". Agrega que "el otro tema que nos ocupa, y que también es muy importante, es la investigación de enfermedades de la vejez como el Parkinson y el
Alzheimer".
El paso del tiempo, programado en el ADN
Hasta el momento los científicos han descubierto numerosos genes que influyen en el proceso de envejecimiento en ensayos con bacterias, gusanos y moscas de
la fruta. La desventaja en estos casos es que, en la edad adulta de dichos organismos, las células dejan de reproducirse, al contrario de lo que sucede en el
organismo humano.
El investigador Christoph Englert descubrió que existe un pez carpa, originario de Turquía, que muere exactamente a los tres meses de vida y las razones son un
enigma. "Se desarrolla y muere a los tres meses no sólo en su hábitat natural, los charcos, sino también en condiciones óptimas de laboratorio", cuenta Englert.
En un perfecto biorritmo y con alimento adecuado muere inexorablemente a los tres meses. Sólo un factor hace que perviva un mes más: el resveratrol, una
sustancia presente en el vino tinto.
El pez pone sus huevos en el barro, y en el Instituto se simula este medio con turba puesta a secar. De allí salen a los tres meses los embriones. Se lo cría para
poder realizar mutaciones en sus genes y poder comparar los miles de millones de piezas que componen su ADN con la herencia genética de los seres humanos.
El Instituto coopera con la Universidad de Kiel, en el norte de Alemania. Allí se reúne y tipifica el ADN de personas de más de 95 años a fin de poder
determinar cuáles son los genes responsables de la longevidad. Con un presupuesto nacional y estatal anual de 20 millones de euros, los investigadores tienen
mucho por hacer aún, ya que el tema es candente. En especial, el aumento de la expectativa de vida en los países occidentales requiere estudiar las condiciones
sanitarias en las que el organismo humano puede llegar a una edad mayor.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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