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Más del 90% de las especies que se localizan en los fondos abisales de los océanos son desconocidas
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(EFE, El Mundo) - Más del 90% de las especies animales que los científicos localizan por debajo de los 2.000 metros de profundidad de los océanos, en los
fondos abisales, son desconocidas, lo que abre un vasto campo de investigación en un mundo que hasta ahora había estado envuelto de leyenda y fantasía.
Entre los exploradores de los misterios que ocultan estos fondos marinos se encuentra un equipo de investigadores dirigidos por el científico español afincado en
Alemania Pedro Martínez Arbizu, que desde hace cinco años intenta descubrir y catalogar los peculiares habitantes de estas profundidades en el marco del
programa Censo de la Diversidad de la Vida Marina Abisal (CeDaMaR).
En este lustro de trabajo, Arbizu y su equipo, formado por más de un centenar de investigadores de todo el mundo, han descubierto 500 nuevas especies, una
cifra que, no obstante, resulta irrisoria, ya que se calcula que en estos hábitats podrían vivir millones de especímenes, la gran mayoría aún por descubrir, según ha
explicado el científico español.
"La superficie estudiada es menor que un campo de fútbol. Como estamos empezando a estudiar este campo, nos encontramos con que prácticamente todo es
nuevo", asegura Martínez, quien recuerda que las llanuras abisales son los territorios más vastos del planeta, ya que ocupan un 60% de la superficie de los
océanos o lo que es igual, casi la mitad del globo terrestre.
En profundidades de entre 2.000 y 11.000 metros habitan seres de todas las medidas y características, algunos de ellos de aspecto "monstruoso", que se han
tenido que adaptar a unas condiciones de vida extremas, sin luz, con temperaturas mínimas y con una presión descomunal.
Martínez señala que el 90% de las especies hasta ahora conocidas son minúsculas, diminutas, seres que miden menos de un milímetro, principalmente parásitos,
gusanos y organismos unicelulares, aunque también existen criaturas de grandes dimensiones, como los calamares gigantes, o peces de aspecto digno de una
película de ciencia ficción.
No obstante, el ambiente abisal hace que estos organismos tengan algunos rasgos característicos en común, como la piel fina, la falta de pigmentación, es decir,
que son blancos o transparentes, o la carencia de ojos, inútiles en plena oscuridad.
A lo largo de los últimos años, Martínez ha estudiado las extensiones oceánicas del Atlántico sur, la costa africana, el Artico y la Antártida, lo que le ha permitido
conocer que en las áreas donde la disponibilidad de alimentos es mayor también hay más especies.
Estas, curiosamente, se alimentan básicamente de los desechos y los cadáveres de peces que descienden desde las capas más altas del océano, un fenómeno que
se conoce con el épico nombre de "nieve marina", según ha comentado el científico, que ofrecerá el martes una conferencia en el museo de la ciencia
Cosmocaixa de Barcelona, y el miércoles en el de Madrid.
Hasta hace pocos años, las profundidades marinas eran un mundo desconocido por el hombre, debido a la inexistencia de medios técnicos adecuados para
explorar esta enorme extensión acuática.
Con el desarrollo de la tecnología, el hombre se ha podido sumergir en los fondos marinos y contemplar un reino dominado por el silencio y la oscuridad, donde,
a pesar de las condiciones adversas para la vida, existen millones de seres, muchos de los cuales son "reductos de una época mucho más primitiva, fósiles
vivientes que se remontan al origen de la tierra".
Y son, asegura Martínez, seres que se mueven con agilidad, que comen y se depredan como sucede a escasos metros de profundidad. Como subraya el
científico, "en contra de lo que muchos piensan, la vida no está adormecida" en los fondos abisales.
James Cameron busca en criaturas del mar cómo es la vida en el espacio
Extrañas criaturas que viven en ambientes extremos del suelo marino podrían ser una réplica de lo que es la vida en otros lugares del Universo; al menos esa es la
teoría sobre la que trabajó el cineasta y explorador submarino James Cameron expuesta en el documental Criaturas del abismo (Aliens of the
Sea).
Realizada en formato IMAX y en tercera dimensión, el director de películas como Aliens, Terminator 1 y 2 y Titanic, la cinta más taquillera de
todos los tiempos, explica que la cinta es un viaje a las entrañas del mar donde la vida marina tiene grandes semejanzas con la que puede encontrarse en el
espacio.
Durante 47 minutos, Cameron y un equipo de biólogos e investigadores de la NASA se adentran a las profundidades del oscuro mar, en un afán de conocer más
de esos sitios a donde no llega la luz, sin embargo, en medio del agua y rocas, la vida crece, como surgida de la nada.
Pero lo cierto es que la investigación aporta nuevas ideas acerca de la teoría de la evolución darwiniana, y plantea relaciones inquietantes entre la vida submarina
y de experiencias similares en el espacio.
Precisamente la astrobiología y la vida extraterrestres son obsesiones recurrentes de Cameron, que no descarta la similitud de vida en la Tierra y en otros mundos
aún desconocidos para nosotros.
Con el apoyo de dos barcos y cuatro mini submarinos, Cameron muestra en el documental una serie de expediciones al fondo del Atlántico y Pacífico, donde las
imágenes muestran ventilas hidrotermales del mar profundo que, como chimeneas, expelen humo negro, en un espectáculo de burbujas y humo, si cabe la
palabra, en pleno fondo del mar.
Ahí, el agua cargada de mineral y sumamente caliente, da vida a algunos de los animales más extraños de la Tierra: gusanos largos como tallos con penachos
color rojo sangre, cangrejos blancos ciegos y una impresionante biomasa de camarones blancos, todos en baile para encontrar la cavidad perfecta para sentir el
flujo de agua hirviente.
"Como viajar a otros mundos", es la explicación del cineasta que, gracias a la tecnología de punta, logra recabar trozos de piedra, animales y agua de las
profundidades, que podrían vivir en Europa, una de las lunas de Júpiter.
A este extraño satélite los científicos le conceden la posibilidad de albergar vida, ya que su gruesa capa de hielo envuelve increíbles mares profundos y actividad
volcánica donde, como en la Tierra, se puede originar la vida.
"Estas expediciones a mar profundo para mí siempre son como misiones al espacio.
¿Por qué no combinar el espacio exterior y el espacio interior". Claro que llevaremos biólogos marinos, pero, ¿por qué no llevar astrobiólogos e investigadores
del espacio? Tiene sentido, realmente porque en el fondo del océano se encuentran las formas de vida más insensatamente insólitas que jamás hayan sido
descubiertas", afirma Cameron al referirse al documental cuya producción apoyó Walt Disney.
El agua como único elemento común que se reconoce como necesario para la vida en todas sus formas en la Tierra, dice, haría posible que se pudieran encontrar
extremófilos muy similares en acuíferos subterráneos en Marte o en las lunas heladas de Júpiter.
Ante la posibilidad de explorar sitios como la luna Europa, Cameron se pregunta, "¿Cómo serán los vehículos?, ¿cómo funcionará la robótica y cómo
transmitirán datos a través de ese extraño océano?
De ahí que la nueva aventura submarina Criaturas del abismo se pueda ver en dos niveles: la de viajar al fondo del océano donde muy pocas personas
han estado, y la aventura interna, la de revelación, "unir las piezas y llegar a un nuevo conocimiento", refiere Cameron.
En una hora, la magia del cine lleva al público por un recorrido inimaginable y fascinante donde la disciplina científica , que incluye la biología y la ciencia
planetaria, en el campo de la astrobiología, considera la posibilidad de vida extraterrestre dentro de la estructura conceptual de lo que se conoce de la vida en
nuestro propio mundo.
Cameron trabajó con investigadores de la NASA y del Jet Propulsion Laboratory (JPL), profesionales en las investigaciones del mar y espacio, quienes, de
acuerdo con la información proporcionada por la distribuidora Buena Vista Pictures, aceptan el revolucionario concepto explorado por el filme de Cameron, de
una expedición para estudiar la vida en el suelo submarino puede enseñar acerca de la vida en los lugares más recónditos del Sistema Solar.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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