18/Ene/06!f>
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La asfixia deja huella en los genes
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La expresión de los genes puede ayudar a los forenses a señalar la causa de la muerte.
(Astroseti) - Un asesino podría dejar una huella genética indicadora en los genes de sus víctimas, según investigadores de Japón, ayudando así a los forenses a
identificar cómo fueron asesinadas.
Los expertos a menudo se esfuerzan por diagnosticar si alguien murió por estrangulación o asfixia, más que por otras causas. En algunos casos, la escena del
crimen o las marcas en el cuerpo hacen esclarecer el caso; en otros, no existen estos indicios.
Actualmente un equipo de la Universidad de Nagasaki ha demostrado que los genes de una persona podrían ayudar a revelar cómo terminaron sus días. Kazuya
Ikematsu y sus colegas anestesiaron, y posteriormente mataron, dos pequeños grupos de ratones, por estrangulación con una cuerda o por decapitación.
Diseccionaron muestras de piel de los cuellos de los animales y compararon la actividad de un amplio espectro de genes dentro de las células de la piel,
observando la cantidad de ARN bombeada por estos genes.
Los investigadores encontraron cuatro genes que fueron más activos en los animales estrangulados que en aquellos que habían muerto repentinamente. Sus
hallazgos son aceptados al haber sido publicados en la revista Legal Medicine.
El estudio añade a la evidencia emergente que la actividad de los genes podría ser una pista útil en la localización del tiempo o la causa de la muerte. "Es un
camino que podría resultar muy útil en medicina forense", comenta el biólogo patólogo y molecular Edward Gabrielson, de la Universidad Johns Hopkins de
Baltimore, Maryland. "El concepto de utilizar marcas moleculares en patología forense es interesante y potencialmente de un gran alcance", dice.
Bajo presión
Estudios futuros podrían identificar una batería de genes o proteínas cuyos niveles de actividad son coherentemente incrementados o frenados cuando la piel está
bajo presión o privada de oxígeno, sugiere Grabielson. En el caso de humanos, los patólogos podrían examinar los tejidos con esa señal molecular y utilizarla,
junto a técnicas más tradicionales, para ayudar a ayudar a determinar la causa de la muerte.
Tal técnica sería particularmente valiosa en casos de muerte súbita infantil, afirma Greg G. Davis, médico forense y patólogo forense en la Universidad de
Alabama, Birmingham. Podría ayudar a revelar cuándo un niño se asfixió durmiendo o murió por otras razones. "Simplemente esto sería extraordinariamente útil",
dice.
Actualmente, los patólogos forenses confían en gran medida en historiales de casos, incluyendo la situación en la cual un cuerpo es encontrado, y sus tejidos
ampliamente examinados y escrutados. En el caso de asfixia, los forenses buscan contusiones y heridas en los delicados cartílagos del cuello y finos vasos
sanguíneos reventados en los ojos.
Pero dado que estos signos pueden ser sutiles o ni siquiera existir, algunos casos de asfixia y estrangulación "pueden ser extremadamente difíciles o sutiles de
diagnosticar", comenta Davis. "La gente ha estado buscando un análisis mágico para la asfixia durante décadas."
El cuerpo de la evidencia
Davis y Gabrielson advierten de que deben ser realizados estudios más amplios y extensos antes de que los métodos moleculares puedan ser utilizados
rutinariamente en cuerpos humanos.
Un obstáculo es que se deben resolver las variaciones naturales en la actividad de los genes entre distintas personas y aquellas provocadas por la
descomposición del material genético y proteínico a partir del momento de la muerte. "No veo a nadie encarcelado basándonos sólo en esto", comenta Davis.
Además, los médicos forenses podrían ser reticentes a adoptar nuevas técnicas si piensan que las antiguas son suficientes. "Se necesita esfuerzo para empezar a
mover un campo hacia nuevas direcciones", añade Gabrielson.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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