19/Ene/06!f>
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Los hombres disfrutan más el mal ajeno
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Un estudio publicado hoy por la revista Nature indica que los varones no sienten piedad por el dolor de otros si el que lo sufre es un infractor a la ley
(La Nación, AP) – ¿Por qué, en la historia, ha sido el hombre no la mujer el encargado de castigar a los criminales y los infractores de las normas sociales?
Una razón, según un nuevo estudio del cerebro, es que el hombre no sienten piedad por el mal ajeno cuando el que lo sufre es un infractor, sino que lo disfruta.
La mujer, en cambio, sí parece identificarse con el dolor del otro.
Así lo indica un escaneo del cerebro de hombres y mujeres al presenciar el momento en que un supuesto infractor recibe un choque eléctrico leve.
¿Biología o cultura? No está claro si esta diferencia de actitud es producto de la biología o de los roles sexuales aprendidos durante la vida. Pero sí explicaría por
qué el sexo masculino es el que se ha encargado siempre de castigar a los delincuentes, dijo el doctor Klaas Stephan, del University College de Londres y uno de
los autores del estudio.
El estudio, dirigido por Tania Singer en la misma universidad, fue publicado hoy en la edición de internet de la revista Nature.
Singer dijo en un mensaje por correo electrónico que el resultado era sorprendente y debe ser confirmado por estudios más amplios. Es posible que la reacción
de las mujeres fuera idéntica a la de los hombres si el infractor sufriera una pena psicológica o financiera en lugar de física.
Los científicos escanearon los cerebros de 16 hombres y 16 mujeres después de un juego con otros sujetos que, sin saberlo los participantes, no eran voluntarios
sino actores. Algunos actores respetaban las reglas, en tanto que otros hacían trampa.
Durante los escaneos, cada voluntario observaba cuando un jugador "limpio" y uno tramposo recibía un choque eléctrico leve en la mano. En el caso del jugador
limpio, los cerebros de hombres y mujeres mostraban actividad en las zonas relacionadas con el dolor, lo cual indicaba que se identificaban con su sufrimiento.
En cuanto al tramposo, los cerebros de las mujeres mostraban una reacción, no así los de los hombres. Además, en otra zona del cerebro asociada con
sensaciones de gratificación, los cerebros de los hombres revelaban en promedio una reacción mayor ante el sufrimiento del tramposo que ante el del jugador
limpio. Esto no se observaba en las mujeres.
Mayor deseo de venganza. Un cuestionario reveló que los hombres expresaban un mayor deseo de venganza contra el tramposo que las mujeres. En los
hombres, cuanto mayor era el deseo expresado de venganza, mayor era la reacción en el área de gratificación de su cerebro cuando el tramposo recibía el
choque eléctrico. Esta correlación no aparecía en las mujeres.
Philip Jackson, un estudioso de sistemas cerebrales responsables de la empatía en la Universidad Laval de Quebec, Canadá, dijo que esas diferencias entre los
sexos eran fascinantes y dignas de un estudio más amplio.
Los resultados generales reúnen de manera elegante "muchas cosas que sabíamos o sospechábamos" acerca de cómo la interacción social puede afectar la
actividad del cerebro, dijo Jackson.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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