05/Feb/06!f>
|
Revista Axxón
Axxón en facebook
Lectores de Axxón en facebook
|
|
Belleza en el sueño de monstruos
!t>
La pintora palentina Marina Núñez, una de las artistas españolas con más proyección mundial, expone en el Cubo Azul su peculiar galería de rostros
contemporáneos.
(Diario de León) - Marina Núñez (Palencia, 1966) presenta en el Cubo Azul una impactante galería de monstruos creados por y desde la tecnología, que
explican muy claramente por qué está considerada en estos momentos como una de las pintoras españolas de mayor proyección mundial. Sus obras han
ocupado el Espacio Uno del Reina Sofía, con la exposición La locura , los de la Gallera de Valencia, con Ciencia-ficción , o la Galería Seno de Milán. Participó
en Emergencias , la primera de las exposiciones del Musac y tiene varias obras en la colección del museo leonés. Marina Núñez vive a caballo entre Madrid y
Pontevedra, donde imparte clases de Bellas Artes. En esta exposición del Cubo Azul muestra obras pertenecientes a sus series Ciencia ficción y Monstruos , que
tienen como nexo común el protagonismo de los retratos, ya todas las obras expuestas, tanto las infografías, como las pinturas o esculturas, son cabezas o
cráneos.
«Intento reflejar dice la autora la nueva identidad, la nueva condición del ser humano en la era contemporánea, particularmente en relación con los avances
tecnológicos, que siempre conllevan un cambió en la condición del ser humano. Son retrato pos-humanos, y cada uno tiene sus particularidades. Por ejemplo en
el vídeo se intenta reflejar una nueva concepción de flexibilidad. Antes se interpretaba el ser humano como un ente muy coherente a lo largo de toda su vida y
aquí presento un cuerpo mucho más metamórfico, más blando, lo convierto en una especie de plastilina. Creo que refleja la nueva sensibilidad, indica que en el
siglo XXI debemos adaptarnos continuamente a nuevas condiciones, a estados muy maleables».
Nuevas tecnologías
La obra de Marina Núñez está muy identificada con el tiempo actual y las nuevas tecnologías. «Trato de oponerme -asegura- a los retratos idealizados del arte
occidental. Esos retratos que siempre se hacían y en los que no existía ninguna huella de la experiencia, del paso del tiempo. En cambio aquí el personaje se
adapta continuamente a nuevos estados, a nuevas condiciones, toda huella de experiencia queda marcada en el rostro. Se pensaba que el humano nacía y era así
para siempre, en los retratos clásicos no existían las arrugas, ni los personajes tenían nunca la boca abierta¿ yo hago todo lo contrario».
Marina Núñez ha sido capaz de crear un lenguaje propio que nos muestra aspectos que no conocemos, y que en un inteligente ejercicio de ciencia-ficción
sugieren nuevos caminos. «En la escultura y la infografía -explica-muestro la multiplicidad del ser humano de una forma metafórica, lo represento en el cuerpo,
pero mi discurso versa sobre las señas de identidad, sobre algo más profundo. Aquí nos encontramos con una multiplicación de los órganos sensoriales que tiene
bastante que ver con la idea, lanzada ya hace mucho tiempo, de que las prótesis son una continuación de nuestros órganos.
Y en ese sentido hay que recordar que hoy, a través de Internet, tenemos ojos en todo el mundo y lo mismo sucede con los demás sentidos. En estas caras, que
al final también se convierten en monstruosas, los órganos de los sentidos se ven multiplicados casi hasta el infinito.
Reflejan diferentes expresiones, sobre todo en el caso de la escultura, en relación con el nuevo estado del ser, desde la furia, hasta el dolor, pasando por la
alegría o por el miedo. Creo que son los estados de ánimo por los que todos pasamos.
Al final todos estos personajes se convierten de hecho en monstruosa sensación que tengo es que se acercan los nuevos cambios que las tecnologías posibilitan,
lo mismo a nivel físico, que a nivel de identidad. Parece que pensamos que podemos llegar a ser casi cyborgs, seres artificialmente viables, pero eso no comporta
ningún cambio en la condición del ser humano, al final los represento como monstruos porque en el fondo tenemos una especie de reticencia para asumir este
cambio que vivimos».
Las obras de Marina Núñez, a pesar de su patente monstruosidad, son de una extraordinaria belleza, y en contrapunto con los elementos cibernéticos que las
adornan, ofrecen al espectador un importante componente poético.
Las mismas obsesiones
Demuestra la artista palentina en su exposición del Cubo Azul un amplio abanico de técnicas, que van desde la pintura a la escultura pasando por el nuevo mundo
de la digitalización. «Sí, pero no tengo ninguna intención -asegura- de hacer un repertorio de habilidades, de hecho antes solamente pintaba.
Hay en la exposición imágenes que se expresan mejor en unos medios que en otros, pero en el fondo yo siempre me siento muy pintora, creo que mis obras son
muy pictóricas, es lo mismo que sea un vídeo, un óleo o que estén realizadas con el ratón del ordenador, mi formación es de pintora.
Está claro que la tecnología condiciona el arte, cada día se emplean más las posibilidades del mundo digital. Pero, aunque las técnicas cambien, como ya es bien
sabido, las obsesiones siempre permanecen. Hora: De 17.30 a 21.00; sábados de 12.00 a 14.00. Lugar: Calle San Lorenzo, 2.
Artículo de Marcelino Cuevas.
Aportado por Eduardo J. Carletti
!c>