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40 años de la llegada de la primera nave a la Luna
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El primer alunizaje lo protagonizaron los soviéticos con su nave no tripulada Lunik 9. Tres años más tarde, el norteamericano Neil Armstrong se convertía en el
primer hombre es pisar la superficie lunar.
Hace 40 años, la carrera espacial lograba la concreción, tras varios intentos fallidos, de un hito fundamental: el primer alunizaje de una nave y el envío de
información fotográfica desde la superficie de la Luna hacia la Tierra.
La hazaña la cumplieron los científicos soviéticos el 3 de febrero de 1966, cuando la Lunik 9, una nave no tripulada, se posó suavemente sobre el Océano de las
Tormentas lunar.
Los científicos de la NASA quedaron perplejos: en plena guerra fría, los soviéticos se les habían adelantado.
Pero tres años después, el 21 de julio de 1969, los norteamericanos redoblaron la apuesta, y opacaron ampliamente el logro soviético: fue cuando Neil
Armtrong, el comandante de la Apolo XI, se convirtió en el primer hombre que puso un pie en la Luna.
Durante 8 horas y cinco minutos, la Lunik 9 envió por radio, desde el suelo lunar, tres series de fotografías televisivas que, una vez ensambladas, mostraron una
vista panorámica de las inmediaciones, hasta un radio de un kilómetro y medio.
La nave pesaba 99 kilos y su lanzamiento se realizó el 31 de enero de 1966 a las 11:45 GMT desde el cosmódromo de Baikonur, en Tyuratam. Tres días más
tarde, cumplía su cometido.
Una vez que alunizó, la sonda, de forma esférica, se abrió en cuatro pétalos para estabilizarse, dejando al descubierto cuatro antenas, con el objeto de tomar
fotografías del ambiente lunar.
La Lunik 9 (luego rebautizada Luna 9) formó parte del Programa Lunik de la antigua Unión Soviética, que tuvo por objetivo llegar con naves no tripuladas a la
Luna.
Así, mientras la Lunik 3 logró fotografiar la cara oculta, sin alunizar, la Lunik 9 logró posarse suavemente y la Lunik 10 orbitar por primera vez el satélite.
Posteriormente, dos vehículos Lunahod lograron pasearse por su superficie.
Tras el alunizaje de la Apolo 11 tripulada, la nave Lunik 16 trajo unos gramos de polvo lunar a la Tierra.
Por su parte, los norteamericanos desarrollaron en aquellos tiempos el Programa Ranger que estrellaba sus naves contra la Luna para lograr fotos detalladas
pero sólo las Ranger 7, 8 y 9 lograron su objetivo.
El Programa Lunar Orbiter, también estadounidense, logró poner cinco naves no tripuladas en órbita lunar entre los años 1966 y 1967 para cartografiarla y
ayudar al Programa Apolo a poner un hombre en la Luna.
Entre 1966 y 1968 Estados Unidos también desplegó el Programa Surveyor: en junio de 1966, su primera nave no tripulada, la Surveyor I, aterrizó suavemente
en la Luna, pero para desazón del gobierno, lo logró cuatro meses después de la Lunik 9.
La carrera espacial norteamericana sufrió un grave retraso debido a la tragedia de la Apolo I: el 27 de enero de 1967, los astronautas Virgil Grissom, Edward
White y Roger Chaffee, murieron asfixiados dentro del módulo de comando por un incendio que se desató a partir de un corto circuito, mientras ejecutaban
pruebas de rutina, pocas semanas antes de su lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida.
El trágico revés demoró durante casi un año el avance del Programa Apolo, pero aun así la dolorosa experiencia no evitó que en 1986 muriesen otros siete
astronautas tras el lanzamiento del transbordador espacial Challenger.
En 1968, con la Apolo 8, Estados Unidos logró ponerse a la vanguardia al realizar el primer vuelo tripulado en torno de la Luna, lo que culminó un año más tarde
con el primer alunizaje tripulado de la Apolo XI.
En 1972, la Apolo XVII concretó la última misión lunar de la serie; hasta lo que va del siglo XXI ninguna otra misión tripulada abandonó la órbita terrestre.
Pero en septiembre de 2005, la Nasa anunció el proyecto de un nuevo viaje tripulado a la Luna, programado para el año 2018.
Pese a que se la ha fotografiado, pisado y explorado, y a que también se han obtenido muestras de su suelo, la Luna sigue siendo un misterio para el hombre.
Por empezar, es demasiado grande: su diámetro es más de un cuarto del de la Tierra. Sólo Plutón tiene un satélite tan grande: Caronte. De ahí que los
planetólogos clasifiquen a Tierra-Luna y Plutón-Caronte como "planetas dobles" o "binarios".
Según el científico chino Huang Jinzhoung, una colisión entre dos planetas, hace unos 4.600 millones de años, pudo ser el origen de la Luna.
De acuerdo a su tesis, dos planetas situados entre las órbitas de Marte y Jupiter habrían chocado y se habrían partido. Uno de estos fragmentos habría quedado
atrapado en la órbita del Sol (la Tierra) y el otro habría formado la Luna.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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