06/Feb/06
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Déją-vu: un síntoma de defectos en la memoria
(La Nación) - Los déją-vu son sensaciones repentinas de haber vivido antes una situación presente. En los últimos años, los neuropsicólogos comenzaron a
atribuir este fenómeno, que experimentan dos de cada tres adultos, al cansancio y al estrés.
Ahora, investigadores de la Universidad de Leeds, en Inglaterra, demostraron que la sensación causada por los déją-vu se debe a un error durante el
procesamiento de la memoria.
Esto fue posible a partir del interés que despertó en los científicos un paciente derivado por su médico a la Clínica de la Memoria de la universidad. Con más de
80 años y demencia senil, el paciente sostenía que recordaba detalles muy específicos sobre las condiciones del lugar en el que había conocido al médico.
Además, sostenía que ya había visto ciertos programas de televisión, entre otras situaciones.
"Consideramos que el síntoma es causado por una falla en el lóbulo temporal, donde el circuito que se desencadena cuando alguien recuerda algo está
funcionando mal", comentó a la BBC el doctor Chris Moulin, autor principal del estudio.
Al paciente se sumó un grupo de diez personas más jóvenes que decían tener distintos déją-vu . Los investigadores hallaron que todos tenían alguna lesión en la
cabeza o que padecían dolor crónico, dos factores que los científicos relacionaron con la impresión de los déją-vu en la memoria.
Según el doctor Moulin, en una persona que sufre déją-vu de manera crónica, el circuito de procesamiento de la memoria está hiperactivo o nunca "descansa",
que es lo que provocaría que creara recuerdos donde no existen.
"Los enfermos crónicos de déją-vu necesitan tener el consuelo de que no están solos, y nosotros necesitamos su ayuda para poder aprender más sobre quién
padece [la enfermedad], qué la causa y por qué", aseguró Moulin.
Para el especialista, esos pacientes suelen expresar que el fenómeno los supera y, en muchos casos, esa sensación repetida de conocimiento anticipado suele
provocar una severa depresión.
Aportado por Eduardo J. Carletti
