10/Feb/06!f>
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Tristeza por el anuncio de Sony de que no fabricará más el robot ‘Aibo"
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El anuncio de Sony de que dejará de fabricar su robot Aibo como parte de una reducción general de costos, no sólo ha entristecido a los fanáticos de la
simpática mascota, sino que muchos se preguntan si la compañía japonesa no está perdiendo su audacia innovadora.
(AP) - Aibo reconoce el rostro de su dueño y expresa simpatía, como una mascota canina. Sus ojos se vuelven rojos de furia o verdes de felicidad. Aprende a
reconocer su nombre.
Como tantos productos de Sony a lo largo de los años, Aibo es una especialidad de la empresa con un mercado propio. Y puesto que Sony deja de producir
robots como parte de una gran reestructuración, Aibo corre la misma suerte.
Esto no sólo significa una desilusión para los fanáticos de Aibo, que han comprado 150 mil unidades de la máquina tamaño caniche desde que apareció en 1999
y ahora temen que no podrán conseguir repuestos. Tal vez con ello Sony haya perdido prestigio.
A Hiroharu Hashimoto, un estudiante de Tokio, no lo consuela saber que Sony seguirá proporcionando mantenimiento para el robo-can durante siete años
después de dejar de producirlo en marzo.
"Aibo es tan simbólico de la calidad de Sony que empiezo a perder confianza en los productos audiovisuales" de la compañía, dijo Hashimoto, un fanático de la
empresa, hasta el punto de que casi todos sus electrodomésticos llevan la marca Sony.
"El robot es como un perro real. Responde cuando lo llamo", dice. "Es tan simpático. Se enfada. Y luce triste cuando las cosas no salen bien".
Paul Wallingford, propietario de un negocio de internet con sede en Los Angeles, es propietario de cuatro Aibo. Últimamente los ha dejado apagados a menudo
para disminuir la posibilidad de que tengan problemas.
"Supongo que uno se apega a ellos", dijo por teléfono.
El Aibo, que cuesta unos 200 mil yenes (unos mil 700 dólares), ofrece una divertida ilusión de espontaneidad y personalidad. Viene en modelos de color negro,
blanco, marrón y gris y tiene autonomía de movimientos.
Puede reconocer imágenes y tiene en la cabeza una cámara digital que le permite correr detrás de una pelota especial y evitar chocarse con las paredes.
Para muchos, el Aibo representó la tradición de innovación de Sony, que dio al mundo el reproductor de música portátil "Walkman" y la máquina de videojuegos
"PlayStation".
A los entusiastas del Aibo les tiene sin cuidado que Sony, con sede en Tokio —con su enorme negocio del entretenimiento que incluye películas, música y
videojuegos— haya optado por reorganiizarse y centrar su atención en la electrónica para competir mejor con otros gigantes como Samsung Electronics Co. de
Corea del Sur.
Los propietarios de los simpáticos perritos han creado clubes de admiradores en todo el mundo, y algunos aún visten a sus robots caninos como bebés.
Algunos hospitales usaron el Aibo —que significa "compañero" en japonés y combina las dos primeras letras de "artificial intelligence", inteligencia artificial, con
"bo" de robotí en sesiones de terapia.
El encanto de los robots se debe también a que su comportamiento refleja el modo en que los tratan sus amos. A veces, un Aibo se niega a que lo "entrenen"
para hacer sus necesidades en donde debe y levanta desafiante una patita trasera... aunque por supuesto nunca moja la alfombra.
Un Aibo puede comprender 100 palabras y frases y reconocer los rostros de tres personas almacenando fotografías digitales en su "cerebro". Sabe cuando
elogian su comportamiento porque tiene un sensor en la cabeza que reconoce cuando se la están acariciando.
Las últimas versiones tienen una cámara incorporada de modo que pueden servir de centinelas, y enviar correos electrónicos a sus dueños.
Takeshi Ohashi, un profesor del Instituto de Tecnología de Kyushu, considera el Aibo una joya de la tecnología. Piensa exhortar a Sony a volver a producir el
robot.
Ohashi tiene sus motivos. Es un organizador de RoboCup, una competencia internacional anual en que los equipos usan los Aibo y otros robots para jugar al
fútbol.
Masato Maruyama, un ingeniero, cree que Sony no está decepcionando únicamente a los propietarios del Aibo, que sienten como que les hubiesen dicho que a
sus mascotas sólo les quedan siete años de vida.
"Siento que la decisión de retirar un producto tan representativo de Sony anuncia el fin de Sony como líder mundial", afirmó.
Richard Walkus, un residente en Madison, Nueva Jersey, que tiene una página en la internet dedicada al Aibo, está de acuerdo.
"Ha perdido algo", dice de Sony. "Ha perdido estatura".
Aportado por Eduardo J. Carletti
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