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Sapos mutantes invaden Australia
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El nada deseado anfibio fue introducido al continente australiano para controlar pestes, pero desde entonces ha traído el caos a los animales locales.
(Milenio) - Es gordo, feo y venenoso... y está mutando. Es el sapo común, Bufo marinus, una especie que fue introducida hace 70 años en el estado
australiano de Queensland para enfrentarse a la amenaza de insectos en los plantíos de caña de azúcar, y que de entonces acá se convirtió en una catástrofe
ecológica.
El batracio, también llamado sapo cañero, está evolucionando para convertirse en una ecopesadilla capaz de cubrir grandes distancias, reporta un estudio
publicado este jueves en la revista Nature.
Científicos dicen que la especie Bufo marinus está desarrollando una forma de piernas más largas y movimiento más rápido que se está extendiendo con
rapidez por todo el continente.
Los sapos fueron introducidos para controlar pestes, pero desde entonces han traído el caos a los animales locales. Matan serpientes, lagartijas, aves acuáticas e
incluso cocodrilos y dingos.
Cuando se les molesta, secretan un veneno que transportan en dos sacos ubicados detrás de la cabeza, y este veneno es letal para un predador potencial minutos
después de ingerirlo.
Gran oleada
Los anfibios, que pueden llegar a pesar hasta dos kilos, ahora se encuentran en una superficie que cubre más de un millón de kilómetros.
Fueron introducidos por primera vez en Queensland desde Sudamérica en 1935, en un intento de erradicar los escarabajos de la caña, una peste que estaba
destruyendo entonces los cultivos de azúcar en el noreste de Australia.
Desde entonces, los sapos han barrido por toda Australia dejando a su paso un rastro de criaturas muertas.
Para investigar su preocupante propagación, los científicos estudiaron los sapos cañeros que invadieron el Territorio del Norte, en un sitio ubicado unos 60
kilómetros al este de Darwin.
Atraparon a los sapos, los midieron y les colocaron alrededor del cuerpo radiotransmisores que pesan unos 5-6 gramos, para rastrear sus movimientos.
"Durante un proceso de invasión los individuos al frente están ahí porque son los que se han movido más", explicó Ben Phillips, un autor del reporte y biólogo
evolucionista de la Universidad de Sydney, en Australia.
"Demostramos que los sapos que son los primeros en llegar al frente son los que tienen las piernas más largas, y los que llegaron al último son los que las tienen
más cortas.
"Los sapos de la vanguardia también tienen las piernas mucho más largas que las poblaciones más antiguas de Queensland".
Presión evolutiva
No se atribuyen extinciones documentadas al sapo cañero, dijo Richard Shine, de la Escuela de Ciencias Biológicas de la universidad, quien además encabeza el
estudio. Pero los animales modifican dramáticamente la abundancia y diversidad de plantas y animales en los ecosistemas que invaden.
Shine dijo que su hallazgo es el más reciente ejemplo de cómo la selección natural complica el desafío de conservación presentado por especies invasoras.
"Básicamente lo que ocurrió al introducir los sapos es que se creó una presión evolutiva realmente fuerte tanto sobre los propios sapos como sobre los animales
que interactúan con los sapos", dijo el científico.
Por ejemplo, Shine y su colega Phillips previamente demostraron que dos especies de serpiente nativas de Australia han evolucionado cabezas más pequeñas, y
ya no pueden comerse a los sapos, que portan una toxina letal.
Otros estudios han demostrado que algunos potenciales predadores de los sapos han alterado sus dietas para excluir a los sapos, en tanto que otros han
desarrollado resistencia a la toxina del sapo cañero, dijo Shine.
"Estos estudios nos dicen mucho sobre el proceso evolutivo", dijo Jonathan Losos, biólogo evolucionista de la Universidad Washington en St. Louis, Missouri.
"Las especies invasoras son un gran problema, y los sapos cañeros son un ejemplo clásico de eso", agregó. "Pero también representan un experimento evolutivo
inesperado, el tipo de experimento que uno no podría realizar (normalmente)".
Reglas y reglamentos prohíben a los científicos confrontar de manera deliberada a especies nativas en estado silvestre con un competidor o depredador no nativo
para ver cómo funciona la selección natural, explicó.
En la orilla de Darwin
Descubrieron que los sapos se movían con rapidez increíble, cubriendo distancias unas cinco veces más rápido que cuando llegaron hace 70 años.
"Se están moviendo alrededor de 55 kilómetros al año en promedio, lo que es mucho saltar si eres un sapo", dijo el doctor Phillips.
Shine dijo al diario británico The Daily Telegraph: "Encuentro absolutamente sorprendente que una pequeña criatura como un sapo cañero pueda viajar más de
kilómetro y medio por noche... noche tras noche. Es difícil imaginar que puedan viajar más rápido, como no evolucionen propulsión a chorro".
Los investigadores creen que sus hallazgos indican que la evolución está favoreciendo a los sapos de piernas más largas, que pueden viajar más lejos, más
rápido, lo que significa que pueden apoderarse de nuevos territorios más rápido que nunca jamás.
El caso está siendo examinado como un ejemplo clásico de evolución darwiniana: animales más fuertes, rápidos o inteligentes pueden reclamar nuevos territorios
y defenderlos contra los más débiles, lentos o menos astutos. Los hallazgos también explican con limpieza un enigma respecto al sapo cañero.
Desde los años de 1940 a 1960, el bicho expandió sus dominios sólo a razón de diez kilómetros por año. Pero hoy está avanzando a razón de más de 50
kilómetros por año.
La razón: con piernas más largas, la especie mutante puede viajar más lejos y más pronto.
Los científicos dicen que los sapos están causando una "pesadilla ecológica".
Hasta ahora, los investigadores no han podido hallar una manera exitosa de controlar a los invasores en expansión, que ahora están a punto de invadir Darwin.
"Cómo controlarlos es la pregunta de los 64 millones", dijo el doctor Phillips.
"Se ha invertido mucho tiempo y dinero investigando cómo controlar sapos, pero es un problema continuo".
Los autores, dicen que el sapo cañero es una escalofriante lección para que los gobiernos combatan las especies invasoras lo antes posible, "antes de que el
invasor haya tenido tiempo para evolucionar y convertirse en un adversario más peligroso".
Pesadilla ecológica
Radiografia del gigante
Los sapos Bufo marinus fueron introducidos por primera vez en Queensland desde Sudamérica en 1935, pretendían ser usados como insecticida natural
contra la plaga de escarabajos de la caña que amenazaba los cultivos de azúcar en el noreste de Australia.
El invasor
Estos anfibios pueden pesar hasta dos kilos y son capaces de saltar hasta 1,8 kilómetros por noche durante el clima húmedo.
La nueva plaga
Consumen muchos insectos nativos y debido a su toxicidad pueden matar lagartijas y serpientes que se los comen o tratan de comérselos.
La mutación
Los científicos de la Universidad de Sydney descubrieron que los sapos que iban en la avanzada tienen las piernas traseras más largas (un largo que equivalía a
casi 45 por ciento de la longitud total de su cuerpo), demostrando que su evolución está favoreciendo a los que encabezan la carga hacia nuevos territorios.
La ruta
Los sapos se desplazan hacia los territorios del Norte, a 60 kilómetros de la ciudad de Darwin y ahora se encuentran en una superficie que cubre más de un
millón de kilómetros en la Australia tropical y subtropical, aplastando a las especies nativas en su avance implacable.
El proceso se acelera
Desde los años de 1940 a 1960, el bicho expandió sus dominios sólo a razón de diez kilómetros por año. Pero hoy está avanzando a razón de más de 50
kilómetros por año.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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