08/Mar/06!f>
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De acuerdo a un estudio publicado en la Public Library of Science Biology, los científicos han detectado una serie de cambios en la genética de las personas
relacionados con la dieta y los cambios de hábitat.
(El Economista) - Los científicos han detectado signos que apuntan a procesos evolutivos recientes en el código genético humano y parecen indicar que la dieta y
los cambios de hábitat han tenido efectos duraderos en la estructura hereditaria.
En uno de los primeros estudios pormenorizados del genoma humano, los investigadores han descubierto más de setecientas pequeñas alteraciones genéticas
que, según se cree, se han producido en los cinco mil o diez mil últimos años.
El estudio, publicado en la Public Library of Science Biology y del que informa hoy el diario británico "The Guardian", indica que los científicos han
descubierto más de 700 de esas alteraciones relativamente recientes.
Esos cambios ocurrieron en un período en el que los humanos fueron avanzando hacia el norte desde las regiones próximas al ecuador terrestre y comenzaron a
desarrollar la agricultura para garantizar su alimentación.
Entre los cambios más sorprendentes experimentados está el de cinco genes relacionados con el color de la piel: en latitudes más septentrionales, donde la
intensidad solar es más débil que en la línea ecuatorial, una coloración más pálida permite a la piel producir más vitamina D.
Ese avance hacia el norte ha tenido otras implicaciones para nuestra salud: mientras el código genético de los africanos examinados revela la existencia de un gen
que hace que el metabolismo retenga la sal que se perdería en la sudoración, los europeos y los asiáticos tienen una variante que permite liberar más sal y pueden
actuar como defensa frente a la hipertensión.
El estudio revela también la emergencia de un gen que se da actualmente en un 90 por ciento de los europeos y que les permite digerir la leche hasta la edad
adulta, algo que se considera consecuencia de la intensificación de la ganadería.
De aquí a otros mil años ese gen se dará prácticamente en todos los humanos, con independencia de donde vivan, opinan los expertos.
Según Jonathan Pritchard, de la Universidad de Chicago (EU), que estudió los datos de 209 individuos del Este de Asia, Europa y Africa, "se han producido
muchos cambios recientes – el advenimiento de la agricultura, nuevos hábitats y condiciones climáticas y cambios en la dieta".
"Estamos utilizando esos datos en busca de señales que apunten a una adaptación muy reciente" a dichos cambios, explica el científico.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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