20/Mar/06

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El rey de la comedia cumple 80 años

Jerry Lewis, junto con Dean Martin formó una de las parejas más famosas del cine. Su trabajo como comediante le dio la fama que lo acompaña hasta hoy.

(La Gaceta, DPA) Integró uno de los dúos cómicos más célebres de la historia del cine. La pareja Jerry Lewis-Dean Martin puede compararse con las de los famosos Stan Laurel y Oliver Hardy, o Bud Abbott y Lou Costello, porque todos ellos dejaron una marca en la memoria del público y en la historia del cine.

Jerry Lewis celebra hoy sus 80 años, después de pasar por circunstancias tan problemáticas como un cáncer de próstata, una hemorragia estomacal, un infarto, serios inconvenientes en su columna vertebral y una grave enfermedad pulmonar. En 1982, estuvo clínicamente muerto durante 17 segundos, y los permanentes problemas de salud que debió superar le dejaron como secuela una adicción a las pastillas que le costó dejar atrás.

Lewis siempre se sintió atraído por los espectáculos de variedades; por eso, cuando apenas tenía 18 años, ya recorría los locales nocturnos de diversión para presentar un show cómico unipersonal. En una de estas actuaciones conocó al cantante Paul Dino Crocetti, nueve años mayor, que usaba el nombre artístico de Dean Martin. La sociedad artística no tardó en concretarse: el apuesto y seductor Martin en el papel del hombre serio, y Lewis como el payaso que siempre quedaba en situaciones ridículas. El espectáculo funcionó tan bien que cuatro años después ya hacían siete representaciones por día y ganaban 300.000 dólares por semana.

El salto a la fama En la primera mitad de los años 50, Dean Martin y Jerry Lewis fueron simplemente un dúo de comediantes. "Eran como estrellas de rock antes de que existieran las estrellas de rock", comentó en alguna oportunidad el New York Times. Pero con el tiempo Martin comenzó a sentirse incómodo en el rol del encargado de dar el pie para los chistes del otro. Cuentan los biógrafos de la célebre pareja que el cantante le planteó crudamente el problema a su socio. "¿Crees que no me doy cuenta de que la gente sale a comprar palomitas de maíz cuando yo canto?", dicen que le preguntó. Desde luego, esto no contribuía a hacer que las relaciones entre los artistas fueran cómodas. Las tensiones se hicieron tan evidentes que en 1956 Lewis propuso la separación, a pesar de la enorme admiración que sentía por su compañero. Pero su socio no tenía sensaciones recíprocas. La ruptura total se produjo cuando Martin le dijo que su colaboración no era para él nada más que una alianza con fines comerciales.

Los dos actores pasaron 20 años sin hablarse. Pero aún cuando Lewis siguió siendo solo su carrera cinematográfica, la fama no lo abandonó. Rodó éxitos de taquilla como Tú, mi conejo y yo, El botones o El terror de las chicas. La cima de su carrera en películas de personajes torpes y atolondrados fue El profesor chiflado, de 1963, cuya remake protagonizó 33 años después Eddie Murphy. Después de algunos títulos de menor trascendencia, la estrella del cómico pareció entrar en un cono de sombras. Con el tiempo, el público perdió interés en el humor de Lewis.

En 1982, el actor sufrió un grave infarto. "La primera noche que volví a pasar en casa soñé que estaba desnudo recostado en la cama del hospital, con paredes y suelo de cristal, y mi abuela apareciendo con el cuchillo del pan para abrirme el pecho", contó después de esa experiencia. Sus últimas apariciones en la gran pantalla fueron en Arizona Dream (1993), de Emir Kusturica, y Los comediantes (1995), de Peter Chelsom.

El actor, a sus 80 años, está especialmente orgulloso de que en 1977 lo propusieran para el Premio Nobel de la Paz: Así fue distinguido por su compromiso con los enfermos de distrofia muscular. Para ellos recaudó en el transcurso de los años la increíble suma de 2.000 millones de dólares.

Aportado por Alejandro Alonso