29/Mar/06

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Viaja al espacio primer astronauta brasileño

El primer astronauta brasileño viaja mañana al espacio a bordo de un cohete ruso, un acontecimiento histórico para este país, que pagó 10 millones de dólares por participar en la misión de 10 días de duración.

El primer astronauta brasileño viaja al espacio a bordo de un cohete ruso, un acontecimiento histórico para Brasil, que pagó 10 millones de dólares por participar en la misión de diez días de duración.

El honor será del teniente coronel de la Fuerza Aérea Brasileña e ingeniero aeronáutico Marcos Pontes, de 43 años, quien viaja en la nave espacial Soyuz como integrante de la Expedición 13 a la Estación Espacial Internacional.

El viaje está cargado de simbolismo, no sólo por ser el del primer astronauta del país sino también por el empeño del gobierno brasileño en lo que ha denominado "Misión Centenario".

El nombre se debe a que la misión espacial se produce un siglo después del primer vuelo del "14 Bis", avión diseñado por el brasileño Alberto Santos Dumont (1873-1932), quien en los libros de historia se disputa la paternidad de la aviación con los hermanos Wright.

La Soyuz se lanza desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajastán, el jueves 30 a las 02.29 hora GMT con una tripulación formada por Marcos Pontes, el ruso Pavel Vinogradov y el estadounidense Jeffrey Williams.

Pontes permanecerá ocho días en la Estación Espacial y regresará a la Tierra con el ruso Valery Tókarev y el estadounidense William McArthur, actuales ocupantes del ingenio espacial.

Por la participación de Brasil en el proyecto de la Estación Espacial, el país fue invitado a enviar un astronauta al espacio en un transbordador estadounidense, y Pontes fue seleccionado para la misión en 1997, pero problemas económicos y la tragedia del Columbia en el 2003 atrasaron el programa.

Como parte de un acuerdo de cooperación firmado por Brasil con la agencia espacial rusa, Pontes se mudó el año pasado del centro de entrenamientos de la NASA en Houston (EEUU) a la Ciudad de las Estrellas (cerca de Moscú), para prepararse para el viaje con los rusos.

La partida estaba prevista para octubre próximo pero el gobierno brasileño logró que se anticipará a marzo, lo que algunos comentaristas consideran un intento oficial por sacar provecho político de la aventura espacial en este año electoral.

El gobierno lo niega, pero el director del Comando General de Tecnología Aeroespacial, teniente brigadier Carlos Augusto Leal Velloso, afirmó recientemente que es una "cuestión de marketing" que "no traerá ningún avance científico para el país".

Velloso admitió sin embargo que los diez millones de dólares que costará la "Misión Centenario" darán "visibilidad" al programa espacial brasileño, y subrayó que más caros le han salido al país los últimos escándalos de corrupción.

"Se trata de una enorme ganancia para la ciencia y la tecnología, inductoras del desarrollo de un país", afirmó por su parte el presidente de la Agencia Espacial Brasileña (AEB), Sergio Gaudenzi.

El astronauta conversará desde el espacio con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, luego con tres periodistas y finalmente con alumnos de una escuela pública.

Más allá de las suspicacias que ha despertado su viaje, Pontes está eufórico por el hecho de pasar a la historia como el primer astronauta brasileño, algo que ni le pasó por la cabeza en su humilde infancia en Baurú, ciudad de unos 300.000 habitantes 345 kilómetros al noroeste de Sao Paulo.

"Mi lucha no es para llegar al espacio. Mi lucha es para llegar al corazón de cada joven y mostrar que todo es posible si realmente se desea", escribió en su página de internet.

Para hacer honor al nombre de la misión, Pontes quería llevar al espacio un sombrero "panamá" que perteneció a Santos Dumont, pero como estaba lleno de hongos, que representan un peligro para el ambiente de la Estación Espacial, usará una réplica.

En su equipaje también figuran una bandera brasileña, una estampa de Jesucristo, una camiseta con el rostro del cosmonauta ruso Yuri Gagarin, primer hombre en viajar al espacio exterior, y otra de los alumnos de la escuela de Baurú donde estudió la primaria.

También llevará una camiseta de las usadas en los entrenamientos por la selección brasileña de fútbol y una pequeña bola "verde-amarela", los colores de la bandera de su país.

La aventura del primer astronauta brasileño concluirá el próximo 8 de abril, cuando la cápsula de la Soyuz aterrizará en las estepas kazajas de Karaganda.

Aportado por Eduardo J. Carletti