24/Abr/06

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BAFICI: "No hubo obras maestras"

La competencia internacional del VIII Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici) permitió acercarse durante casi dos semanas a una interesante selección de 18 exponentes del cine más joven, experimental y provocativo de la producción internacional conocida en los últimos meses.

(La Nación) - No se vieron obras maestras (difíciles de encontrar hoy en cualquier festival del mundo, y muy especialmente en secciones que, como ésta, se concentran de manera exclusiva en primeras o segundas películas), pero títulos como "En el hoyo", notable documental del mexicano Juan Carlos Rulfo sobre las vivencias de los obreros que construyen una inmensa autopista en el DF y que resultó el merecido ganador del festival; "Longing", emotiva mirada a un triángulo amoroso a cargo de la alemana Valeska Grisebach, que se llevó el premio especial del jurado, "Pavel Lackeen: A Traveller Girl", desgarrador film del irlandés Perry Ogden sobre una familia que vive en casas rodantes y que triunfó en la competencia de derechos humanos; "La leyenda del tiempo", del español Isaki Lacuesta, o las dos muy buenas representantes argentinas ("Los próximos pasados", documental de Lorena Muñoz, que ganó el premio Fipresci de la crítica internacional, y "Agua", el vistoso segundo largometraje de Verónica Chen) terminaron por redondear una competencia oficial con bastantes más luces que sombras.

Más allá de la absoluta justicia con que los distintos jurados premiaron a ese puñado de películas que se destacó claramente por sobre el resto, lo cierto es que, en su conjunto, los 18 largometrajes de la competencia oficial permitieron vislumbrar de manera bastante clara por dónde transitan las nuevas tendencias estéticas y narrativas, la cada vez más difícil distinción entre lo puramente documental y la ficción, la predilección por el video de alta definición como soporte y por los intérpretes no profesionales, así como la utilización de las más variadas herramientas visuales y expresivas.

Es cierto que la presencia latinoamericana (siete títulos) resultó algo excesiva y con algunos puntos bajos, que el cine asiático —generalmente a la vanguardia del cine joven— defraudó bastante con apenas dos producciones taiwanesas ("Reflections" y "The Shoe Fairy") tan vistosas como intrascendentes, mientras que tampoco estuvieron a la altura de sus antecedentes (nada menos que la Cámara de Oro a la mejor opera prima en Cannes 2005) la producción de Sri Lanka "The Forsaken Land" o la israelí "Close to Home", a la que no pocos cuestionaron incluso su mirada política. También defraudó la única representante francesa -una cinematografía que suele tener bastante cine innovador para ofrecer cada año- como la insostenible "Les invisibles", de Thierry Jousse.

Pero aun con sus desniveles, con resultados finales que en varios casos no estuvieron a la altura de sus desmedidas ambiciones, la selección encontró también a otros directores debutantes, capaces de construir mundos propios e inquietantes, como el mexicano (nacido en Cataluña) Amat Escalante en "Sangre" o el uruguayo Manuel Nieto en "La perrera", y a mujeres de indudable talento como las apuntadas Grisebach, Muñoz y Chen. Porque siempre es preferible un cine imperfecto y audaz destinado a la discusión acalorada que la seguridad de un cine impecable y predigerido que sólo invite al conformismo.

Por Diego Batlle para La Nación. Aportado por Eduardo J. Carletti