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Nueve años después, Bradbury vuelve a la Feria del Libro de Buenos Aires
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Ray Bradbury estuvo presente en la feria del Libro de Buenos Aires, aunque a la distancia. El autor de El Hombre Ilustrado y Crónicas
Marcianas participó en una videoconferencia desde Los Ángeles, con la presencia desde Buenos Aires de Marcial Souto y Gabriel Guralnik. Bradbury
habló de su vida, de sus proyectos literarios, de su amor por los lectores de la Argentina y de su misión en la vida. Y fue ovacionado. El encuentro estuvo
auspiciado por la revista Ñ y Telefónica.
(Axxón) La videoconferencia comenzó a las 18.00, como estaba previsto, pero Ray Bradbury (85) estaba desde un rato antes en el
otro extremo de la línea, en Los Ángeles y, a decir por los encargados del enlace, no paraba de firmar autógrafos. Aquí, en Buenos Aires, la sala María Esther
de Miguel estaba llena en sus dos tercios, y la gente seguía llegando.
Luego de las palabras de la representante de la Fundación El Libro, Marcial Souto fundador de El Péndulo, traductor y amigo de Bradbury trazó una
semblanza de su visita a la Feria del Libro de Buenos Aires, hace nueve años. Fue tal la calidez y el entusiasmo del público de entonces, que en un momento el
autor sintió pánico. Sin embargo, no se fue de la Feria hasta que el último de los asistentes a la charla tuvo su ejemplar autografiado. La gente le llevó regalos:
tres bolsas grandes que Souto le ayudó a llevar al hotel, mientras que Bradbury volvía con una botella de vino a medio consumir en una mano y la corbata en la
otra. "Sólo lamento que no hubiera una cámara fotográfica para registrar el momento", confesó Souto.
Dos años y medio después de aquello, Bradbury sufría un derrame cerebral del que fue salvado milagrosamente por quien fuera entonces su chofer: Patrick
Kachurka. Hoy Patrick es el asistente personal del escritor. Durante los meses de convelecencia, Bradbury dictó a su hija Matemos todos a Constance.
¿De dónde saca las fuerzas?, le preguntó entonces Marcial Souto. De la enfermedad, respondió el escritor.
A pesar de dos derrames cerebrales, que ocasionaron algunos estragos en su cuerpo, y de haber perdido a su mujer recientemente, Bradbury sigue
escribiendo... o más bien dictando libros a su hija menor (que es también su secretaria) y que está a cientos de kilómetros de distancia, en otro estado de la
Unión.
Anecdotario
En la pantalla, a Bradbury se lo vio entusiasmado. Confesó que la experiencia de hace nueve años fue de las más maravillosas que tuvo en su vida y que con
esta videoconferencia estaba devolviendo el amor que entonces le habían profesado, y no sólo en la Feria, sino también en las calles de Buenos Aires.
Gabriel Guralnik, titular de la
Fundación
Ciudad de Arena y especialista en Ciencia Ficción, inició el reportaje (en inglés, con traducción simultánea). En
referencia a la quema de libros que graficó en la novela Fahrenheit 451, Bradbury respondió que el nivel de educación en los Estados Unidos era pobre.
"La falta de educación hace a los libros innecesarios". "Se queman solos", agregó. En una toma de posición que lleva años, también dijo que "las computadoras
no reemplazan a los libros".
Consultado por Guralnik, Bradbury contó su experiencia como guionista de la película Moby Dick, dirigida por John Houston. Tuvo una noche para leer
la novela luego de la propuesta de Houston y, aunque no pudo terminarla, encontró que en el libro de Herman Melville había partes enteras que remitían a
Shakespeare. Así que aceptó.
El tiempo es circular: Muchos años después, Bradbury escribiría un drama radial llamado Leviatán 99, que es Moby Dick en el espacio exterior,
con la ballena transmutada en un gran cometa blanco. Una obra basada en aquel drama radial verá la luz en el verano boreal de 2007.
Otra de las anécdotas significativas surgió precisamente de la primer aparición de Fahrenheit 451, en pleno apogeo del anticomunismo del senador
Joseph
McCarthy en los Estados Unidos, cuando nadie quería publicar la novela. Bradbury contó que un joven editor fue a visitarlo y que le preguntó si no tendría
algún trabajo para publicar en una revista que estaba comenzando su andadura. Bradbury le ofreció el manuscrito, y fue así como la primera edición de
Fahrenheit 451 apareció en Playboy. Aquel joven editor era Hugh Heffner. "Todos los adolescentes del mundo me deben eso", aclaró el autor, y
fue celebrado por el público desde Buenos Aires.
El imperativo de leer
Las primeras lecturas de Bradbury giraron en torno al Tarzán de Edgard Rice Burroughs y a Buck Rogers. Consultado sobre cuáles serían las lecturas que
recomendaría para los niños, Bradbury explicó que la ciencia ficción tenía aquello que los chicos buscaban: aventura e imaginación. "Pueden empezar leyendo a
Heinlein, a Arthur Clarke, a Asimov, a mí mismo", dijo.
Este sentido de aventura se traslada a la que ahora considera la misión de su vida: hacer que el hombre vuelva a la Luna y a Marte. "Uno de los peores errores
que hemos cometido fue volver de la Luna y quedarnos acá", dijo, y agregó: "El universo es un teatro, pero le falta el público. Fuimos creados para ser ese
público. nuestra tarea es mirar el universo y admirar y celebrar".
"Vamos a volver a la Luna, e iremos a Marte y a Alfa Centauro, lo que
significa que viviremos para siempre. Merecemos ser inmortales", profetizó
Bradbury.
"Hemos buscado a lo largo de muchas vidas un reemplazo de las guerras y el viaje espacial lo es. Al hombre le gustan los desafíos, pero no necesitamos
conflictos entre naciones". Bradbury cree que el hombre no ha vuelto a la Luna por la falta de competencia, luego de la caída de la Unión Soviética. "América
fue colonizada como fruto de la competencia", resumió.
Antes de despedirse, Bradbury contó que sigue escribiendo a ritmo febril en realidad, le dicta a su hija por teléfono, y luego recibe la primera impresión por fax
y corrige: "Es muy complicado, pero lo hago". Este año aparecerán tres novelas, una de las cuales es Adiós al estío, segunda parte de Los vinos del
estío. "Se ubica precisamente donde termina el anterior. Un año más de la misma historia".
Bradbury dice que Dios lo creó como amante de la literatura. "Nací como amante, vivo como amante y moriré como amante", dijo. A los jóvenes escritores les
recomienda: "Enamórense y permanezcan enamorados porque la posibilidad de éxito es grande".
Consultado sobre una posible visita a Buenos Aires para la próxima Feria del libro, dijo: "Recen por mí. Si mejora mi salud viajaré hasta allá y les haré el amor a
todos".
Alejandro Alonso para Axxón y Garrafex News.
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