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Bacterias evitan gases que produce el poroto
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Dos variedades de bacterias son la clave para producir porotos que no generan flatulencias en quienes los consumen, informaron investigadores venezolanos.
(El Universal) - Los especialistas identificaron dos bacterias que pueden ser agregadas a los porotos para causar el menor inconveniente a quienes los comen y a
quienes están alrededor de los amantes de esta legumbre, manifestaron Marisela Granito y sus colegas de la Universidad Simón Bolívar en Caracas.
Esas dos bacterias son el Lactobacillus casei y el Lactobacillus plantarum.
La flatulencia es un gas emitido por las bacterias que viven en el intestino grueso cuando trituran el alimento. La fermentación hace que la comida sea más
digerible en menor tiempo.
Como indicaron en un artículo publicado en Journal of the Science of Food and Agriculture, reseñado por Reuters, Granito y sus colaboradores
descubrieron que agregar estas dos bacterias a los porotos antes de cocinarlos los hace menos proclives a provocar flatulencia.
Los investigadores hicieron la prueba con porotos negros, conocidos científicamente como Phaseolus vulgaris.
"Las legumbres, y particularmente los Phaseolus vulgaris, son una importante fuente de nutrientes, sobre todo en los países en desarrollo", escribió el
equipo de Granito en su informe.
"Pese a ser parte de las dietas básicas de estas poblaciones, su consumo es limitado debido a la flatulencia que producen", explicaron los especialistas.
Los cocineros inteligentes saben que pueden fermentar los porotos, y hacerlos menos proclives a la generación de gases en el organismo, cocinándolos en
alcohol previamente.
Sin embargo, el equipo de investigadores quería descubrir qué bacterias eran las responsables de este proceso.
Cuando los investigadores fermentaron los porotos negros con las dos bacterias, hallaron que disminuía el contenido de fibra soluble en más del 60 por ciento y
que se reducían los niveles de rafinosa, un compuesto conocido por la generación de gases, en un 88 por ciento.
Los especialistas dieron de comer los porotos a ratas y luego analizaron las excreciones de los animales para asegurarse de que los porotos fueran digeridos y
que mantuvieran su valor nutricional.
Cuando fueron remojados previamente en Lactobacillus casei, los porotos retuvieron su nivel nutricional y produjeron menos compuestos de los que provocan
gases, informaron Granito y sus colaboradores.
"Por lo tanto, la bacteria láctica ácida involucrada en la fermentación del poroto, que incluye Lactobacillus casei como un probiótico, podría ser utilizada
como cultivo funcional en la industria alimenticia", agregaron.
"Asimismo, la cocción realizada después de la fermentación inducida produjo una disminución adicional de los componentes relacionados con la flatulencia",
concluyeron los especialistas.
Raíces americanas
El poroto es tan antiguo que, según evidencias arqueológicas, se cultiva desde el año 10.000 antes de Cristo. Sus orígenes se remontan a los suelos americanos,
especialmente los de Centroamérica y de la región andina y Argentina; pero no se conoció en Europa sino después de la colonización, proceso histórico que lo
dispersó por el resto del planeta.
Este vegetal es rico en proteínas, así como de fibras solubles e insolubles.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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