02/Jun/06!f>
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Estudian prototipos para capturar energía de las bacterias
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Un grupo de investigación de la Universidad de Ghent, Bélgica, asegura que, algún día, el agua derramada en el baño podrá usarse para producir energía y
estudian cómo hacerlo. El estudio fue publicado en Environmental Science and Technology.
(Clarín) - Las formas de vida más pequeñas del mundo podrían ser la respuesta a uno de los grandes problemas de nuestros días: la escasez de energía
renovable. Con esta cuestión en mente, los investigadores de la Universidad de Ghent, Bélgica, diseñaron un prototipo capaz de capturar energía producida por
bacterias y publicaron los detalles en Environmental Science and Technology.
No se trata de un tema novedoso en el ambiente porque al usar una variedad de recursos naturales de alimentación, las bacterias pueden ser utilizadas para crear
electricidad, producir combustibles alternativos como el etanol y acelerar la salida de petróleo de los pozos existentes, según numerosos estudios de la Sociedad
de Microbiología de Estados Unidos. Entonces, las bacterias producen energía y resta investigar cómo capturarla: "La eficiencia de estos sistemas esta
determinada por la distancia que los electrones deban recorrer", explicó Korneel Rabaey, coautor de la investigación y profesor de University of Queensland.
Rabaey no es el único que investiga la cuestión. De hecho, investigadores de todo el mundo estudian el potencial de las células de combustible microbiano, pero
los prototipos diseñados hasta ahora sólo producen pequeñas "dosis" de energía. "Por el momento estamos en un estadio inicial en la investigación, pero el
potencial es bueno", dijo el profesor asociado Zhiguo Yuan, del Advanced Wastewater Management Centre de la University of Queensland.
Cuando los científicos hayan logrado descubrir cómo producir energía a escala, Rabaey dice que las células serán usadas en un primer momento para tratar agua
de desechos industriales. De hecho, la idea de usar el agua de desecho doméstico para encender lamparitas todavía resulta utópica. Pero los investigadores no
pierden el optimismo: "La cantidad de energía contenida en el agua desperdiciada es enorme", dice Rabaey.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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