16/Jun/06

Revista Axxón Axxón en facebook Lectores de Axxón en facebook

Recuperando los datos de las Pioneer para explicar la 'anomalía'

(Sondas Espaciales) - Dos sondas espaciales, la Pioneer 10 y 11, que fueron lanzadas hacia Júpiter y Saturno hace más de 30 años, se dirigen hacia el borde de nuestro Sistema Solar.

Sin embargo lo hacen a una velocidad más lenta de lo esperado. A esta incongruencia se la ha llamado la "Anomalía de las Pioneer". El efecto de ralentización de estas sondas es muy pequeño pero detectable, y lo más increíble, hasta ahora no existe ninguna explicación para esta ralentización.

Este enigma ha levantado toda una montaña de hipótesis, desde materia oscura, circuitos de las sondas, hasta teorías nuevas de la física. Lo que necesitan los científicos para resolver este misterio es "más datos", y "más datos" es lo que ahora poseen gracias a los miembros de la Planetary Society.

Sólo una fracción de los datos de navegación de las sondas Pioneer han sido analizadas para estudiar esta anomalía. Pero más de 30 años de misión están almacenados en medios anticuados, o simplemente están en peligro de ser destruidos.

Tan solo 11 años de los datos Doppler de las sondas Pioneer han sido analizados hasta la fecha y no se ha encontrado ninguna solución para la ralentización de las sondas. Recordemos que midiendo el efecto Doppler de las señales de la antena de las sondas, es como las agencias espaciales miden la velocidad de las sondas. Muchos de estos datos estaban almacenados en cintas magnéticas y necesitaban ser identificadas, recuperadas y guardadas. No había suficiente dinero en la NASA para estas tareas.

La Planetary Society comenzó una petición de donaciones para conseguir el dinero necesario para recuperar estos datos.

"Estamos muy contentos de haber recuperado estos datos cuando ninguna otra persona hubiese podido" dice Bruce Betts, el Manager del Proyecto de la Planetary Society. "Tanto como si los datos muestran que la anomalía se debe a algún efecto propio del hardware de la propia sonda, como si se trata de las puertas a una nueva compresión de la física, la Anomalía de la Pioneer es un misterio que hay que resolver".

Después de que la Planetary Society iniciase el proyecto, el JPL ha contribuido igualmente para que exista un equipo que estudie esta anomalía. Los científicos e ingenieros liderados por Slava G. Turyshev, en el JPL han sido capaces de recuperar la mayor parte de los 30 años de navegación de las dos sondas, incluyendo los datos de los encuentros con Júpiter y Saturno en los años 70. Los datos están siendo ahora mismo reagrupados, ordenados, validados y portados a sistemas modernos de almacenaje a los cuales los científicos podrán acceder para sus correspondientes estudios.

El éxito se extiende más allá de la recuperación de los datos de velocidad y navegación. Se ha recuperado también información de las propias sondas y datos científicos. Los planes originales requerían que los datos de las sondas sólo serían almacenados durante 7 años, pero afortunadamente, se han encontrado copias durante la búsqueda de los datos. Gracias a Víctor Coth, un diseñador de software de Canadá, estos archivos con datos de telemetría, están siendo igualmente portados y ordenados a medios de almacenaje más modernos.

¿Qué es lo que estos datos pueden aportar a los científicos? Los datos incluyen medidas de temperatura de la sonda durante toda la misión, Esto puede resultar crítico para modelar el ruido térmico de la sonda, su variación a lo largo del tiempo, y tal vez la causa de esta anomalía.

La Anomalia de la Pioneer fue descubierta cuando John D. Anderson y sus compañeros en el JPL descubrieron que las trayectorias de las sondas se estaban desviando de aquellas que siguen las leyes de la física. Después de 30 años de viaje, la Anomalía de las Pioneer ha producido un error total de 240.000 millas (distancia de la Tierra a la Luna), las sondas están aproximadamente esta distancia más cerca del Sol de lo que se hubiese esperado. Esto es en realidad una minucia cuando hablamos de que las sondas están viajando a 30.000 millas por hora, pero los científicos están intrigados porque no hay ninguna explicación conocida para explicar estos hechos.

¿Qué es lo que está afectando a su velocidad? Se han propuesto varias hipótesis: