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Un tratamiento con células madre permite recuperar la movilidad a ratas paralíticas
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Un equipo de científicos estadounidenses ha logrado que ratas paralíticas recuperasen la movilidad gracias a un tratamiento con células madre embrionarias.
(El País) - Según destaca la agencia de noticias Bloomberg, este trabajo abre el camino para lograr algún día un tratamiento similar para humanos.
Los investigadores extrajeron células madre de embriones y mediante un tratamiento químico forzaron su desarrollo hasta convertirlas en células nerviosas
motoras, las responsables de transportar los impulsos del cerebro y la espina dorsal a los receptores situados en los músculos. A continuación trasplantaron esas
células a las ratas paralíticas: seis meses después, tres de cada cuatro animales tratados pudieron ponerse en pie e incluso dar algunos pasos.
"Este trabajo supone un notable avance que puede ayudarnos a comprender cómo usar las células madre para el tratamiento de lesiones y enfermedades,
empezando así a hacer realidad las expectativas que han suscitado", ha señalado el director de la agencia estadounidense de investigación médica, Elias Zerhouni.
El estudio será publicado la semana que viene en la revista científica Annals of Neurology. Su director, Douglas Kerr, tiene la esperanza de que en cinco
años se puedan aplicar sus descubrimientos a tratamientos experimentales con seres humanos, sobre todo con personas que sufren lesiones en la espina dorsal o
la enfermedad de Lou Gehrig. "Este trabajo desvela la receta sobre cómo usar células madre para reconectar el sistema nervioso", ha dicho Kerr, de 39 años,
investigador del centro estadounidense Johns Hopkins University School of Medicine.
De hecho, ya hay una empresa trabajando en esa línea de investigación. La californiana Geron Corp. está a la espera de la autorización del gobierno
estadounidense para iniciar las pruebas clínicas con células madre para tratamientos a personas con lesiones en la espina dorsal. Según han asegurado fuentes de
la compañía, los fundamentos de su tratamiento difieren de los del estudio dirigido por Kerr.
Por ahora, el siguiente paso de la investigación de Kerr será intentar lograr un resultado similar con animales más grandes, como cerdos, en los que las
conexiones nerviosas deben recorrer una mayor distancia, y asegurarse de que el tratamiento sea completamente seguro.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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