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Barriendo polvo estelar
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El objetivo más complicado de conseguir para los investigadores de los cuerpos espaciales es la obtención de muestras. Tener encima de la mesa un trozo de
Marte o de Titán para analizarlo es el sueño de muchos de ellos.
(HispaLibertas) - Una de esas muestras interesantes es la del polvo de estrellas (o polvo espacial). Que no es una metáfora, sino algo real y bien importante.
Según las teorías acerca de la formación del universo, el polvo estelar es el componente fundamental que, al agregarse, origina la formación de estrellas y
planetas. Además es tan abundante que aún queda un buen remanente en las galaxias visibles como para ver en ellas discos de polvo estelar u otras formaciones
exóticas. Este polvo estelar, de acuerdo con estas teorías, se formó tras las primeras supernovas que aparecieron en el universo, como subproducto de las
mismas, y se renueva de la misma manera.
Sin embargo, hay observaciones que contradicen estas teorías. El polvo estelar observado tras varias supernovas recientes es una cantidad tan pequeña que sólo
con este mecanismo la renovación de la cantidad de polvo estelar es imposible, como también lo sería al principio de la existencia del universo.
Pero, entre otras cosas, la composición del polvo estelar se ha obtenido a través de medidas indirectas, y a través de medidas contaminadas, por así decirlo. En
la Tierra aterrizan todos los años varias toneladas de polvo estelar, pero el problema es que estas muestras se encuentran "contaminadas" a causa de las
condiciones climáticas y la composición mineral del planeta, que no son las del espacio.
No obstante, puede ser que dispongamos de algunas muestras reales y no contaminadas de polvo estelar genuino.
La misión espacial "Stardust" (Polvo de estrellas) despegó de la Tierra en 1999 con el objetivo de acercarse al cometa "Wild 2" y tomar muestras de polvo a
poca distancia de su superficie. Este polvo es polvo cometario, es decir, es material del que compone al cometa. Teniendo en cuenta que dicho cometa se ha
pasado varios millones de años (posiblemente desde su formación) en el cinturón de Kuipert, la composición del mismo no ha debido sufrir grandes variaciones
desde su formación. Eso permitiría analizar la composición de un fósil de nuestro sistema solar en busca de los materiales que formaron el Sistema Solar. Esta
misión tenía previsto capturar el material en unas redes de aerogel que desplegaría sobre el cometa. Las redes de aerogel, una vez recogidas, serían selladas y
transportadas de vuelta a la Tierra para su estudio. El aterrizaje del contenedor de muestras, sano y salvo, se produjo el 15 de enero pasado.
A partir de ese momento se abrió el plazo para que todos los investigadores que lo desearan pudieran inscribirse para revisar y estudiar las microfotografías del
aerogel en busca de partículas atrapadas allí. De esta manera el trabajo pesado de localizar las muestras (comprendidas casi todas entre los 2 y los 15 micrones
de diámetro) se repartía, con lo que se podría avanzar más rápido en un proceso en paralelo que implicara la intervención de más personas. El mismo estilo de la
participación en el periodismo ciudadano, pero aplicado a este proyecto.
Con esto ya lanzado, se desgajó del mismo un proyecto ligeramente distinto. Era factible que el aerogel recogiera muestras de polvo estelar. A fin de cuentas el
"Wild 2" orbita el Sol entre Marte y Júpiter. En consecuencia este segundo proyecto consiste en usar a los voluntarios "cazadores de partículas" para localizar
otro especimen igualmente interesante, mucho menos frecuente, y del que se tiene la esperanza de poseer muestras.
Las primeras fotografías del aerogel quedaron liberadas para los voluntarios el pasado día 1.115.000 voluntarios están ya revisando 40.000 imágenes, a las que
se añadirán alrededor de 700.000 más cuando el proyecto esté más avanzado. A todos los implicados, buena suerte y buena caza.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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