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Clave del envejecimiento: un gen "desconecta" las células madre
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Tres equipos de biólogos descubrieron una profunda relación entre la expectativa de vida y el cáncer: un gen que "apaga" las células madre a medida que una
persona envejece.
Este gen crucial, ya bien conocido por su papel en la supresión de tumores, parece ser el mediador de un profundo equilibrio entre la vida y la muerte. Para evitar
el creciente riesgo de cáncer a medida que una persona envejece, el gen reduce gradualmente la capacidad de proliferación de las células madre.
El descubrimiento, publicado ayer en la edición online de Nature, fue realizado en una especie de ratones que carecen del gen, pero se piensa que también puede
aplicarse a las personas.
El hallazgo sugiere que muchas de las enfermedades degenerativas del envejecimiento son causadas por el silenciamiento activo de las células madre que
renuevan los diferentes tejidos del organismo, y que no son simple consecuencia de una desintegración pasiva de los tejidos por el desgaste diario de la vida,
como generalmente se cree.
"No creo que el envejecimiento sea un proceso azaroso es un programa, un programa anticáncer", dijo el doctor Norman E. Sharpless, de la Universidad de
Carolina del Norte, autor principal de uno de los tres trabajos. Los otros dos son el doctor Sean J. Morrison, de la Universidad de Michigan, y el doctor David
T. Skadden, de la Escuela de Medicina de Harvard.
Las implicancias del hallazgo para la terapia celular basada en las células madre adultas del propio individuo todavía no están claras, pero la noticia de que estas
células se "apagan" con la edad no parece particularmente alentadora. El resultado podría restarles respaldo a los que se oponen a la investigación con células
madre embrionarias argumentando que las células madre adultas son suficientes para realizar terapias celulares. El doctor Sharpless dijo que su descubrimiento
muestra que es necesario seguir adelante con ambas estrategias de investigación.
El gen de esta historia tiene el nombre poco memorable de p16-Ink4a, pero juega un papel fundamental en las defensas del organismo contra el cáncer. Dirige la
síntesis de dos proteínas diferentes que interactúan con los dos sistemas principales para decidir si una célula debe dividirse o no.
Una de ellas aumenta sustancialmente con la edad. Las células de una persona de 70 años producen 10 veces más de la proteína Ink-4 que las de una persona
de 20, dijo Sharpless. Los tres equipos llegaron esencialmente al mismo resultado: que en cada tipo de tejido las células tienen mayor capacidad de proliferar
cuando no se produce la proteína Ink-4. Al mismo tiempo, los ratones que carecían de esta proteína tienen una marcada tendencia a desarrollar tumores, que
empiezan a desarrollar ya al año de edad. Los investigadores sugieren, pero todavía no probaron, que las crecientes cantidades de Ink-4 producidas a medida
que una persona envejece pone a las células en estado de senescencia, de modo que no puedan volver a dividirse.
Fuente: New Yor Times/La Nación. Aportado por Eduardo J. Carletti
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