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Las tormentas de polvo de Marte podrían producir nevadas corrosivas
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Las tormentas globales de polvo que periódicamente cubren Marte con un manto rojo podrían ocasionar la caída en forma de nieve de unos compuestos
químicos corrosivos, incluyendo peróxido de hidrógeno, que serían tóxicos para la vida, según unos estudios publicados en la revista Astrobiology.
Basándose en unos estudios de campo realizados en la Tierra, experimentos de laboratorio y modelos teóricos, los investigadores argumentan que los agentes
oxidantes podrían ser producidos por la electricidad estática generada en las arremolinadas nubes de polvo que a menudo oscurecen la superficie durante meses,
dice el físico Gregory T. Delory de la Universidad de California, Berkeley. Si estos compuestos se han producido regularmente durante los últimos 3000 millones
de años, el tiempo que presumiblemente Marte lleva siendo seco y polvoriento, las acumulaciones de peróxido en el sustrato podrían haber llegado a niveles
letales para la vida "tal y como la conocemos," afirma.
"Si esto fuera cierto, afectaría seriamente a la interpretación de las medidas del terreno que tomaron las Viking en los años 70," dice Delory. Uno de los objetivos
principales de estos aterrizadores era buscar signos de vida en el suelo marciano, para lo que llevaron a cabo cuatro tests independientes, algunos de los cuales
implicaban la adición de agua y nutrientes al suelo para buscar posteriormente si provocaban la producción de gas, una señal de microorganismos vivos.
Estos tests quedaron inconclusos ya que los gases fueron producidos muy brevemente, y otros instrumentos de la nave no hallaron trazas de materiales esperados
si hubiera vida. Estos resultados apuntan más a una reacción química que a un proceso orgánico, dice Delory.
"Aún no se tiene claro si hay o no vida en Marte, pero sí sabemos que Marte tiene unas condiciones muy reactivas en el suelo," dice. "Es posible que hubiera
factores de corrosiones a largo plazo que afectarían a tripulaciones y equipamientos debido a los oxidantes del polvo y suelo marciano."
De todos modos, dice, "la intensa exposición a la radiación ultravioleta, las bajas temperaturas, la falta de agua y los oxidantes del suelo hacen difícil la
supervivencia de algún microbio en Marte."
El artículo publicado en Junio de 2006 por Delory y sus colegas demuestra que los campos eléctricos generados en las tormentas y los pequeños tornados,
llamados dust devils, podrían disociar las moleculas de dióxido de carbono y de agua, permitiendo que se recombinen en la forma de peróxido de hidrógeno o
incluso más complejos superóxidos. Todos estos oxidantes reaccionan rápidamente y destruyen otras moléculas, incluyendo las moléculas orgánicas que se
asocian con la vida.
Otro artículo, del cual también Delory es coautor, demuestra que estos oxidantes podrían acumularse en tales concentraciones cerca del suelo durante una
tormenta que podrían condensarse y caer en forma de nieve, contaminando las capas superiores del terreno. Según el autor principal de este artículo, Sushil K.
Atreya, de la Universidad de Michigan, estos sueroxidantes podrían destruir no sólo el material orgánico de Marte, si no incluso acelerar los mecanismos de
pérdida de metano de la atmósfera.
Si este escenario ha jugado un papel importante en la historia de Marte, la acumulación de peróxido podría haber falseado los experimentos de las Viking.
Actualmente, los investigadores sugieren que reactivos del terreno, como peróxido de hidrógeno y ozono, podrían haber producido las medidas tomadas,
imitando la respuesta de organismos vivos. Otra gente sugiere que una posible fuente de estos oxidantes son reacciones químicas en la atmósfera catalizadas por
la radiación ultravioleta del Sol. Los niveles predichos, sin embargo, eran mucho menores de los necesarios para producir los resultados obtenidos por las
Viking.
La producción de estos peróxidos por tormentas de polvo y dust devils, que parecen ser bastante comunes en el planeta, podría ser suficiente para explicar las
obnservaciones de las Viking. Hace treinta años, algunos investigadores consideraron la posibilidad de que estas tormentas fueran electricamente activas, como
en las toementas de rayos terrestres, siendo una posible causa para la presencia de los compuestos reactivos. Pero esto no se pudo probar hasta ahora.
La teoría debería ser probada más a fondo por un sensor de campo eléctrico trabajando en tándem con un sistema de detección de la química atmosférica
montados en un futuro rover o aterrizador marciano, segú los miembros del equipo.
Fuente: U.C. Berkeley/Sondas Espaciales. Aportado por Eduardo J. Carletti
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