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La personalidad humana tiene pocos caracteres hereditarios
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La personalidad humana es el rasgo menos determinado por la genética, entre los 98 rasgos físicos y psíquicos que se estudiaron
La genética influye mucho más en el cuerpo que en la psicología, ya que condiciona poderosamente la altura de una persona o el riesgo de sufrir de colesterol
alto, pero apenas incide en la conformación de la personalidad, que se nutre principalmente del entorno, según un estudio realizado sobre 6.148 personas de
Cerdeña genéticamente afines. El estudio también desveló que características personales como la irritabilidad no aumentan los riesgos de infarto, contradiciendo
así anteriores investigaciones. El mayor estudio genético realizado hasta la fecha en una comunidad humana concreta puso de relieve asimismo que, como
especie, hemos evolucionado hacia una enorme diversidad.
Un estudio realizado en la isla mediterránea de Cerdeña ha puesto de relieve que, aunque los genes humanos influyen de manera significativa en la salud y el
comportamiento de un individuo, la influencia de ambos factores no son comparables, ya que la personalidad humana es el rasgo menos determinado por la
genética, entre los 98 rasgos físicos y psíquicos que se estudiaron.
Un total de 6.148 personas de la isla de Cerdeña participaron en un estudio de diez años de duración destinado a medir la influencia de la genética en 98
características físicas y de comportamiento de los sardos. Este grupo humano forma en realidad una especie de "gran familia", al haberse mezclado poco con
otros seres humanos durante varias generaciones. Por eso ha resultado especialmente óptimo para ser estudiado y extraer de ellos una evaluación genética válida,
debido a su aislamiento y relativa estabilidad.
Una de las primeras conclusiones derivadas del análisis de los datos fue que no existe ninguna conexión entre las personalidades fuertes o vigorosas y la
probabilidad de sufrir enfermedades cardiacas, al contrario de lo que hasta ahora se creía y se había demostrado en estudios anteriores, especialmente por
Meyer Friedman y Ray Rosenman en los años 50.
La investigación, realizada por científicos italianos, del Instituto Nacional sobre Envejecimiento, así como por especialistas en bioestadística de la universidad de
Michigan, investigó a esos miles de personas, de edades comprendidas entre los 14 y los 102 años, que vivían en cuatro pueblos vecinos dentro de Cerdeña. Se
trata del 62% de la población del valle de Lanusei, que rodea a los cuatro pueblos, informa la Universidad de Michigan en un comunicado. Los resultados de la
investigación fueron publicados en el número de agosto de la revista PLoS Genetics.
Pruebas a una "gran familia"
Los investigadores Gonzalo Abecasis y Wei-Min Chen, ambos del Center for Statistical Genetics de la Universidad de Michigan, estuvieron a cargo de los
análisis estadísticos del proyecto, y han señalado que los cuatro abuelos de un 95% de las personas incluidas en el estudio eran nacidos en la isla.
Un total de 600 personas entre los participantes pertenecían a un mismo grupo de primos. Una familia así de grande es perfecta para poder separar la
disposición genética de la medioambiental, declaró Abecasis en dicho comunicado.
Los participantes realizaron pruebas de salud -de factores sanguíneos, como presión o colesterol- y de factores medioambientales (como fumar o seguir una
buena dieta). Aunque aún quedan muchos análisis estadísticos que realizar en los próximos meses, se descubrió que no había conexión alguna entre el tipo de
personalidad y la función cardiovascular.
Somos únicos
Asimismo, salió a la luz que todos los 98 rasgos físicos y de conducta medidos tenían al menos un componente genético. De esta forma, la altura es en un 80%
genética, el colesterol, en un 40% y la personalidad está marcada por la genética en un porcentaje de entre el 10% y el 20%.
Este último dato reveló que, a pesar de que estudios anteriores (en gran parte realizados con mellizos) habían dado un porcentaje mayor a la genética de la
personalidad, según este nuevo estudio el comportamiento de cada persona es casi único. Eso quiere decir que la mayor parte de las expresiones neuróticas, de
extroversión, afabilidad y responsabilidad de una persona, poco tienen que ver con el patrimonio genético familiar, según los autores de este estudio.
Según declaraciones de Abecasis a la revista Discovery News, el ser humano ha evolucionado hasta alcanzar muy diversos tipos de personalidades cuyas
características, comparadas con las de la salud o el aspecto físico, están mucho menos determinadas genéticamente. Abecasis opina que en este aspecto, influyen
más los factores aleatorios que los genes o el entorno.
El estudio también puso de relieve que el tiempo juega un importante papel en la aparición de ciertas características genéticas. Cuando una persona es joven, por
ejemplo, la presión sanguínea puede mantenerse estable. Sin embargo, al envejecer, si tiene la tendencia genética a que su tensión sea elevada, será cuando dicha
tendencia se presente.
Modelos informáticos
Para el análisis de los datos obtenidos, los investigadores compararon la información genética recabada y los tests de personalidad con la salud, el peso, la
personalidad y otros datos. Modelos informáticos sirvieron para determinar cómo afectaba la genética a los rasgos estudiados.
Así, se descubrió también que el tipo de personalidad no parecía estar relacionado con la salud coronaria o sanguínea. Por ejemplo, la gente propensa a la ira no
tiene tendencia a sufrir más problemas de corazón que la gente de carácter más pausado.
Lo más inusual del estudio es su extensión y la integración de tanta cantidad de información sobre características en un solo análisis. Su importancia radica en la
posibilidad de considerar en conjunto la herencia con las características de cada persona. De esta forma, se mejora la facultad de identificar genes en el futuro.
Abecasis y sus colegas esperan en un futuro cercano, cuando la información recabada se vaya analizando, identificar los genes concretos responsables de cada
uno de los rasgos estudiados.
Próximos pasos
Asimismo, tras establecer algunas de las correlaciones genéticas, señala la universidad de Michigan, el próximo paso es encontrar diferencias moleculares
específicas responsables de cada característica. Para llegar a la próxima etapa, se han caracterizado 10,000 marcas genéticas por cada participante y 500,000
marcas genéticas de un subgrupo de participantes.
Los participantes del estudio serán observados durante varios años más para determinar si la información genética ha sido exitosa en la predicción de
enfermedades. Aunque la población de Cerdeña es homogénea de manera única, los científicos esperan que sus resultados sean comparables a los de otros
grupos de población, y consistentes con otros estudios.
"En poblaciones más cosmopolitas, esperamos ver más diferencias genéticas y medioambientales entre los individuos", dice Abecasis. "Pero basándonos en las
comparaciones limitadas que hemos hecho, el impacto relativo de los genes y el medio ambiente para los 98 rasgos estudiados no varía demasiado en otras
poblaciones".
Fuente: Vanesa Marsch, Tendencias Científicas. Aportado por Eduardo J. Carletti
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