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Observan el exoplaneta más cercano que se conoce
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El Telescopio Espacial Hubble de la NASA, junto a observatorios terrestres, ha proporcionado una prueba definitiva de la existencia del planeta extrasolar más
cercano a nuestro Sistema Solar.
Este mundo, del tamaño de Júpiter, orbita una estrella similar al Sol, Epsilon Eridani, que está a solo 10,5 años luz de distancia. Este planeta se encuentra a una
distancia tal que se lo podría observar mediante el Hubble y los grandes telescopios terrestres a finales de 2007, cuando el planeta haga su máxima aproximación
a Epsilon Eridani en su órbita de 6,9 años.
Las observaciones del Hubble fueron logradas por un equipo liderado por G. Fritz Benedict y Barbara E. McArthur de la Universidad de Texas en Austin. El
estudio revela la verdadera masa del planeta, que el equipo ha calculado en 1,5 veces la masa de Júpiter.
Hubble también encontró que la órbita del planeta tiene una inclinación de 30 grados respecto a nuestra línea de visión, la misma inclinación que tiene el disco de
polvo y gas que rodea a Epsilon Eridani. Este es un resultado particularmente excitante, dado que aunque hace mucho tiempo que se piensa que los planetas se
formaban a partir de tales discos, y esta es la primera vez que se han observado ambos objetos juntos alrededor de una estrella.
El equipo de investigación enfatizó que la alineación de la órbita del planeta con el disco de polvo proporciona una evidencia directa y convincente de que los
planetas se forman a partir de los discos de gas y polvo residual que se encuentra alrededor de las estrellas.
Los planetas de nuestro Sistema Solar comparten una alineación común, prueba de que se crearon al mismo tiempo en el disco del Sol. Pero el Sol es una
estrella de edad mediana 4 500 millones de años y su disco de residuos se disipó hace mucho tiempo. Epsilon Eridani, sin embargo, aún mantiene su disco, ya
que es joven, sólo 800 millones de años.
McArthur detectó en un principio el planeta en el 2000, mediante mediciones de un rítmico y constante bamboleo de Epsilon Eridani, causado por el tirón
gravitatorio de un planeta oculto. Sin embargo, algunos astrónomos se cuestionaban si, de hecho, el movimiento de turbulencia en la atmósfera de la joven estrella
no estaría imitando los efectos de la estrella sacudida por el tirón gravitatorio de un planeta.
Las observaciones del Hubble eliminaron cualquier incertidumbre. El equipo Benedict-McArthur calculó la masa y órbita del planeta haciendo unas medidas
extremadamente precisas de los sutiles cambios en la localización de la estrella en el cielo, una técnica llamada astrometría. Las ligeras variaciones eran sin lugar a
dudas causadas por el tirón gravitatorio de un objeto compañero oculto. El equipo de Benedict estudió alrededor de mil observaciones astrométricas
recolectadas del Hubble durante 3 años.
"No se puede ver el bamboleo inducido por el planeta a simple vista", dijo Benedict. "Pero los sensores de guía fina del Hubble son tan precisos que pueden
medir el bamboleo. Básicamente miramos tres años del total de la danza entre la estrella y su invisible compañero, en una órbita de casi siete años de extensión.
Los sensores de guía fina midieron un diminuto cambio en la posición de la estrella, equivalente al ancho de una moneda de 25 centavos de dólar ubicada a una
distancia de 1200 kilómetros".
Los astrónomos combinaron estos datos con otras observaciones astrométricas hechas en la Observatorio Allegheny de la Universidad de Pittsburgh. Entonces
añadieron esas medidas a centenares de medidas de velocidad radial tomadas desde la Tierra que se hicieron durante los pasados 25 años por el Observatorio
McDonald Observatory en la Universidad de Texas, el Observatorio Lick en la Universidad de California, el Telescopio Hawaiano-Franco-Canadiense de
Hawaii, y el Observatorio Europeo del Sur en Chile. Esta combinación les permitió determinar con precisión la masa del planeta, deduciendo la inclinación de su
órbita.
Aunque por el momento Hubble y otros telescopios no pueden tomar imágenes del planeta gaseoso gigante, podrían ser capaces de capturar fotografías del
mismo en 2007, cuando su órbita sea cercana a Epsilon Eridani. El planeta sería más brillaría lo suficiente con la luz reflejada de la estrella para ser captado por
Hubble, otras cámaras espaciales, y los grandes telescopios terrestres.
Los resultados aparecerán en el número de Noviembre de la revista Astronomical Journal.
Fuente: Astroseti y otros. Aportado por Eduardo J. Carletti
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