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Los circuitos del lenguaje ya están activos en bebes de tres meses
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A esa edad ya se encuentra funcionando una estructura cerebral que permite desarrollarlo.
A los tres meses de vida, los balbuceos de todos los bebes son parecidos. Da lo mismo que sean rusos, chinos o finlandeses, españoles o británicos: en esos
primeros sonidos que deslumbran a los padres de todo el mundo no pueden rastrearse indicios que los vinculen con un idioma determinado. Sin embargo, apenas
doce semanas después de nacer y cuando todavía faltan muchos meses para que comience a hablar, ya están activos en el ser humano los circuitos cerebrales del
lenguaje.
Lo prueba un trabajo recientemente publicado en Proceedings of the National Academy of Science, cuya autora principal es la investigadora francesa
Ghislaine Dehaene-Lambertz y en el que participó el físico argentino Mariano Sigman, investigador del Conicet y de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
de la UBA.
"Nos preguntamos por la ontogenia del lenguaje dice Sigman. ¿Tenemos un cerebro preparado para desarrollarlo o estamos expuestos a cierta experiencia y
[a partir de eso] desarrollamos habilidades específicas?
Para averiguarlo, los científicos decidieron estudiar la actividad cerebral de bebes con resonancia magnética y analizar qué sucede con los núcleos de producción
del lenguaje. ¿Ya están haciendo algo o no hacen nada?
Responder estas preguntas fue un ejercicio no exento de dificultades. La primera llegó con el experimento en sí: no es sencillo estudiar fisiología en bebes que se
duermen, se despiertan, lloran y quieren salir del resonador magnético. Eso hizo que hubiera un porcentaje muy bajo de éxitos y que, de una centena de intentos,
sólo se obtuvieran imágenes cerebrales de unos quince.
Pero el resultado sorprendió a los investigadores. Aunque se supone que los bebes, como no hablan, no deberían usar el área de Broca -vinculada
específicamente con el lenguaje-, se comprobó que no sólo la usan, sino que lo hacen siguiendo el mismo ordenamiento que los adultos.
"Cuando uno escucha una frase, una cantidad de regiones se activan siguiendo un orden explica Sigman. Comienza la corteza auditiva primaria, la siguen las
cortezas auditivas asociativas, que les pasan información a regiones que integran información auditiva con información mnemónica. Eso vuelve a la corteza
auditiva, se propaga a regiones más frontales, sobre todo al área de Broca. Hay como un río de actividad que denota una organización. Uno puede entender la
«arquitectura» de esa función cognitiva viendo cómo avanza en el tiempo."
Imágenes del pensamiento
El problema es que la resonancia magnética tiene muy mala resolución temporal. "Es como si uno quisiera entender procesos que ocurren en cien milisegundos y
sólo pudiera sacar fotos cada dos segundos", ilustra el investigador.
Para superar este obstáculo, el físico argentino desarrolló un método que permite, usando ciertas propiedades de regularidad, reconstruir el proceso continuo a
partir de señales discretas tomadas cada segundo y medio.
"Esa evolución temporal es importante porque da una especie de huella digital de una organización jerárquica -afirma Sigman-. Puede verse dónde llega la
información primero y cómo se propaga luego. En este caso, pudimos ver que el tráfico de información era similar al que se había observado en adultos."
Los investigadores quisieron averiguar, también, si a los tres meses los bebes ya tienen memoria verbal. Para eso, las frases se repitieron dos veces, separadas
por un lapso de quince segundos. Y fue allí donde el experimento arrojó otro resultado notable: "No sólo se vio que las regiones se activaban en el orden
esperado, sino que además la respuesta a la segunda frase fue más intensa que a la primera detalla Sigman. Esto es muy interesante porque hay un mecanismo
clásico del cerebro que es la adaptación: si uno ve algo, cuando lo vuelve a ver responde menos... Salvo cuando hay una situación de no comprensión; entonces,
la segunda respuesta es más intensa que la primera. Es lo que sucedió con los bebes: ocurrió como si no hubieran comprendido y hubieran consolidado la
información con la segunda frase".
Según las conclusiones del trabajo, el hecho de que el área de Broca esté activa en bebes preverbales implica que la actividad de esta región no es consecuencia
del aprendizaje, sino que por el contrario puede conducir, a través de interacciones con el sistema perceptivo, el aprendizaje de las complejas secuencias
motoras requeridas para la futura producción del lenguaje. "Ya en los primeros meses de vida, una organización jerárquica compleja del cerebro podría jugar un
papel crucial en [su] adquisición", afirman.
Fuente: La Nación. Aportado por Eduardo J. Carletti
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