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Científicos logran fundir diamante
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Científicos de los Laboratorios Nacionales de Sandía han tomado un diamante, el material de origen natural más duro que se conoce en la Tierra, y lo han
derretido hasta formar un charco.
Aún cuando nos han bombardearo con aquello de "los diamantes son para siempre", científicos de los Laboratorios Nacionales de Sandía han tomado un
diamante, el material de origen natural más duro que se conoce en la Tierra, y lo han fundido hasta formar un charco.
No es fácil fundir un diamante, y por eso los científicos han tenido que usar la máquina Z de Sandía, que es el mayor generador de rayos X del mundo, para
someter a diminutos bloquecitos de diamante, de sólo unos nanómetros de grosor, a presiones más de 10 millones de veces superiores a la de la atmósfera a
nivel del mar.
"Es muy difícil alcanzar esas presiones", comenta Marcus Knudson, experimentador en Sandía.
Para crear la presión necesaria, los campos magnéticos de la máquina arrojaron pequeñas chapitas al diamante a 34 kilómetros por segundo, es decir, más
rápido que la velocidad a la que la Tierra orbita al Sol.
Los científicos investigaban el modo en que el diamante reacciona a una variedad de presiones extremas para ver si podría emplearse este material para construir
una especie de perdigones de combustible necesarios para efectuar reacciones de fusión nuclear.
La fusión nuclear se da cuando múltiples núcleos se combinan para formar un núcleo más pesado. Si se emplean elementos más ligeros, la reacción puede crear
enormes cantidades de energía, pero los científicos están aprendiendo aún a manipular y controlar el proceso de fusión. De hecho todos los reactores nucleares
actuales obtienen la energía a partir de reacciones de fisión, donde un átomo pesado se divide en dos o más núcleos más pequeños.
Para conseguir una reacción de fusión controlada, cualquiera que sea el material que se use para rodear la bolita de combustible, debe transmitir uniformemente
toda la presión aplicada hacia el interior para forzar a este a implosionar. Para hacer esto (comentó Knudson a LiveScience) el material tiene que conseguir
permanecer en estado sólido o bien derretirse en un líquido; una mezcla de ambos estados podría crear inestabilidades que harían fracasar la compresión del
material al nivel adecuado, lo cual impediría la implosión.
En la actualidad, se emplea berilio para encapsular las bolitas de combustible, pero debido a los problemas de filtración que causa este metal se está
considerando usar diamantes como material alternativo
Fuente: Astroseti. Aportado por Eduardo J. Carletti
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Más información:
Sandia National Laboratories