13/Nov/06!f>
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La Maldición 2: El niño sigue resentido
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El terror oriental ha marcado sus constantes narrativas con fantasmas vengativos y seres de ultratumba.
Dicen que no hay nada nuevo bajo el sol pero para repetirse a sí mismo hay que hacerlo con ingenio.
Es el caso del director nipón Takashi Shimizu, autor de los dos filmes japoneses originales del mismo título y sus remakes hollywoodenses.
En esta ocasión, la película no es independiente de la anterior y obliga a una recapitulación para el auditorio que no vio la primera parte.
La historia se sitúa nuevamente en Tokio en donde Aubrey Davis (Amber Tamblyn) intenta averiguar lo que le ocurrió a su hermana Karen (Sara Michelle Gellar)
tiempo atrás.
Karen se encuentra en un hospital siquiátrico después de una experiencia sobrenatural ocurrida en una casa embrujada cuando cuidaba de una anciana.
Aubrey queda a merced del mismo fantasma cuya ira lo mantiene deambulando entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
Sara Michelle Gellar, la carta fuerte, apenas aparece unos minutos y nos agrada más cazando vampiros que como víctima de un espectro cara pálida.
El terror oriental ha marcado sus constantes narrativas con fantasmas vengativos, seres de ultratumba de rostros pálidos y macabras cabelleras como
protagonistas de tramas sencillas y efectivas.
Shimizu, quien concluye en su tierra natal la tercera entrega de Ju-on, sigue las pautas al pie de la letra pero se desenvuelve mejor en casa: por alguna extraña
razón toda la infraestructura y recursos visuales que tiene a su disposición para las versiones estadounidenses logran su cometido de espectacularidad pero
opacan la línea argumental.
Y eso, sí parece una maldición. Cierto, Takashi Shimizu ha dirigido prácticamente todas las películas de esta franquicia (tanto las japonesas como las
norteamericanas), pero los guiones de estas nuevas versiones fueron escritos por Stephen Susco, quien intentó vanamente combinar la atmósfera y muda tensión
del cine japonés con los clichés del terror norteamericano.
Y si bien el resultado de esa mezcla no falla absolutamente, tampoco logra la suficiente cohesión narrativa y dramática para dejar satisfecha a la audiencia.
Por el lado bueno tenemos la mencionada atmósfera y la estructura no-lineal de "La Maldición 2".
No sé si esto sea un "spoiler", pero lo revelaré para ayudar a quienes queden confundidos con la aparente arbitrariedad de la trama (quienes no deseen saber
este "secreto" de la película, por favor sáltense el siguiente párrafo):
Los tres puntos de vista que ofrece "La Maldición 2" no ocurren simultáneamente; uno de ellos se desarrolla inmediatamente después de la cinta previa; otro unos
meses después y el tercero años después.
Y eso que no estoy contando los "flashbacks", donde conocemos el posible origen de la Maldición... y no me refiero al asesinato de la mujer y el niño, sino a la
razón mística por la que sus fantasmas han perdurado durante tanto tiempo.
Fuente: El Porvenir. Aportado por Eduardo J. Carletti
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