12/Feb/07!f>
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¿Lectura computacional del pensamiento?
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Por primera vez han sido capaces de leer las intenciones secretas de unos participantes en un experimento a partir de la actividad cerebral usando una
combinación de resonancia magnética nuclear funcional y algoritmos computacionales complejos.
Todos los días planeamos acciones, como devolver un libro a un amigo o ir a una cita. Cómo y dónde el cerebro almacena estas intenciones ha sido revelado
recientemente por científicos del Instituto Max Planck en cooperación con investigadores londinenses y de Tokio.
Por primera vez han sido capaces de leer las intenciones secretas de unos participantes en un experimento a partir de la actividad cerebral usando una
combinación de resonancia magnética nuclear funcional y algoritmos computacionales complejos.
Nuestras intenciones permanecen ocultas hasta que nos ponemos en acción, mientras tanto creemos que son el secreto mejor guardado. Ahora un grupo de
investigadores han sido capaces de decodificar este secreto a partir de los patrones de de actividad cerebral.
A los participantes voluntarios en el experimento (tres hombres y cinco mujeres) se les dio a elegir entre dos posibles tareas: o bien restar un par de números o
bien sumarlos. Entonces se les solicitó mantener en la mente secretamente esa intención que tenían durante unos segundos antes de presentarles los números
sobre una pantalla.
Los investigadores fueron capaces de reconocer las intenciones de los sujetos con una precisión del 70% basándose en los patrones de actividad cerebral,
incluso antes de que hubieran visto los números y empezaran a realizar los cálculos. Según los investigadores quizás se pueda aumentar la precisión del sistema
entrenando al sistema computacional durante un mayor periodo de tiempo.
Los participantes no sabían a priori qué dos números iban a suma o a restar. Al cabo de unos segundos los números aparecían sobre la pantalla y podían efectuar
el cálculo. Esto asegura que fue la intención en sí misma y no el cálculo la que era leída.
Previamente se creía que la elección libre de planes se almacenaría en alguna región del cerebro, concretamente en el córtex prefrontal medio, mientras que los
planes que siguen instrucciones externas podrían almacenarse en la superficie del cerebro. Según John-Dylan Haynes y líder del proyecto los resultados de este
experimento confirman dicha teoría.
El trabajo de estos investigadores va más allá que demostrar teorías previas. Nunca antes fue posible leer la actividad cerebral de una persona y saber cómo iba
a actuar en el futuro.
El truco de hacer visible el secreto mejor guardado descansa sobre un método denominado "reconocimiento de patrones multivariados". En este método una
computadora es programada para reconocer patrones de actividad característicos en el cerebro que típicamente se dan cuando suceden determinados
pensamientos. Una vez que el ordenador ha sido entrenado puede usarse para saber la decisión que un individuo ha tomado y por tanto poder predecir su
intenciones basándose en su actividad cerebral.
Además el estudio pone de manifiesto cómo el cerebro almacena las intenciones. Éstas no están codificadas en simples neuronas, sino sobre todo un patrón
espacial de actividad cerebral. El experimento revela las diferentes regiones del córtex prefrontal que efectúan las diferentes operaciones. Áreas en la región
frontal almacenan la intención hasta que ésta es ejecutada, mientras que las regiones posteriores toman posesión del control cuando el sujeto comienza a realizar
la tarea (en este caso la operación matemática correspondiente). Por tanto, las intenciones sobre las acciones futuras que están codificadas en una parte del
cerebro necesitan ser copiadas a una región diferente para ser ejecutadas.
El hallazgo podría tener aplicaciones clínicas. Se está ya investigando sobre sistemas de interconexión computacional para pacientes con parálisis. La idea es un
sistema que lea la actividad cerebral y luego ejecute una tarea. Hasta ahora estos sistemas se centran en la lectura de las intenciones de movimiento de los
miembros del paciente. Este nuevo hallazgo podría abrír una nueva vía de aplicación de esta tecnología.
En el futuro será posible incluso leer pensamientos más abstractos o intenciones más complejas de los pacientes con parálisis.
Mover un cursor sobre la pantalla hasta seleccionar una letra del alfabeto es una tarea lenta y tediosa para estas personas. Haynes afirma que usando las señales
procedentes del cortex medio prefrontal será posible saber en qué letra está pensando y que ésta sea seleccionada automáticamente. Algún día la intención de
abrir un subdirectorio o de contestar a un email podrá ser leída por un sistema y se tomará la acción más adecuada al respecto.
Según Todd Braver de Washington University en St Louis (Missouri) el próximo paso a dar es ver si se pueden leer las intenciones de un individuo incluso antes
de que la persona en cuestión sea consciente de ellas. De este modo mediríamos cuándo somos conscientes de las decisiones que tomamos.
Sobre si esto es o no una lectura de pensamiento dejamos que sean los lectores quienes lo interpreten. En todo caso el dilema ético está servido.
Fuente: Neofronteras. Aportado por Eduardo J. Carletti
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Más información:
Revealing Secret Intentions in the Brain