02/May/07!f>
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El hielo ártico disminuye tres veces más rápido de lo esperado
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Investigadores del NCAR (National Center for Atmospheric Research) y el NSIDC (University of Colorado"s National Snow and Ice Data Center) han llegado
a una conclusión alarmante: la disminución del hielo ártico está siendo el triple de rápida que la predicha por los modelos informáticos.
No es que los modelos de ordenador fueran optimistas: por ejemplo, la disminución media por década de la superficie de hielo en septiembre, de 1953 a 2006,
debería ser del 2,5%. Es decir, los modelos ya predecían una disminución. Sin embargo, combinando los datos antiguos (de barcos y aviones) con los nuevos,
mucho más precisos, provenientes de satélites, los científicos han calculado que la disminución real ha sido del 7,8% de media: más de tres veces lo esperado.
Por si lo estás calculando, sí: un 7,8% anual implica que la cubierta de hielo de septiembre es ahora sólo dos terceras partes de lo que era en la década de los
cincuenta. Pero es que eso no es lo peor.
Analizando las predicciones de los modelos previos y los datos reales, el NCAR estima que la pérdida del hielo ártico está 30 años por delante de lo que
pensábamos, y lo que pensábamos ya era preocupante. Los 18 modelos informáticos del organismo internacional encargado de estudiar el cambio climático, el
IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change), ya predecían que el hielo ártico desaparecería entre 2050 (los más pesimistas) y más allá de 2100 (los más
optimistas).
Los científicos responsables del estudio piensan que los modelos han fallado por dos razones: por un lado, han subestimado el papel jugado por los gases de
efecto invernadero (emitidos por humanos o no), y por otro pueden haber partido de una base errónea: el grosor de la capa de hielo, por ejemplo, puede no ser
tan grande como se había pensado antes.
La disminución de la capa de hielo en marzo no es tan dramática como la de septiembre, pero la diferencia entre los datos predichos y los reales es igual de
grande: los modelos estimaban una pérdida por década del 0,6%, y la pérdida real es del 1.8%, tres veces más rápida.
El problema, además, es que el proceso se realimenta: es decir, si la predicción falla y hay menos hielo del que debería haber, donde no hay hielo (con un
albedo muy grande) hay océano (con un albedo pequeño) lo cual aumenta la temperatura de la zona, con lo que la realidad se aleja más del modelo. La cosa, en
resumen, parece tener muy mala cara.
Fuente: El tamiz. Aportado por Gustavo Courault
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Más información:
National Center of Atmospheric Research