04/May/07!f>
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Hallan el gen de la longevidad
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Los científicos del Instituto Salk logran un descubrimiento extraordinario. Si es posible aplicarlas en seres humanos alargaría la vida sin dietas extremadamente
estrictas.
Hasta los gusanos tienen su sitio en la ciencia: el pequeño nematodo Caenorhabditis elegans parece haber abierto la puerta a la posibilidad de prolongar la
vida humana aprovechando el papel que desempeña un solitario gen.
La historia es fascinante. En la edición de Nature de esta semana, científicos del Instituto Salk, en La Jolla, California, reportaron la identificación de un
gen llamado pha-4, encargado de regular la respuesta del organismo al estrés derivado del hambre: en el gusano, la acción del gen prolonga su vida en hasta 40
por ciento.
Obviamente, un descubrimiento a nivel gusano todavía está lejos de beneficiarnos a nosotros, humanos, pero las similitudes de fondo en los procesos de la vida
permiten abrigar esperanzas.
Hasta hace poco tiempo, los científicos veían al envejecimiento como un proceso de decadencia incontrolable, irreversible y muy complicado. Ha sido en la
última década cuando salió a relucir que el proceso podría ser dirigido o afectado desde genes individuales.
Hugo Aguilaniu, uno de los autores del estudio, explicó que en general puede hablarse de dos mecanismos para alargar la vida de un organismo. El primero
implica encontrar el modo de que las células se hagan menos sensibles a la insulina, una hormona clave para la vida.
Ya se logró en ratones; roedores alterados genéticamente viven el doble de tiempo. Pero pagan un alto precio por ello: tienen taras de desarrollo, y su función
reproductiva no siempre trabaja bien.
Otro medio de vivir más, conocido desde hace tres cuartos de siglo, consiste en bajarle a las calorías. El método se llama "restricción calórica", e implica
consumir de 60 a 70 por ciento de las calorías habituales, pero sin morirse de hambre; hay que ingerir una mezcla apropiada de nutrientes. Pero
para intentarlo se requiere una disciplina de acero que sólo algunos ascetas de primer nivel pueden alcanzar. Suspiro.
Llegamos al estudio publicado en Nature. El equipo de Andrew Dillin ya sabía que si a gusanos C. elegans se les restringe la dieta para que consuman
menos calorías, viven de 20 a 30 por ciento más. El trabajo de un estudiante graduado rompió los esquemas y apuntó las sospechas hacia el gen pha-4, cuyo
producto (la proteína PHA-4) se consideraba útil sólo durante el desarrollo embrionario del gusano.
El equipo de Dillin dio a una colonia de gusanos una dieta que, además de reducir las calorías, les aportó una bala genética que de manera selectiva "apagó" al
gen pha-4. Esos gusanos tuvieron una vida normal: la falta de la proteína PHA-4 les impidió tener una vida más larga.
Para asegurarse de que pha-4 era el gen clave, hicieron el experimento contrario: tomaron una población de gusanos y buscaron el medio de inducirles una
producción extraordinaria de la proteína PHA-4: esos gusanos vivieron hasta un 30 por ciento más... ¡y todavía sin dieta! Cuando se combinaron dosis extra de
la proteína y restricción calórica, la longevidad se disparó más. "Lo más interesante es que los animales en una dieta restringida son más dinámicos. Nos gusta
hablar no sólo de prolongar la vida, sino de "expansión de la salud": estar sano durante un periodo de tiempo más largo", declaró Aguilaniu.
Resumiendo: el agente bioquímico clave para que las dietas de restricción calórica alarguen la vida en los gusanos parece ser la proteína PHA-4. Los científicos
encontraron que esta proteína aumenta los niveles de las proteínas llamadas SOD, superóxidodismutasas, enzimas que barren de las células los radicales libres
asociados al envejecimiento.
La hipótesis es que al haber en el organismo señales de estrés causado por el hambre, la respuesta es activar un mecanismo defensivo cuyo resultado es una vida
más larga.
¿Cómo se conecta el gusano con nosotros? A pesar de la distancia evolutiva, el gen pha-4 tiene genes homólogos o equivalentes en los humanos: son los
llamados factores de transcripción Foxa.
Igual que ocurre en C. elegans, los genes humanos tienen funciones durante el desarrollo del embrión, y más adelante regulan el glucagón, una hormona
pancreática que aumenta la concentración de azúcar en la sangre y así mantiene la estabilidad energética del organismo, sobre todo durante el ayuno. Así que
crucemos los dedos.
Píldora soñada
Según teorizan los investigadores, una dieta extremadamente baja en calorías produce en los animales una respuesta de emergencia a la inanición.
Esta respuesta es un viejo truco evolutivo en respuesta a los tiempos duros: se reduce el ritmo de envejecimiento, y se bloquean el crecimiento y la reproducción
para liberar energía que demore la vejez.
Si es posible desentrañar los pasos del proceso, en teoría será posible activar con un químico esta maquinaria, retardando así el proceso de envejecimiento.
Fuente: Milenio. Aportado por Gustavo Courault
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