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Físicos conectan la Teoría de Cuerdas con la física establecida
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La Teoría de Cuerdas, una de las ideas más controvertidas y prometedoras de la física moderna, puede ser capaz de
ayudar a investigar el funcionamiento interno de las partículas
subatómicas mejor de lo que se pensaba previamente.
La teoría ha sido elogiada por algunos físicos debido a su potencial para forjar el tan buscado vínculo entre la gravedad
y las fuerzas que dominan en el núcleo atómico. Pero la teoría
– que propone que todas las partículas subatómicas son en realidad diminutas "cuerdas" que vibran de diferentes formas
– también tiene críticas por ser incomprobable en el
laboratorio, y tal vez imposible de conectar con los fenómenos del mundo real.
Sin embargo, los investigadores de Princeton han descubierto una nueva prueba matemática de que alguna de las
predicciones de la Teoría de Cuerdas se entrelazan estrechamente
con un cuerpo de la física muy respetable llamado "Teoría Gauge", el cual se ha demostrado que subyace en las
interacciones entre quarks y gluones, los menudos objetos que se
combinan para formar protones, neutrones y otras partículas subatómicas más exóticas. El descubrimiento, dicen los
físicos, podría dar lugar a una gran cantidad de usos de la Teoría
de Cuerdas atacando problemas de la física práctica.
"Estos problemas incluyen la descripción de las interacciones entre los dentro de los núcleos atómicos", dijo Igor
Klebanov, Profesor Thomas D. Jones de Física Matemática en
Princeton y autor de un artículo reciente sobre el tema. "Anteriormente hemos sido capaces de estudiar estas
interacciones en detalle sólo en condiciones de alta energía dentro de
aceleradores de partículas, pero con estos hallazgos podremos ser capaces de describir qué sucede dentro de los
átomos que forman las rocas y árboles. Aún no podemos hacerlo,
pero parece que las matemáticas de la Teoría de Cuerdas podrían ser el puente que necesitamos para salvar esta
distancia".
El artículo del equipo apareció en el número del 30 de marzo de la revista científica Physical Review Letters. Los
coautores de Klebanov incluyen al estudiante graduado Marcus
Benna y a los profesores de posdoctoradod Sergio Benvenuti y Antonello Scardicchio.
Para Klebanov, los hallazgos representan un gran éxito en la búsqueda durante décadas de conexiones entre la Teoría
de Cuerdas y la Teoría Gauge, la última de las cuales – para un
físico de partículas – trazan las leyes establecidas que describen la materia común.
Las múltiples facetas de la Teoría Gauge se añaden a una descripción bien establecida y coherente de los
comportamientos de quarks y gluones, los cuales componen
mayormente las formas más comunes de la materia. Décadas de observaciones en aceleradores de partículas han
demostrado que la Teoría Gauge justifica el comportamiento de los
quarks y gluones bastante bien, al menos a los niveles de alta energía que existen cuando dos partículas aisladas se
estrellan casi a la velocidad de la luz.
A estas altas energías, la fuerza de interacción que mantiene unidos a los quarks se hace más débil, y los científicos
pueden separar sus constituyentes para observarlos.
Desafortunadamente, estas observaciones – e incluso la misma Teoría Gauge cuando se aplica a estas altas energías –
no revelan tanto como le gustaría a los físicos sobre el
movimiento de la materia común a velocidades corrientes.
"La dura verdad es que cuando los quarks y gluones comienzan a unirse en protones y neutrones, esta fuerza de
interacción se hace muy fuerte, y es difícil usar la Teoría Gauge
para comprenderlo", dijo Klebanov. "Básicamente, para comprender cómo estamos hechos de todo esto en realidad,
necesitamos comprender el comportamiento de los quarks y
gluones cuando la fuerza de interacción se hace fuerte".
En los años 70, los físicos propusieron que cuando una Teoría Gauge pierde su potencia para describir el
comportamiento de partículas como quarks unidos entre sí, la Teoría de
Cuerdas sería capaz de dar un paso adelante y llevar a cabo este trabajo. Lo que los teóricos de cuerdas necesitaban
era alguna indicación de que ambas teorías estaban
encaminadas en la misma dirección.
El golpe de suerte llegó en 1997 y principios de 1998 cuando se conjeturó una relación precisa entre ambas en un
trabajo de los físicos de Princeton Alexander Polyakov, Steven
Gubser y Klebanov, así como Juan Maldacena y Edward Witten del Instituto de Estudios Avanzados. No obstante, se
necesitaba más trabajo para explicar esta conexión.
"Era como si nuestra comprensión fuese un camino que comenzaba en el punto donde las interacciones entre quarks
eran débiles", dijo Klebanov. "Podríamos seguir durante algunos
kilómetros a través de fuerzas de interacción cada vez mayores, pero entonces se detiene antes de alcanzar las enormes
fuerzas que existen en los átomos de las rocas y los árboles –
que es la sección del camino que describe la Teoría de Cuerdas".
Entre estas dos partes del camino aparece un abismo matemático aparentemente insalvable, y Klebanov tenía algo más
que una corazonada de que existía alguna transición moderada
entre la Teoría de Cuerdas y la Teoría Gauge.
"En términos simples, lo que en realidad queríamos era alguna indicación de que tal transición suave existe, lo cual
sugeriría que ambas partes del camino eran de la misma ruta", dijo
Klebanov. "Pero teníamos problemas en hallar algún tipo de conexión entre ellas".
La Teoría de Cuerdas, por toda su belleza matemática, de nuevo parecía demasiado difícil de comprobar – hasta que
Niklas Beisert, profesor asistente de física en Princeton, publicó
un artículo a final de octubre del pasado año que contenía una ecuación que resultaba una parte crucial del puzzle.
"Beisert y sus colaboradores hicieron una conjetura muy inspirada basada en unas sofisticadas nociones del
comportamiento de la Teoría Gauge", dijo Curtis Callan, Distinguido
Profesor James S. McDonnell de Física en la Universidad de Princeton. "Su ecuación permitía a Igor y sus colegas
resolver la "transición" entre los dos regímenes. Ellos demostraron
que las predicciones de la Teoría de Cuerdas encajaban exactamente con el límite de interacción débil. Este fue la parte
difícil".
Beisert dijo que el trabajo de su equipo proporcionó una útil prueba abstracta de la transición entre las fuerzas de
interacción débil y fuerte, pero tal prueba numérica hasta ahora
había estado ausente.
"El resultado del grupo de Klebanov da una maravillosa prueba numérica de la validez de nuestra propuesta", dijo
Beisert, quien es también jefe del grupo de investigación en el
Instituto Albert Einstein en Potsdam, Alemania. "Todos estos estudios nos hacen estar seguros de que la Teoría de
Cuerdas y la bien establecida Teoría Gauge son en realidad dos
caras de la misma moneda".
Lance Dixon, físico del Acelerador Lineal de Stanford (SLAC), dijo que el nuevo artículo del grupo de Klebanov
proporciona una intercomprobación vital de las ecuaciones del
equipo de Beisert, las cuales descansan sobre unas intuitivas pero no probadas suposiciones.
"El trabajo de Igor Klebanov y su grupo tuvo un verdadero éxito al eliminar todas las persistentes dudas sobre la validez
de las ecuaciones", dijo Dixon, cuyo trabajo proporciona
otra prueba a favor de la propuesta del equipo de Beisert. "La búsqueda se encuentra ahora en una amplia red de
conexiones que unen el comportamiento de alta energía de quarks
y gluones a la que funcionan las cuerdas, una red en la que la primera piedra ya ha sido puesto por el trabajo de ambos
equipos".
Klebanov, aunque apunta las contribuciones de muchos otros científicos, acredita a Beisert por "proporcionar las
técnicas y escribir esta fantástica ecuación", y dijo que los propios
hallazgos de su equipo fueron posibles en gran medida debido al artículo del equipo de Beisert.
"Tal particularidad de la Teoría Gauge, que en cierto sentido es "resoluble exactamente", consigue un sueño ansiado
durante mucho tiempo", dijo Klebanov. "Esto es casi como llegar
a un bache que esperabas encontrar entre dos secciones del camino y descubrir que alguien ha construido una suave
conexión entre ambos que no habías notado cuando pasaste
sobre él".
Esto no significa que la Teoría de Cuerdas se convierta en una explicación global aceptada de la física subatómica en
algún futuro cercano. El equipo de Klebanov ha encontrado un
puente que une la física establecida con la teoría matemática, lo cual es sólo un paso hacia una prueba sólida
experimental de que el mundo está en realidad construido a partir de
diminutas cuerdas vibrantes. E incluso este puente se aplica sólo a una faceta de la Teoría Gauge. Será necesario
sobrepasar este obstáculo en otras facetas para permitir a los físicos
comprender a nivel fundamental el interior de los protones y neutrones que conforman la Tierra que yace bajo nuestros
pies.
"Creo que hay esperanza de que otras facetas de la Teoría Gauge sean susceptibles de un tratamiento similar", dijo
Klebanov. "No sabemos con seguridad si podemos usar este
descubrimiento para tratar otros problemas, pero al menos ahora tenemos nuevos métodos para salvar el vacío entre los
regímenes de interacción fuerte y débil en la Teoría Gauge".
Fuente: Astroseti . Aportado por Gustavo Courault
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