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16/May/07



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Expedición de la NASA al cenote más profundo del mundo

Sí, sé que esta noticia suena rara al principio, pero tiene mucho sentido: un submarino robótico creado por la Carnegie Mellon University va a explorar el cenote más profundo del mundo, El Zacatón (México), como parte de sus pruebas para algún día sumergirse en Europa, el satélite de Júpiter. La misión está patrocinada por la NASA, por razones obvias.

Puede que te estés preguntando, en primer lugar, qué demonios es un cenote. Es una dolina inundada, típica del paisaje kárstico. Si te has quedado igual, básicamente es una cueva (generalmente, pero no siempre, a la que se ha derrumbado el techo) que se ha llenado de agua.

En México hay muchos, y el del Zacatón es el más profundo de todos (no sólo allí, sino del mundo entero): se cree que tiene unos 300 metros de profundidad, pero nadie lo sabe exactamente, porque nadie ha llegado nunca al fondo. El que más profundo llegó fue un buceador, Jim Bowden, que alcanzó los 282 metros de profundidad y estableció un récord de inmersión al hacerlo. Su mentor y amigo Sheck Exley murió intentando lo mismo. Desde entonces no ha habido intentos de alcanzar el fondo buceando.

El Zacatón, en Tamaulipas, no es un lugar agradable para bucear: en primer lugar se trata de una cueva, de modo que a partir de cierta profundidad (no mucha) hay oscuridad absoluta. En segundo lugar, hay recovecos y las paredes pueden jugar malas pasadas (no es simplemente ir hacia arriba o abajo). Además, no es agua pura y cristalina - el rancho en el que se encuentra el cenote se llama La Azufrosa y no es por casualidad.

Sin embargo, el cenote va a ser explorado por un submarino robótico llamado Deep Phreatic Thermal Explorer (DEPTHX), creado por la Carnegie Mellon University en su Field Robotics Center (Centro de Robótica de Campo). Este robot es el único en el mundo capaz de encontrar su camino en cuevas sumergidas y obtener muestras para buscar vida en ellas. Sin embargo, los humanos que cuidan de él no lo llaman DEPTHX, sino Clementina. Mirando la foto es fácil saber por qué.

Este submarino autónomo tiene unos dos metros y medio de diámetro, y es capaz de encontrar el camino y elaborar mapas gracias a una combinación de sensores y software: por un lado, tiene sensores inerciales, de velocidad y profundidad, de modo que si está en una zona ya explorada (o se le proporciona un mapa en 3D de la zona), puede navegar sin problemas.

Incluso cuando alcanza zonas desconocidas y en completa oscuridad, Clementina encuentra su camino. Podría simplemente utilizar focos potentes, pero sus creadores no quieren depender de la transparencia del agua y lo que pueda contener, de modo que DEPTHX utiliza un conjunto de 56 sónares repartidos por toda su superficie para obtener una imagen en tres dimensiones de lo que hay alrededor; el software a continuación almacena el mapa generado de manera que, al volver a esa zona, el robot puede moverse utilizando los sensores inerciales y la memoria.

DEPTHX va a explorar el cenote por varias razones: en primer lugar, los geólogos quieren saber más de su origen, qué hay en el fondo, si está conectado con otros, etc. Además, se quiere investigar la vida que puede haber dentro (aunque sólo sea microscópica). Y finalmente, es una prueba excelente para un submarino autónomo que, a largo plazo, puede que se sumerja en los oscuros océanos de Europa.

¿Por qué explorar un agujero oscuro lleno de agua sulfurosa para algún día visitar Europa? El océano de esta luna, escondido bajo una capa de hielo, está en completa oscuridad. Se mantiene líquido gracias al calor generado por las deformaciones de Europa debido a los tirones gravitatorios de Júpiter y sus otros satélites, calor que produce, probablemente, vulcanismo submarino.

Es posible que en las chimeneas hidrotermales de Europa haya vida similar a la de las chimeneas hidrotermales abisales de la Tierra…y las capacidades que debe tener un robot para explorar esa posibilidad y encontrar esa vida son muy similares a las que hacen falta para navegar por El Zacatón. Desde luego, queda mucho para que una misión no tripulada llegue a el satélite de Júpiter, pero es posible que cuando lo haga sea un heredero de Clementina.

Fuente: El Tamiz . Aportado por Gustavo Courault

Más información:
Noticia en El Tamiz
Physorg.com

            

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