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El origen del sistema nervioso encontrado en las esponjas
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Descubren una pista significativa sobre los orígenes evolutivos del sistema nervioso al estudiar el genoma de una especie
de esponja marina.
Este ser pertenece al grupo considerado como el más antiguo de entre todos los animales. Este descubrimiento se ha
publicado en PLoS One.
Las esponjas han estado sobre este planeta desde los primeros inicios de la vida pluricelular. Son seres muy simples,
pero a veces se puede aprender mucho de los seres más simples. No tienen sistema nervioso, es cierto, pero según
los últimos estudios las primeras esponjas ya contaban con los ladrillos genéticos que más tarde dieron lugar al
mismo. Concretamente muchos de los componentes genéticos que dan lugar a las sinapsis nerviosas están
presentes en las esponjas, o al menos en la especie Amphimedon queenslandica cuyo genoma se ha
secuenciando recientemente. Pero lo más sorprendente es que determinadas proteínas contienen una "firma" o
característica que indica que probablemente las células de las esponjas interactúan con otras de manera análoga a como
lo hacen las neuronas. Esto empuja el origen del sistema nervioso atrás en el tiempo, mucho antes de lo que los
científicos habían previamente sospechado.
Es muy difícil determinar el origen de algo tan complejo como el sistema nervioso. Se cree que la primera neurona
surgió hace unos 600 millones de años en los cnidarianos, unas criaturas entre cuyos descendientes contamos ahora con
las hidras, las anémonas y las medusas. Por el contrario, las esponjas representan el grupo animal más antiguo
conocido, sin neuronas ni sinapsis. Son animales muy simples sin órganos internos y que viven del filtrar el agua que
les rodea.
Las sinapsis son las conexiones que las neuronas utilizan para comunicarse entre sí. Sin sinapsis no habría memoria, ni
aprendizaje, ni sentimientos ni ninguna otra cualidad mental.
Los investigadores de la Universidad de California en Santa Bárbara exploraron el genoma de la esponja para
comprobar si algunos genes relacionados con las sinapsis estaban presentes en él. Miraban muy atrás, a un tiempo
anterior a esos 600 millones de años en el cual el sistema nervioso hizo su aparición, leyendo sobre un libro genético que
se ha conservado desde entonces casi intacto para excitar ahora las neuronas de nuestro cerebro. Sorprendentemente
los encontraron.
Además, estos genes son al parecer funcionales y dan lugar a proteínas que interactúan molecularmente de manera
análoga a como lo hacen sus homólogas en el sistema nervioso humano. La evolución probablemente tomó estás
estructuras moleculares e introdujo pequeñas modificaciones para usarlas directamente en un nueva función de un
sistema nervioso más perfeccionado.
El estudio fue posible porque se ha conseguido secuenciar el genoma de esta esponja, que aunque no ha sido publicado
aún, está disponible on-line.
Si le ha gustado este descubrimiento piense que ha sido porque el conjunto de neuronas que forman su cerebro así lo
han decidido, se han excitado y comunicado entre sí de una manera muy compleja, aun por conocer, pero cuyas bases
de funcionamiento se remontan a hace más de 600 millones de años cuando los animales más evolucionados eran
poríferos. Ya, en esa época, existían en potencia las obras y acciones producto de la creatividad y pasiones humanas;
desde Sueño de una noche de verano pasando por la Crítica a la razón pura hasta llegar al Ulises
de Joyce.
Después de todo puede que quizás la distancia entre usted y una esponja no sea tan grande.
Fuente: Neofronteras. Aportado por Francisco Costantini.
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