07/Ago/07!f>
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Superpapel de carbono
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Desarrollan una lámina superresistente de carbono a partir de grafeno que es más fuerte que el acero y más flexible que
la fibra de carbono, pero mucho más barata. El descubrimiento generará infinidad de aplicaciones como recubrimientos
protectores para vehículos militares, fuselaje aeronáutico, dispositivos electrónicos, baterías, células de combustible, etc.
La capacidad que tiene el carbono de crear nuevos y variados materiales parece infinita. Ahora se suma un nuevo
producto que promete ser revolucionario, sobre todo debido a su bajo coste y su facilidad de obtención. Aunque los
nanotubos de carbono son uno de los productos más resistentes que existen, son caros de producir y sólo se consiguen
pequeñas cantidades, por eso se han buscado alternativas.
Científicos de Northwestern University en Evanston (Illinois) han conseguido ensamblar películas de óxido de grafeno
para formar láminas con forma de papel que son más resistentes que las confeccionadas con nanotubos.
El grafeno se aisló por primera vez en 2004 y consiste en una monocapa de átomos de carbono que forman una red.
Estas mismas capas forman el grafito y a partir de él se puede obtener la materia prima. Sin embargo el grafito es
blando, ya que cada capa se puede deslizar una sobre la otra aplicando una débil fuerza lateral.
La idea consiste en utilizar oxígeno para unir las capas de grafeno entre sí en lugar de conformarse con los enlaces
débiles tradicionales del grafito. De este modo las capas se unen fuertemente. Lo más fascinante es que dependiendo de
la cantidad de oxígeno utilizado se pueden ajustar las propiedades físicas. Por ejemplo, reduciendo la cantidad de este
elemento el material final obtenido pasa de aislante a buen conductor.
El proceso de obtención del nuevo material empieza dispersando partículas de óxido de grafeno en agua especialmente
tratada y luego se hace pasar esta "disolución" por un filtro de membrana. De algún modo el agua hace que las
partículas se ensamblen unas con otras hasta formar láminas sobre la superficie del filtro. De momento los investigadores
desconocen los mecanismos exactos que hay detrás del proceso.
El material obtenido se puede obtener de cualquier tamaño y de una forma muy barata. Además es tan resistente como
las láminas hechas de nanotubos pero es flexible.
El punto débil de este material es su exposición al agua, que lentamente lo disuelve. Sin embargo, es estable en aire
seco. Naturalmente, al igual que la típica fibra de carbono, se puede mezclar con polímero, o incluso con cerámica o
metal. Este nuevo material probablemente dé lugar a una nueva generación de materiales compuestos. El próximo paso
que los investigadores quieren dar es encontrar un proceso de fabricación alternativo que no necesite agua.
Entre otras aplicaciones, aparte de las estructurales, estaría su utilización en dispositivos eléctricos y electrónicos como
baterías o supercondensadores.
¿Circularemos en el futuro en automóviles eléctricos ultraligeros hechos de papel de grafeno y alimentados con
ultracondensadores de recarga instantánea? Quizás nos conformemos con bicicletas superlivianas a un precio no
descabellado.
Fuente: NeoFronteras.Aportado por Francisco Costantini
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