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Mentiras de leyenda
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Existen desde tiempos remotos, pero ya no son sólo relatos que corren de boca en boca. Los mitos urbanos se
reinventan y se valen de la imagen e Internet para multiplicar sus efectos.
Si usted conduce por la noche y ve un vehículo con las luces apagadas, ¡no le haga un cambio de luces para avisarle! Se
convertirá en su objetivo y le perseguirá hasta matar a todos los ocupantes del coche. Es un juego de iniciación de una
pandilla que se hace llamar 'Sangre'. Este aviso figura en un supuesto fax de la policía local de Roquetas de Mar
(Almería) que hizo cundir la alarma entre los conductores a finales de 2005. Correos electrónicos en cadena y foros de
Internet se hicieron eco de la noticia y la difundieron con rapidez. Aparecían casos en Inglaterra, Francia, Portugal...
Pero todo fue una invención. La 'pandilla sangre' es sólo una leyenda urbana más.
Nacen con la intención de atemorizar, perjudicar la imagen de la competencia, por propio ego o, simplemente, por el
deseo de hacer daño. Los mitos urbanos, como explica el periodista Alberto Granados, que recopila
los mejores en su libro Leyendas urbanas. Entre la realidad y la superstición (Aguilar), existen «desde la más
remota antigüedad». Sobreviven adaptándose a los tiempos y a las culturas de cada país. Por eso, ya no son meros
relatos que el boca a boca mantiene vivos, ahora la imagen y la tecnología cobran protagonismo. Y cuentan con un gran
aliado: Internet (hay 2,5 millones de entradas en Google por 'leyenda urbana').
«Antes, para que una leyenda originada en EE. UU. llegase a Europa podían pasar décadas; hoy da la vuelta al mundo
traducida y adaptada a los diversos idiomas en menos de una semana», asegura el escritor y periodista Santiago
Camacho, autor del libro Leyendas urbanas (Edaf).
Pero incluso desde el inicio de Internet hasta hoy, los bulos ('hoax' entre los internautas), los rumores infundados y los
mitos han evolucionado. «El correo electrónico no ha ido a más y la moda está ahora en otros formatos, como el vídeo
o la fotografía», confirma el presidente de la Asociación de Usuarios de Internet, Miguel Pérez Subías. «Las
modernas leyendas urbanas son más que relatos sorprendentes; con frecuencia son filmaciones que muestran cosas
asombrosas, fotografías o supuestos documentos sonoros», corrobora el periodista y escritor Javier
Sierra.
Y es que nunca como hoy ha sido tan sencillo falsificar una imagen. La popularización del teléfono móvil con
cámara posibilita que cualquiera pueda grabar una escena, manipularla en el ordenador y hacerla pasar por auténtica a
través de la Red. Es cuestión de minutos y de una cierta habilidad. «Con las facilidades que permiten aplicaciones como
Photoshop y con plataformas de distribución como blogs o Youtube, se lleva la broma a imagen y se le da más
verosimilitud», apunta el subdirector del Observatorio para la Cibersociedad, Fernando Garrido.
Revelar el fraude
Pero, aunque la imagen pueda aportar un plus de credibilidad a la historia, la misma tecnología ayuda a desmontar
el fraude. De hecho, un simple análisis informático de la fotografía o el vídeo revela los distintos filtros a los que han
sido sometidos e incluso los programas que se han empleado.
Así, Internet está plagado de vídeos y fotos de apariciones fantasmagóricas, OVNIs e imágenes insólitas que no resisten
la más mínima investigación. Granados recuerda, por ejemplo, cómo se desmontó un supuesto avistamiento OVNI en
un país europeo porque el mismo objeto volante aparecía en otro vídeo captado en Sudamérica. Seres de otro planeta
también protagonizan una filmación grabada a través del móvil que llegó a calificarse en una cadena mexicana como el
«primer videoaficionado del mundo en el que se registra un contacto extraterrestre». En el montaje, un hombre pasea
por una calle de México cuando tras una farola se asoma el brazo de un alienígena.
Por otro lado, el sociólogo y profesor de Rumores y Leyendas urbanas de la Universidad de Guadalajara (México),
Francisco Javier Cortázar, recoge en un reciente trabajo sobre 'imágenes rumorales' transmitidas de e-mail a
e-mail la fotografía de un espectacular iceberg en la que se ve tanto la parte que sobresale del agua como la que
permanece hundida. La instantánea circula por Internet desde 1999 como realizada por un marino, a pesar de que su
autor, un fotógrafo profesional, confesó que se trataba de una imagen digital con varias tomas superpuestas para lograr
el efecto deseado.
Los famosos y las grandes empresas son caldo de cultivo de leyendas urbanas. Dentro del mundo rosa, el bulo por
antonomasia es que el asegura que Walt Disney está criogenizado. A este le han seguido historias truculentas como la
supuesta muerte de Bill Gates, con página web incluida (www.billgatesisdead.com). En el terreno de los negocios, las
firmas más perjudicadas han sido McDonald's, Coca Cola y, hace tan sólo unos meses, Danone. Sobre esta última, se
difundió por correo a principios de 2007 que uno de sus productos estrella impedía la generación de una bacteria
necesaria para el organismo, una mentira que obligó a la multinacional a enviar un desmentido.
Sea cual sea su objetivo, lo cierto es que las leyendas urbanas se reinventan, se suben al carro de la tecnología y
consiguen perpetuar su esencia: infundir miedo, alarma o sorpresa. Ni los años ni los avances han hecho mella. La
mentira sigue ahí fuera.
Fuente: www.hoy.es. Aportado por Francisco Costantini
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