30/Ene/08!f>
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¿Funcionan nuestros cerebros como Google?
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Un reciente estudio asegura que el gran buscador de internet funciona como un cerebro humano, enlazando millones de páginas web de un modo similar
a las neuronas.
Cuando Google entró en nuestras vidas, se presentó ante aquella población de internautas todavía pequeña como el buscador más "automatizado". En dicha
época (hace ya más de una década) los motores de búsqueda eran bastante mediocres y subjetivos, por culpa de la intervención humana. Más que buscadores,
realmente eran índices alineados por personas y, por tanto, no eran ni todo lo ágil, ni todo lo rápido, ni todo lo masivo que empezaba a ser necesario para
navegar por internet.
Google irrumpió entonces como la alternativa automática: el funcionamiento de este novedoso buscador estaba basado en una combinación de algoritmos, que
eran los que destilaban el mejor resultado en función de parámetros de calidad matemáticos, tales como la pertinencia, la reiteración y la importancia.
Y ahora, pasada la primera década del invento, parece que la novedad no era tal: porque nuestro cerebro busca los recuerdos de una forma más o menos
similar. El buscador que triunfó por su "falta de humanidad" casi piensa como nosotros.
Cuantos más enlaces, mejor
La clave es el PageRank: este algoritmo es el que resuelve qué resultado obtendremos al buscar en Google, y se basa en una combinación de factores que
"puntúan" cada página de 0 a 10. Es un parámetro de "relevancia" sobre el resto de contenidos, que hace que resalten algunos sitios sobre otros en función de la
puntuación que se les otorga. Y el elemento más determinante a la hora de otorgar esa puntuación es el número de enlaces: cada enlace supone un punto, pero
no todos computan de la misma manera. Porque no es igual que nos enlace la CNN que el MySpace de un adolescente. El secreto es el prestigio.
Según un reciente informe en la revista New Scientist, el funcionamiento de nuestra memoria es muy similar a esta arquitectura de nodos y redes. Así se podría
explicar cómo se conjugan neuronas y sinapsis a la hora de recordar y ordenar nuestra memoria, de forma muy parecida a como lo hace PageRank de Google.
El estudio de Tom Griffiths consistió en comparar las palabras que un grupo de personas asociaba en primera instancia a la letra A (y luego la B, y así
sucesivamente) con las que devolvía Google ante una búsqueda; de forma sorprendente, los resultados coincidían: el buscador y los humanos daban la misma
lista de palabras por cada letra. El grupo de estudio evocó los mismos "primeros términos" que el buscador, lo que llevó a los psicólogos a la curiosa conclusión
de que las conexiones que se establecen entre las células neuronales eran muy similares a los enlaces de internet.
Según Griffiths, las neuronas que disfrutan de muchas conexiones se vuelven más activas y eficaces (o lo que es lo mismo, más prestigiosas) que el resto, de la
misma forma que aquellas webs que poseen muchos enlaces son valoradas cómo más importantes por Google.
Memoria comparada
Para la neuróloga María Sagrario Barquero, la memoria humana funciona como un "baúl fluido" de datos que pueden compararse entre ellos. Para demostrarlo,
basta un pequeño juego: "Cuando intentamos memorizar las que se denominan no palabras (términos inventados, inexistentes y sin significado)", explica la
experta, "memorizamos con mucha más facilidad aquellas que suenan parecidas a términos reales que ya están almacenados en el ‘almacén semántico" de la
memoria". Se trata de una estructura de organización de datos muy similar, por ejemplo, a la forma en que Google ordena las fotos en su buscador de imágenes.
El buscador de internet valora más los contenidos populares, y la memoria prefiere los más emotivos.
1. En función del éxito
GOOGLE: Cuando iniciamos una búsqueda, lo que hace el motor es cribar entre los millones de páginas que ya ha leído, para elegir las que considera "mejores"
(generalmente, las más visitadas y enlazadas).
CEREBRO: En cambio, nuestra memoria pone por encima de la mera información, de los datos puros y fríos, aquellos recuerdos que van acompañados de algún
significado con carga emocional.
2. Términos clave: asideros de búsqueda
GOOGLE: Cierto número de palabras que describen el contenido
de una web determinada hacen más fácil que el buscador repare en ellas.
CEREBRO: De igual manera, nuestra memoria reacciona de forma activa ante determinadas palabras o imágenes "fetiche", que nos estimulan y despiertan
nuestros recuerdos.
3. El interés: los criterios de ‘calidad"
GOOGLE: Da a cada página una puntuación que depende (por orden de menor a mayor importancia) del número de visitas, el contenido y la cantidad de
enlaces.
CEREBRO: La memoria también valora los enlaces: más aquellos que ligan un recuerdo determinado con información sensorial (olores, sabores...), que lo hace
más vivo.
Fuente: Quo Orange, Newscientist. Aportado por Eduardo J. Carletti
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