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LIGO genera una nueva mirada de un estallido de rayos gamma
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La falta de ondas gravitacionales provoca una nueva mirada a un estallido de rayo gamma.
Un equipo internacional de físicos, concluyó que un intenso estallido de rayos gamma que provino posiblemente de la Galaxia Andrómeda carece de una onda gravitacional. Esa
ausencia, dicen, descarta una interpretación inicial de que el estallido se originó de la fusión de estrellas de neutrones o agujeros negros en Andrómeda.
Una interpretación revisada, presentada el último mes por Isabel Leonor de la Universidad de Oregon en el 12° Workshop
Gravitational Wave Data Analysis en Cambridge, sugiere dos posibles orígenes: una fusión más allá de Andrómeda o un estallido de un objeto astronómico conocido como un
repetidor de rayos gamma en esa galaxia. El último, también llamado magnetar,
involucra estrellas de neutrones con enormes campos magnéticos que ocasionalmente produce grandes estallidos de rayos gamma.
Los nuevos descubrimientos están basados en un análisis colaborativo de Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory (LIGO), el Observatorio de ondas gravitacionales.
Leonor, una investigadora asociada del grupo de relatividad de la Univ. de Oregon y su colega Ray Frey, un profesor de física iniciaron la discusión sobre el evento conocido como
GRB070201.
Los estallidos de rayos gamma o GRB, están entre los eventos más violentos y
energéticos del Universo. Los científicos sólo recientemente han comenzado a entender sus orígenes. En febrero de 2007, cuatro satélites de rayos gamma midieron un corto pero
intenso evento originado en dirección a la Galaxia de Andrómeda a 2.5 millones de años luz de la Tierra.
La mayoría de los GRBs cortos (menos de dos segundos) se cree que se originan de la fusión de dos masivos objetos como estrellas de neutrones o agujeros negros. También
pueden provenir de los magnetars, aunque emiten rayos menos intensos.
En febrero, los interferómetros de LIGO estaban recolectando datos pero no
detectaron ninguna onda gravitacional asociada. La no detección fue
significativa, según reportan los científicos.
El estallido ocurrió a lo largo de la línea de visión que era consistente con que se originara en uno de los brazos de Andrómeda. Inicialmente, un evento de fusión de objetos
compactos fue considerada la explicación más probable. Pero semejante evento debería haber generado ondas gravitacionales que deberían ser fácilmente medidas por los
detectores de LIGO.
La colaboración LIGO incluye 580 científicos de universidades de 12 países. Cada uno de los interferómetros usa un láser dividido en dos haces que viajan adelante y atrás por
largos brazos en tubos de vacío. Los haces son usados para monitorear la distancia entre espejos. De acuerdo a la Teoría General de la Relatividad, la distancia relativa de los
espejos cambia un poco cuando una onda gravitacional -una distorsión en el espacio-tiempo producida por masivos objetos acelerados- pasa por allí. Un interferómetro es
construído para que pueda detectar un cambio de menos de una milésima del diámetro de un núcleo atómico.
"Esta no detección de señal de GRB070201 es un importante paso hacia una
muy productiva sinergia enter las comunidades astronómicas que contribuirán a nuestro entendimiento de los eventos más energéticos en el cosmos", dice Jay Marx, director
ejecutivo de LIGO.
Hasta ahora, los astrónomos que estudiaron los GRBs recaían en los datos de telescopios que conducían observaciones en el óptico, infrarrojo, radio, rayos-X y rayos gamma. Las
ondas gravitacionales ofrecen una nueva ventana hacia la naturaleza de estos eventos, según David Reitze, profesor de física de la Universidad de Florida y portavoz de LIGO.
Este año, se espera que comience la construcción del proyecto LIGO Avanzado que será 10 veces más sensitivo que permitirá a los científicos detectar eventos a distancias 10 veces
mayores.
Fuente: Noticias del Cosmos. Aportado por Gustavo Courault
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