11/Feb/08!f>
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La pregunta del millón: ¿es posible viajar en el tiempo?
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Dos matemáticos rusos han sugerido que un acelerador de partículas gigante -que está construyendo el CERN en Suiza- podría crear diminutos "agujeros de
gusano" en el espacio, posibilitando el viaje hacia el pasado y el futuro.
Dos matemáticos rusos han sugerido que el acelerador de partículas gigante, LHC (Large Hadron Collider, o Gran Colisionador de Hadrones), que está
construyendo en Suiza el
laboratorio del CERN (Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire) podría crear las condiciones para viajar hacia el pasado o el futuro. Irina
Arefieva e Igor Volovich creen que el LHC, cuyo inauguración se espera pronto, podría crear diminutos "agujeros de gusano" en el espacio, los que posibilitarían
el traslado a través del tiempo.
Si viajar al pasado es realmente posible, en teoría debería serlo sólo hasta el punto cuando se creó la primera máquina del tiempo. Tal y como se sugiere en un
artículo publicado esta semana en New Scientist, el 2008 podría convertirse en el "año cero" para el viaje temporal.
En el artículo de New Scientist se señala que existen varios problemas prácticos y paradojas teóricas para el viaje en el tiempo. "No obstante,
permanece abierta una estrecha posibilidad de que veamos visitantes del futuro en los años venideros", comentan de forma provocadora en la revista.
Es necesario decir que sólo unos pocos científicos aceptan la idea de que el Gran Colisionador de Hadrones cree las condiciones necesarias para burlar el
tiempo puesto que no ha sido diseñado con tal propósito. El LHC se ha fabricado para someter a prueba las misteriosas fuerzas que existen a nivel de las
partículas subatómicas, para dar respuesta a muchas cuestiones importantes, tales como la verdadera naturaleza de la gravedad.
¿Qué dicen los expertos acerca de la idea del viaje en el tiempo?
Su posibilidad teórica se ha debatido largamente, pero todo el mundo está de acuerdo en que los problemas prácticos son tan inmensos que se trata, con toda
probabilidad, de algo que nunca va a suceder. Brian Cox, investigador del CERN en la Universidad de Manchester, señala que "decir que las leyes de la física,
tal y como las conocemos, permiten viajar al pasado es lo mismo que decir, parafraseando a Bertrand Russell, que las mismas permiten que haya una tetera en
órbita alrededor de Venus", dijo el doctor Cox.
"El viaje en el tiempo hacia el futuro es absolutamente probable, de hecho el tiempo fluye a velocidades distintas estando en órbita o estando a nivel del suelo, y
esto debe ser tomado en consideración a la hora de hacer que los sistemas de navegación por satélite funcionen correctamente. Pero el viaje en el tiempo hacia
el pasado, aunque técnicamente sea algo permitido por la teoría de Einstein, será algo que habrá que descartar, según la opinión de la mayoría de los físicos,
cuando desarrollemos, si es que eso sucede, una comprensión más profunda de las leyes fundamentales de la física, y ése es uno de los objetivos del LHC".
La teoría general de la relatividad propuesta por Albert Einstein en 1905 no niega la posibilidad del viaje en el tiempo, aunque desde sus tiempos y hasta el
presente ha habido muchos intentos por demostrar que trasladrse hacia el pasado es imposible. No obstante se trata de la mejor teoría que tenemos hasta el
momento, y además Einstein fue el primero en dotar de formulación y ecuaciones matemáticas tanto al tiempo como al espacio en la forma de una entidad
llamada "espaciotiempo".
Un buen número de escritores de ciencia ficción han encontrado en el viaje en el tiempo una fuente de inspiración. Ya H.G. Wells la utilizó en La máquina del
tiempo, publicada en 1895, diez años antes de la publicación del trabajo de Einstein. Y ha sido otra obra de ciencia ficción la que ha suscitado un nuevo
interés en el tema.
Cuando Carl Sagan, el astrónomo estadounidense, escribía su novela Contacto en el año 1986, quiso plantear una forma plausible de viajar en el
tiempo sin necesidad de superar la velocidad de la luz (lo cual supondría romper una ley fundamental de la física). Necesitaba que sus personajes viajaran a
través de vastas distancias en el espacio, de modo que le pidió a su amigo, el cosmólogo Kip Thorne, que idease una forma de lograrlo.
Thorne sugirió que manipulando agujeros negros se podría crear una especie de "agujero de gusano" a través del espacio-tiempo que permitiese a una persona
trasladarse desde una parte del universo a otra en un instante. Más tarde se dio cuenta de que, en teoría, esto mismo podría utilizarse para regresar hacia el
pasado.
Solo se trataba de una hipótesis, por supuesto, y nadie ha logrado acercarse siquiera al problema de manipular un agujero negro y crear un agujero de gusano,
pero la idea pareció bastante sensata. Tras aquello, se despertó mucho interés en los agujeros de gusano, de allí la idea de los dos matemáticos rusos.
Además de los detalles prácticos ¿qué otra cosa impide el viaje en el tiempo?
El mayor problema teórico se conoce como la paradoja del viaje en el tiempo. Si alguien viaja hacia el pasado y hace algo para evitar su propia existencia,
entonces ¿cómo es posible viajar en el tiempo? El clásico ejemplo para esta paradoja es la de que el viajero en el tiempo mata a su propio abuelo antes de que
su propio padre haya sido concebido.
Los cosmólogos, famosos por su ingenio imaginativo, han llegado a un método que evita esta paradoja. Sugieren que no existe un único universo, sino múltiples,
tantos que cualquier resultado posible para cada suceso tiene lugar en su propio universo. En este universo múltiple, o "multiverso", una mujer que viaja al
pasado para matar a su abuela puede lograrlo, porque en el universo de la puerta de a lado la abuela vive para tener a una hija que se convierte en madre de la
asesina.
El físico y escritor de ciencia ficción, John Gribbin, que explica estas cosas mejor que la mayoría, cita un dicho popular en física: todo aquello que no está
prohibido, es obligatorio. "De modo que esperan que exista la máquina del tiempo. El inconveniente es que la clase de 'túnel en el tiempo' accidental que podría
producirse en el LHC de Ginebra sería un diminuto agujero de gusano, mucho más pequeño que un átomo, por lo que no habría nada capaz de atravesarlo. Así
pues no recibiremos aún a ningún viajero del futuro. Yo lo veo todo extremadamente improbable, pero ciertamente no se trata de una locura total".
Fuente: maikelnai.es. Aportado por Diego Barcia
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