23/Feb/08!f>
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El orgasmatrón existe (pero costará 12.000 dólares)
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Activando ciertas zonas en la médula espinal las mujeres experimentan un orgasmo instantáneo
Pues sí, el siempre genial Woody Allen se adelantó a su tiempo en aquella memorable El dormilón. Ahora, el doctor Stuart Meloy, quien en 1998
descubrió por casualidad mientras implantaba electrodos a un paciente (según cuenta él mismo en LA Times) que activando ciertas zonas en la médula espinal las
mujeres experimentan un orgasmo instantáneo, se ha propuesto comercializar su hallazgo.
Mientras que un montón de diseñadores equivocados creen que crear gadgets para mujeres se reduce simplemente a ofrecerles teléfonos móviles rosas o a
añadirle a todo un espejito de maquillaje, Stuart Meloy sabe qué es lo que realmente desean las señoras: recibir un orgasmo al apretar un botón. Y eso es
justamente lo que hace su Orgasmatrón.
La aprobación para la comercialización del Orgasmatrón, que ha sido presentado como un tratamiento para la "disfunción orgásmica femenina" a la FDA
(organismo que regula los fármacos y alimentos en los Estados Unidos) se encuentra en la actualidad en lista de espera. Este dispositivo, que tiene el tamaño de
un paquete de tabaco (aunque se está trabajando en su miniaturización), posee dos cables finos que se unen a los nervios de la médula responsables del placer
sexual. Luego basta con apretar el botón del mando a distancia y abracadabra… se obtiene un orgasmo 100% real. ¿Qué tal te sientes?
Las mujeres que han usado el dispositivo dicen que sienten como si su clítoris y vagina hubiesen sido estimulados de verdad, o sea que se consigue un efecto
realista. ("Una mujer me preguntó: ¿se considerará adulterio si le paso el control remoto a otra persona que no sea mi marido?", comenta Meloy).
Algunas voluntarias también informan haber experimentado episodios fugaces de apretones musculares en la zona de los pies, comenta Meloy, probablemente
como resultado de los pulsos eléctricos que abandonan la médula y estimulan los nervios motores cercanos. (Se pregunta si este fenómeno podría estar
relacionado con la descripción habitual del orgasmo: "Se me encogieron los dedos de los pies".)
Y cuando la intensidad del aparato se aumenta al máximo, dice Meloy, algunas mujeres relatan que sus músculos rectales y vaginales se contraen rítmicamente
al compás de los impulsos, incluso antes de culminar el orgasmo.
A mí me parece demasiado asombroso. Pero sé en lo que estáis pensando: "Esto está bien, genial para las mujeres ¿pero qué pasa conmigo?". No os
preocupéis amigos, vosotros también recibiréis vuestro premio.
Meloy afirma que también se lo ha implantado a dos hombres impotentes. En ambos casos, los voluntarios fueron capaces de alcanzar una erección, y según
informaron, tuvieron potentes eyaculaciones.
¡¡Potentes!! Parece que voy a tener que volver a usar bolsas de basura por pantalones.
Desafortunadamente para aquellos privados de sus orgasmos, cuando el Orgasmatrón llegue al mercado en dos o tres años, probablemente cueste unos 12.000
dólares, lo cual va a ser realmente difícil de justificar para la mayoría de las personas. Personalmente, el método tradicional siempre me ha funcionado bastante
bien, pero cuando se trata de alcanzar "el gran O", no puedo juzgar a nadie porque haya seguido este o aquel método que les garantice resultados satisfactorios.
Fuente: www.maikelnai.es. Aportado por Marcelo E. Shulman
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Más información:
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Artículo original traducido por Adam Frucci
Artículo en Gizmodo (Inglés)
Artículo en Los Ángeles Times
Ilustración de los electrodos implantados en la médula ósea