Frank Miller explica su adaptación cinematográfica del personaje de Will Eisner. Convencido de que "en el celuloide no se podía hacer lo que yo hago en cómic", afirma que fue Robert Rodríguez quien
lo convenció de lo contrario.
por Bárbara Celis - Esconde su timidez y su rostro curtido tras un gorro negro calado hasta los ojos. Pero como si tratara de emular a un personaje de cómic, no le importa llamar la atención con una
corbata rojo sangre, que le da una pincelada de color a su traje negro. Frank Miller, admirado como dibujante y guionista de superhéroes, se dio a conocer entre el gran público gracias a la película
Sin City, basada en su cómic homónimo y con la que, de la mano del codirector de aquel filme, Robert Rodríguez, se convirtió en director de culto.
Este artista total, también autor del cómic 300, recibió a El País en una improvisada oficina en la convención anual de cómics de Nueva York, el Comic-Con, donde personajes salidos de
La guerra de las galaxias y clones de Spiderman o Superman desfilaban ante un impertérrito Miller. Quizá el año próximo, a ese desfile se unan los seguidores de su próxima película, The
Spirit, basada en las aventuras del héroe creado por Will Eisner en los años cuarenta y cuya versión en celuloide, que se estrenará en enero, podría contribuir a popularizarlo entre el público más
joven, que apenas le conoce.
El héroe enmascarado de procedencia misteriosa -¿el espíritu de un detective?- sin superpoderes y sin pistola, pero dispuesto a combatir el crimen en la imaginaria Central City (inspirada en Nueva
York), fue un mito para toda una generación de lectores pero también para dibujantes como Miller, que aprendieron del visionario Eisner técnicas gráficas y narrativas que revolucionarían el mundo de la
historieta. Fue precisamente en el funeral de éste en 2005 cuando la productora Deborah del Prete ofreció a Miller la dirección del filme. Lo primero que salió de su boca fue un no. Pero 10 minutos
después cambió de idea. "No podía dejar que alguien traicionara a Will Eisner porque fue mi mentor y mi amigo durante 25 años así que me siento obligado a defender su trabajo", explica.
Él es también el autor del guión, en el que ha mezclado varios personajes del imaginario de Eisner como The octopuss, Lorelei Rox o Plaster of Paris, a la que dará vida la española
Paz Vega. Al hablar de ella, se le escapa una sonrisa traviesa. "Me enamoré en cuanto puso el pie en el plató. Es guapísima y una actriz muy valiente", asegura.
El actor que dará vida a The Spirit es el desconocido Gabriel Macht. "Fue una de mis condiciones. No quería que el filme fuera un vehículo para que algún famoso se luciera. Quería el mismo efecto que
provocó Christopher Reeve cuando se convirtió en Superman". Él y actrices como Eva Mendes poblarán un universo que mezcla el aire negro del cómic original con la actualidad. "Will Eisner nunca
quiso que su trabajo estuviera atrapado en el tiempo, él siempre consideraba que dibujaba una ciudad contemporánea. Si lo hubiera dibujado hoy, lo habría ambientado en este siglo. Yo he intentado
escoger lo mejor de cada década, por eso en esta película hay cadillacs y teléfonos móviles".
Conocedor por devoción y por profesión del mundo del superhéroe -hizo célebre a Daredevil, revitalizó Batman, se inventó a Ronin-, Miller niega que la nueva moda de hacer
películas salidas del cómic le haya dado alas a The Spirit, cuyos derechos para saltar al cine llevaban 14 años dormidos en manos del productor Michael Uslan. "Ni Spiderman ni ninguna
película basada en un cómic hubieran llegado jamás al cine sin Will Eisner. Él se inventó un género en los cuarenta que permaneció vivo durante décadas. Y cuando empezó a languidecer en los setenta
volvió a revitalizarlo con la novela gráfica A contract with God, que sacudió la profesión y nos hizo ver que el cómic no era algo más que un panfleto que se edita semanalmente sino algo que
podía ser permanente", afirma.
Su primera experiencia en el cine fue en los noventa, como guionista de Robocob 2 y 3. Salió escaldado y juró no volver a Hollywood. ¿Qué le hizo cambiar de idea? "Al regresar a mi mesa y mis
pinceles, llegué a la conclusión de que no valía para el cine, que era mucho mejor como capitán de mi pequeño barco, y que en el celuloide no se podía hacer lo que yo hago en cómic. Fue Robert
Rodríguez el que me convenció de lo contrario. Y me lo demostró con Sin City. Me enseñó muchísimo. Adoro esa película".
Un visionario en los negocios
The Spirit fue uno de los primeros superhéroes cuya propiedad estuvo desde su nacimiento en manos de su autor, Will Eisner. "Fue un visionario como artista y como hombre de negocios y pudo
ver lo importante que iba a ser en el futuro poseer el copyright de un personaje", explica Miller, quien, dentro de su generación, también fue uno de los más voraces defensores del copyright. En los años
ochenta, cuando lo habitual seguía siendo que las editoriales se quedaran con los derechos de propiedad de cada nueva creación, Miller consiguió arrebatar a DC Comics la propiedad de Ronin
(que ahora llevará al cine Joby Harold, director de Awake) abriendo así la puerta de la esperanza a toda una generación de creadores, que sobre todo tienen que tener claro cómo hacerse con los
derechos de explotación. "Yo siempre digo a los jóvenes: la industria ha cambiado mucho. Si amas lo suficiente a un personaje, peléate por su copyright, de lo contrario pueden romperte el corazón si un
día llega al cine y lo que hacen con él es una mierda. Hollywood se ha enamorado de nosotros, así que hay que pelearse".
Por si a alguien aún no le había quedado claro el nuevo idilio entre cómic y cine cimentado por las taquilleras Batman, Spiderman y X-Men (y sus sagas), en las últimas seis
semanas se han anunciado 22 nuevos proyectos que unen ambos géneros, además de los filmes pendientes de estreno Iron Man y El increíble Hulk. Ambos, al igual que
Spiderman, X-Men, Los cuatro fantásticos o Daredevil, son creaciones del genial Stan Lee (junto a los dibujantes Jack Kirby y Steve Ditko), quien, sin embargo, no posee
ni el copyright ni la marca registrada, aunque, con su buen ojo para los negocios, sí firmó por la explotación multimedia de cada uno de ellos. Por eso pudo llevar a Marvel a juicio en 2005 y reclamar
beneficios impagados del film Spiderman. La pelea culminó en un acuerdo amistoso y en el pago de 10 millones de dólares. Bob Kane, creador de Batman para DC Comics, consiguió que se le
reconociera el derecho de creación a perpetuidad, pero sus herederos no cobran un duro por su explotación comercial. Jerry Siegel y Joe Shuster, creadores de Superman, se pasaron media vida en
juicios contra DC Comics por los derechos de su invención, triunfando en algunas de las batallas legales como la obtención de resarcimientos económicos parciales -que comparados con los beneficios
totales que les dejaba a los estudios y a la editorial, eran ínfimos-, y en la obligación de que, en toda obra basada en el superhéroe, se asociaran sus nombres con la leyenda "creado por Siegel &
Shuster". Hace una semana, los herederos de Siegel consiguieron ganar la batalla a la editorial.